En ocasiones previas a este artículo, hemos publicado diversos textos que abordan el tema de la contaminación como uno de los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de múltiples enfermedades, entre las que destacan el asma, la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), algunos tipos de cánceres y diferentes tipos de demencia.

Nadie pone en duda que la exposición a los diferentes componentes químicos presentes en la contaminación ambiental, sobre todo en las grandes ciudades del mundo, en las que la concentración de sustancias tóxicas es, desde hace muchos años un destacado problema de salud, debería ser confrontado rápida y decididamente.

Por si esto fuera poco, un nuevo estudio recientemente publicado en la revista The Lancet Planetary Health, con el título: Air pollution: a largely neglected risk factor for osteoporosis (Contaminación del aire: un factor de riesgo en gran medida descuidado en la osteoporosis), demostró que la exposición a largo plazo a las partículas contaminantes ambientales, particularmente al carbono negro (componente derivado de la combustión de combustibles fósiles) en el aire, es un factor de riesgo directo para el desarrollo de osteoporosis.

“Desde hace varios años se sabe que la exposición a la contaminación del aire tiene un efecto sobre la salud humana, asociado principalmente a las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, deterioro cognitivo y cáncer de pulmón. En esta investigación llevamos a cabo un doble estudio para determinar el efecto de la exposición a material particulado, es decir, la contaminación del aire sobre la densidad mineral ósea, algunos reguladores del metabolismo del calcio y el riesgo de fracturas en ancianos”. Diddier Prada Ortega, investigador en ciencias médicas adscrito al Instituto Nacional de Cancerología (Incan) y a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En el artículo en cuestión, cuyos autores son, entre otros: Diddier Prada, Jia Zhong, Elena Colicino y Antonella Zanobetti, pertenecientes a la Universidad de Harvard, la Universidad de Boston, New England Research Institute, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Nacional de Cancerología de México; concluyeron que las personas expuestas de manera prolongada al carbono negro y a las partículas en suspensión menores a 2.5 micras (PM2.5), corren un elevado riesgo de tener pérdida ósea longitudinal y de sufrir fracturas osteoporóticas severas.

La información obtenida con este estudio, eleva aún más el nivel de alerta que se le debe prestar a la contaminación ambiental como un altísimo factor de riesgo para la salud y la expectativa de vida de los habitantes de las grandes ciudades, que son quienes más la padecen. Los 15 científicos responsables de este relevante documento, el que incluyó como grupo de estudio a 692 personas, con edades entre los 30 y los 79 años, reveló que aquellas que vivían en áreas con mayores niveles de carbono negro, tenían menores niveles de hormona paratiroidea, regulador esencial en el metabolismo del calcio y mostraban una mayor reducción en la densidad mineral ósea, utilizada para determinar la presencia de osteoporosis.

Hablando específicamente de la Ciudad de México (CDMX), Prada Ortega comentó que: “En ciudades como la de México (la presencia de carbono negro) se encuentra por encima de los niveles observados en nuestro estudio, en los que evaluamos casi toda la costa este de los Estados Unidos. Mientras que allá el promedio anual observado en nuestro estudio fue de 10.18 microgramos por cada metro cúbico (µg/m3) para las PM2.5 (partículas menores a 2.5 micras, en la Ciudad de México, el promedio en 24 horas fue de 45 µg/m3 y el promedio anual fue de 12 µg/m3 en el año 2015”.

No hay que soslayar que la osteoporosis y las fracturas por fragilidad ósea representan actualmente uno de los problemas de salud pública más relevantes a nivel mundial, entendiendo que este tipo de fracturas se relacionan íntimamente con mayores tasas de discapacidad y muerte anticipada.

Los investigadores consideran que en comparación con los daños provocados por la exposición prolongada a la contaminación ambiental, los factores genéticos tienen una intervención bastante “modesta” en la pérdida consistente de la densidad ósea y las fracturas asociadas a ella, lo que desde su punto de vista, confiere a la contaminación ambiental la primera posición como factor de riesgo para el desarrollo de la osteoporosis.

Fuentes:

The Lancet Planetary Health. Air pollution: a largely neglected risk factor for osteoporosis.
Volume 1, Issue 8, November 2017, Pages e311-e312.

Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Agencia informativa. Contaminación del aire provoca osteoporosis. Verenise Sánchez.