Los primeros resultados son prometedores, pero aún se requieren estudios más amplios.

Más allá del extraordinario logro sanitario que constituye el diseño, desarrollo, validación clínica y fabricación en tiempos récord de varias alternativas vacunales contra el SARS-CoV-2 (severe acute respiratory syndrome – related coronavirus), los médicos no tienen todavía en sus manos un fármaco específico autorizado para el tratamiento de las personas que han adquirido y manifestado los síntomas de la infección.

En ese contexto, múltiples equipos de investigación se han dado a la tarea de encontrar y validar la acción anti COVID-19 de fármacos preexistentes, lo que además de disminuir el tiempo necesario para el desarrollo y validación de nuevas moléculas, aportaría conocimientos y experiencias acumuladas de largo plazo.

Los investigadores han evaluado el uso de la nitazoxanida (NTZ) contra el COVID-19, un fármaco sintético derivado de la sialicilamida  usado como agente antiparasitario de amplio espectro con efectividad comprobada en infecciones por protozoos y vermes, aprobado para el tratamiento de infecciones por parásitos como Cryptosporidium parvum y Giardia lamblia en pacientes mayores de 1 año, pero que también actúa contra algunos virus, como el que ocasiona el COVID-19.

“Aunque inicialmente se desarrolló para el tratamiento de la enfermedad por protozoos, las propiedades antivirales de la nitazoxanida (NTZ) y su metabolito, la tizoxanida, han generado un interés creciente en los últimos años debido a su capacidad demostrada para actuar como un agente antivírico de amplio espectro a través de múltiples mecanismos. Estos parecen variar según el tipo de virus, pero generalmente interfieren con las vías reguladas por el huésped, incluidas las vías de señalización del interferón o mTORC1, que participa en la replicación viral [[23], [24]]. Además, afecta los mecanismos antivirales que incluyen acciones que desencadenan la inhibición del ARN viral y la replicación del ADN, la inhibición directa de la expresión de proteínas virales, la interferencia en el metabolismo de la célula huésped, así como la inhibición de los mecanismos de evasión inmunológica viral”. EClinicalMedicine.

Los beneficios potenciales de la nitazoxanida administrada de manera temprana en pacientes diagnosticados con COVID-19 está documentado en el artículo “Nitazoxanide superiority to placebo to treat moderate COVID-19 – A Pilot prove of concept randomized double-blind clinical trial”, publicado originalmente The Lancet y posteriormente en EClinicalMedicine, y se fundamentan en los resultados obtenidos en la realización de un ensayo clínico piloto aleatorizado, doble ciego que comparó la administración de NTZ 600 mg BID versus Placebo durante siete días a 50 individuos (25 en cada rama del protocolo) con SARS-COV-2 RT-PCR + (PCR), los que fueron hospitalizados con insuficiencia respiratoria leve.

El estudio concluye que en el grupo de pacientes que recibieron nitazoxanida de 600 mg versus los que recibieron un placebo, se observó una importante reducción de los síntomas y de la carga viral, se detuvo la progresión y la posible complicación de la infección, consiguiendo disminuir considerablemente la internación hospitalaria.

Sin embargo, es necesario consignar que si bien es cierto que los resultados del estudio son prometedores, es necesario considerar que su universo de estudio solamente incluyó la variante brasileña del SARS-CoV-2 y un número reducido de participantes, por lo que se requiere ampliar sustancialmente tanto el número de sujetos de estudio, como otras variantes del virus, antes de alcanzar una conclusión definitiva, que valide o descarte el uso del fármaco contra el COVID-19.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.

Fuente:

EClinicalMedicine. (26 de junio del 2021).
Nitazoxanide superiority to placebo to treat moderate COVID-19 – A Pilot prove of concept randomized double-blind clinical trial.

Wikipedia. (s.f.).
Nitazoxanida.

Centers for Disease Control and Prevention. (s.f.).
Nitazoxanide.