“Los pacientes de atención primaria físicamente inactivos redujeron su riesgo de mortalidad aumentando la actividad física, incluso en dosis por debajo de los niveles recomendados”. British Journal of General Practice.

En numerosas ocasiones previas, y hablando de diversos padecimientos y estados de salud deteriorados, tanto física como mental, hemos expresado el enorme valor que representa la realización de rutinas regulares de ejercicio físico.

En el contexto de este importantísimo tema, y para enriquecer con datos algo que conocemos de manera empírica, hoy les compartimos las principales conclusiones de un protocolo de investigación publicado el 31 de octubre del presente año en la revista British Journal of General Practice, con el título “Any increment in physical activity reduces mortality risk of physically inactive patients: prospective cohort study in primary care”.

El protocolo fue conducido por los miembros de la Unidad de Investigación de Atención Primaria de Bizkaia del Servicio Vasco de Salud en España, y tuvo como universo de estudio a 3 mil 357 pacientes inactivos pertenecientes a 11 centros de atención primaria de ese país, durante un periodo de 15 años, lo que arrojó datos por demás interesante y esperanzadores, para quienes no tienen el hábito del ejercicio.

  • Las tasas de mortalidad de quienes cumplieron las recomendaciones mínimas de realizar 150 minutos a la semana de actividad moderada, o 75 minutos de actividad intensa, son aproximadamente 50% menores que las de las personas sedentarias.
  • Alrededor del 20% de las muertes ocurridas en el grupo de estudio se podrían haber evitado, si el total de los miembros del mismo hubiera realizado las rutinas de ejercicio recomendadas.

Adicionalmente, y esto es lo que previamente llamamos como un “hallazgo esperanzador”, es que aquellos que llevan cuatro décadas fisicamente inactivos también pueden beneficiarse, si se comprometen y cumplen la realización de cuando menos 50 minutos semanales de ejercicio moderado, lo que potencialmente reducirá las tasas de mortalidad poco más del 30%.

Al respecto, Gonzalo Grandes, jefe de la Unidad de Investigación de Atención Primaria de Bizkaia y líder del trabajo, declaró: “Este estudio representa al tipo de pacientes que un médico de atención primaria se encuentra en su día a día. Una de las dudas que tienen los profesionales de la salud que ven a personas con décadas de inactividad, con muy mala forma física, obesidad y muchas veces expuestos a enfermedades crónicas como diabetes o artrosis, es si merece la pena sugerirles un plan de actividad física y buscar la forma de motivarles. Los resultados del estudio muestran que, incluso para estos profesionales que tienen muchas limitaciones de tiempo y necesitan priorizar, y para estos pacientes, que pueden tener poca fe en su posibilidad de cambio, los resultados se empiezan a ver invirtiendo muy poco esfuerzo”.

Los autores consideran que este es uno de los primeros estudios realizados para evaluar explícitamente el efecto que tiene el incremento de la actividad física en una muestra representativa de pacientes de atención primaria que son inactivos, y que las concusiones alcanzadas deberían servir idealmente a los planeadores de políticas sociales, para el diseño y establecimiento de programas que impulsen a las personas a hacer ejercicio.

Así que todavía tenemos esperanza… a hacer ejercicio para vivir más y con mejor calidad.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF

Fuentes:

British Journal of General Practice. (31 de octubre del 2022).
Any increment in physical activity reduces mortality risk of physically inactive patients: prospective cohort study in primary care.