Desde hace 5 años (2015), se celebra cada segundo lunes de febrero el Día Internacional contra la Epilepsia, impulsado principalmente por el Buró Internacional para la Epilepsia (IBE) y la Liga Internacional Contra la Epilepsia (ILAE), entre otras organizaciones, y cuyo objetivo central es ofrecer información amplia y de calidad sobre esta patología neuronal, padecimiento que afecta aproximadamente a 60 millones de personas a nivel global.

Como en otros padecimientos, las organizaciones participantes instan vigorosamente a los líderes políticos, funcionarios sanitarios y responsables del diseño de políticas sociales de cada país, al mejoramiento impostergable de los servicios de salud, la oferta de tratamientos efectivos y la asignación de mayores recursos financieros y humanos para la investigación además del desarrollo de nuevos tratamientos para este padecimiento, buscando que quienes la padecen alcancen una mayor calidad y expectativa de vida.

La epilepsia está posicionada como una de las enfermedades neurológicas más comunes, aunque la información disponible muestra, sin lugar a dudas, que alrededor del 80% de los pacientes que la padecen viven en países de ingresos bajos y medianos.

La epilepsia es un trastorno crónico no transmisible que afecta a personas de cualquier edad y sexo, ocasionado por el funcionamiento anormal de un grupo de neuronas que se produce de forma esporádica en una zona concreta del cerebro. Se manifiesta en forma de crisis recurrentes que pueden ser convulsivas o no, como en el caso de las “ausencias epilépticas», con una frecuencia que puede variar desde menos de una al año hasta varias al día. Los eventos epilépticos pueden ser controlados en un alto porcentaje, si están bien diagnosticados y correctamente tratados.

Es importante anotar en este artículo que las características de las convulsiones dependen de la zona del cerebro en la que se inicia la alteración y cómo se propaga, causando síntomas temporales, como la pérdida del conocimiento o la conciencia, alteraciones del movimiento y de los sentidos (visión, audición y gusto), y afectación de los estados de ánimo u otras funciones cognitivas.

La epilepsia es responsable de gran parte de la carga mundial de morbilidad, afectando a más de 50 millones de personas. La proporción estimada de la población general con epilepsia activa (es decir, ataques continuos o necesidad de tratamiento) oscila entre 4 y 10 afectados por cada 1000 personas, la que aumenta en los países de ingresos bajos y medianos, hasta alcanzar una relación que oscila entre el 7 y 15 afectados por cada 1000 personas.

Algunas de las causas conocidas que pueden provocar epilepsia son: Daño cerebral por lesiones prenatales o perinatales (como, asfixia o traumatismos durante el parto y bajo peso al nacer); malformaciones congénitas o alteraciones genéticas con malformaciones cerebrales asociadas; traumatismos craneoencefálicos graves; accidentes cerebrovasculares que limitan la llegada del oxígeno al cerebro; infecciones cerebrales como las meningitis, la encefalitis o la neurocisticercosis; algunos síndromes genéticos y tumores cerebrales.

Para ampliar su conocimiento sobre esta enfermedad, les sugerimos ver un par de videos. Uno de ellos está producido por la liga chilena contra la epilepsia, y explica los diferentes tipos de eventos epilépticos y cómo actuar.

El segundo es un documental con una duración de 55 minutos y se titula “Brainstorm”, obra de la escritora y directora Stacia Kalinoski . La película narra el impacto de la epilepsia en la vida de tres personas con la enfermedad y sus familias.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF

Fuentes:

Organización Mundial de la Salud.
Epilepsia.

Federación Española de Epilepsia.
¿Qué es la epilepsia?.

International League Against Epilepsy.
Welcome to the International League Against Epilepsy.

Vimeo.
¿Qué hacer ante una crisis de epilepsia?.

International League Against Epilepsy.
Brainstorm.