El pasado mes de marzo se cumplieron 9 años de la pandemia de la gripe A (H1N1/09) crisis sanitaria en la que nuestro país fue la primera nación en dar la señal de alerta al reportar varios casos de la enfermedad en el continente americano y en el mundo, aunque de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el primer enfermo oficialmente registrado (30 de marzo) fue un niño de 10 años de edad que residía en San Diego, California, EE. UU. y que desarrolló la enfermedad sin haber tenido contacto con cerdos ni haber viajado a nuestro país.
A partir del caso de este pequeño y de los reportados en el estado de Veracruz, la gripe tipo A se extendió a otros estados de la República Mexicana, Canadá, EEUU y posteriormente a Europa y Asia.
La expansión fue tan rápida y el virus tan agresivo, que el 29 de abril del 2009 la OMS puso al brote de H1N1 en nivel de alerta cinco y poco tiempo después lo elevó a nivel seis, lo que en la práctica indica que hay una pandemia en desarrollo.
La gripe A (H1N1) fue una pandemia causada por una variante del Influenzavirus A (subtipo H1N1), que surgió en el año 2009. Las denominaciones gripe A (H1N1), usadas por numerosos medios de comunicación, pueden dar lugar a confusiones, ya que ha habido otras pandemias de gripe A (H1N1) en épocas pasadas. Por esta razón, este virus fue conocido oficialmente por la Organización Mundial de la Salud como Virus H1N1/09 Pandémico, haciendo referencia al año de su aparición. Esta nueva cepa viral es conocida como gripe porcina (nombre dado inicialmente), gripe norteamericana (propuesto por la Organización Mundial de la Salud Animal) y nueva gripe (propuesto por la Unión Europea), nombres que han sido objeto de diversas controversias. El 30 de abril de 2009 la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió denominarla gripe A (H1N1). Esta es una descripción del virus: la letra A designa la familia de los virus de la gripe humana y de la de algunos animales como cerdos y aves, y las letras H y N (Hemaglutininas y Neuraminidases) corresponden a las proteínas de la superficie del virus que lo caracterizan.
Lo que es indudable, es que todos los que tenemos edad suficiente, recordaremos con tristeza el ambiente de incertidumbre, ansiedad, miedo y desconfianza que generó la alerta emitida por el entonces Secretario de Salud, José Ángel Córdova y la manera en la que el presidente Felipe Calderón, ordenó el 23 de abril la suspensión de clases en todo el territorio nacional, la cancelación de actividades en sitios públicos, la difusión de información sanitaria y más tarde la realización de campañas de vacunación masivas, lo que más allá de generar tranquilidad ocasionó una ola de pánico.
Por otra parte, y los que en ese año vivíamos en el CDMX, podremos rememorar con claridad la forma en la que el Jefe de Gobierno de la capital, Marcelo Ebrard, pidió a los ciudadanos quedarse en casa, y a los propietarios de puestos de comida y restauranteros considerar (inicialmente y después de manera obligatoria) el cierre temporal de sus locales, lo que además de incrementar el temor, impactó fuertemente la actividad turística, la crisis económica y el desempleo, el que en abril de ese año llegó a un 4.88% (en julio de ese mismo año el desempleo alcanzó la terrible cifra de un 6.37%), lo que a nivel nacional y de acuerdo con el Banco Mundial (BM), llevó a 10 millones de mexicanos a caer en la pobreza (2006-2009).
El uso de tapabocas, estornudar cubriéndose boca y la nariz con el interior del brazo, la toma de la temperatura al acceder a las instalaciones de algunas empresas, la aplicación repetitiva (y en algunos casos obsesiva) de geles y toallitas que prometían destruir cualquier rastro del virus se volvieron un hábito constante, aderezado por la creación de innumerables imágenes que manifestaban preocupación o hacían burla de la preocupante situación en la que México y el mundo se vio inmerso.
La Organización Mundial de la Salud, publico el año pasado La Guía de la OMS sobre la gestión de riesgos ante una pandemia de gripe, documento que actualiza y reemplaza la guía publicada en 2009, «Pandemic influenza preparedness and response: WHO guidance document» y cuyos objetivos principales son los de establecer ordenanzas claras y actuales para la implementación de acciones preventivas, la gestión eficiente entre las agencias sanitarias locales y la OMS en caso de que ocurriera un nuevo brote de gripe potencialmente peligroso, para evitar oportunamente que se convierta en pandemia.
Tomando en cuenta que estamos a punto de entrar en la etapa invernal, en la que tradicionalmente se multiplican los casos de gripe y demás enfermedades respiratorias, adquiere mayor importancia la aplicación oportuna de vacunas, sobre todo en niños y adultos de la tercera edad además del cumplimiento de cualquier otra medida preventiva que nos ayude a no caer enfermos.
Por: Manuel García Rodríguez
Fuentes:
Wikipedia.
Pandemia de gripe A (H1N1) de 2009-2010 en México.
Wikipedia.
Crisis económica en México.
La Jornada.
Existen en México 54.8 millones de pobres, 51% de la población.
Expansión.
El día en que una pandemia de influenza A H1N1 alertó al mundo.
Organización Mundial de la Salud.
Guía de la OMS para fundamentar y armonizar las medidas nacionales e internacionales de preparación y respuesta ante una pandemia.