“Aunque la mayoría de los sobrevivientes de COVID-19 tuvieron una buena recuperación física y funcional durante el seguimiento a un año, e incluso algunos regresaron a su trabajo y vida originales, su estado de salud general está por debajo de la población de control, con secuelas que afectan su calidad de vida, y entre las que se incluyen: dificultad para respirar, ansiedad, depresión dolores musculares, cansancio, olvidos y confusión mental”. The Lancet

En diferentes artículos publicados con anterioridad en este medio, hemos hablado extensamente sobre la condición denominada “COVID persistente”, y la difícil situación en la que viven los millones de personas que, a pesar de haber conseguido superar la infección viral, siguen padeciendo secuelas debilitantes de etiología desconocida, que comprometen seriamente su calidad de vida en todos los ámbitos, y para la que todavía no existen pruebas de diagnóstico, ni soluciones terapéuticas definitivas.

La buena noticia para las personas que viven con alguno, o algunos, de los cientos de dolencias directamente relacionadas con el COVID persistente (una de cada ocho que cursaron la enfermedad), es el descubrimiento de un potencial biomarcador localizado en la sangre, que permite detectar la presencia del COVID persistente, lo que potencialmente será una diana útil para el desarrollo de algún medicamento, o medicamentos, que ayuden a resolver esta condición.

“Los pacientes con COVID persistente mostraron marcadores elevados de lesión tisular en la sangre y una firma tromboinflamatoria, caracterizada por marcadores de activación endotelial, como el factor von Willebrand (vWF) y la lisis de glóbulos rojos”. Science

Los resultados del estudio, se publicaron en la revista Science bajo el título “Persistent complement dysregulation with signs of thromboinflammation in active Long Covid”, y muestran que los pacientes con COVID persistente muestran cambios en las proteínas del suero sanguíneo que indican la activación en cascada del complemento del sistema inmunológico, la coagulación alterada y lesión tisular.

Los investigadores identificaron el aumento en la activación del complemento durante la enfermedad aguda, parte del sistema inmunitario innato, el que tiene, entre otras funciones, la de construir la inmunidad y la homeostasis (estado de equilibrio entre todos los sistemas del cuerpo necesarios para sobrevivir y funcionar de forma adecuada) al dirigirse a patógenos y células dañadas.

Lo cierto es que, aunque es necesario profundizar los hallazgos realizados por estos investigadores, la punta del hilo de esta enmarañada madeja ayudará a desentrañar el misterio del COVID persistente.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF

Fuentes:

Science. (19 de enero de 2024).
Persistent complement dysregulation with signs of thromboinflammation in active Long Covid

Instituto Nacional del Cáncer. (s.f.).
Homeostasis

códigoF. (5 de mayo de 2022).
Sobrevivientes al COVID-19 grave, tienen déficits cognitivos y de velocidad de procesamiento mental persistentes, equiparables a los efectos del envejecimiento entre los 50 y los 70 años