La detección temprana, acompañada de tratamientos estandarizados oportunos y sostenidos, reducen en 40% las defunciones por cáncer de mama.

Hoy 19 de octubre celebramos el Día Internacional de lucha contra el Cáncer de mama, evento que queda enmarcado por un mes al que desde hace tiempo se le ha llamado el “mes rosa”.

El cáncer de mama mantiene su lamentable supremacía como el cáncer más frecuente en las mujeres, y el que se cobra la vida de más féminas a nivel mundial.

El impacto ocasionado por la pandemia de COVID-19 a nivel mundial ocasionó la suspensión parcial de los servicios de atención primaria de la salud, lo que impidió, entre otras cosas, que muchas mujeres en México acudieran con la regularidad necesaria a realizarse sus revisiones ginecológicas de rutina, incluida la realización de mamografías, lo que también afectó gravemente a la procuración oportuna y suficiente de procedimientos y medicamentos contra esta enfermedad, lo que debe ser retomado y restablecido a la mayor brevedad posible.

De acuerdo con información obtenida de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la carga de neoplasias malignas en México en 2019 fue de 11.2 defunciones por cáncer de mama por cada 100 mil mujeres, cifra que a pesar de colocarnos por debajo de la media, no deja de ser dramáticamente alta si consideramos que tan solo una muerte representa una pérdida irreparable para el ámbito familiar, amistoso y laboral de quien fallece, y sobre todo si sabemos que con un diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado, esta muerte pudo haber sido evitada.

Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), asegura que en 2021 la principal causa de fallecimiento en mujeres entre los 30 y 59 años de edad fueron tumores malignos de la mama, así como el del cuello del útero, con tasas de 1.52 y 0.88 defunciones por cada 10 mil mujeres respectivamente. En las mujeres de 60 años y más, la tasa de fallecimientos más alta se debió al tumor maligno de la mama, con 4.81 defunciones por cada 10 mil mujeres.

El cáncer de mama es la enfermedad no contagiosa preponderantemente femenina (solamente entre el 0.5% y el 1% de los casos de cáncer de mama afectan a varones), que provoca más años de vida ajustados por discapacidad perdidos (AVAD), indicador compuesto que combina el tiempo vivido con discapacidad (AVD) y el tiempo perdido por muerte prematura (AVP).

Como ocurre también con muchas otras enfermedades, los casos de cáncer de mama se dan, en su inmensa mayoría, en los países en vías de desarrollo, en los que las muertes por cáncer de mama ocurren prematuramente, lo contrario a lo que ocurre en los países de altos ingresos, en los que la detección temprana de la enfermedad les ha permitido disminuir aproximadamente el 40% de los fallecimientos por cáncer de mama (estandarizada por edad) entre 1980 y 2020.

Aproximadamente el 40% de los cánceres se pueden prevenir con estilos de vida saludables, una tercera parte de los cánceres se puede diagnosticar en sus etapas iniciales o tempranas de desarrollo a través de programas de detección precoz, y todas las personas que viven con cáncer pueden beneficiarse mediante el acceso a tratamiento médico adecuado, y cuidados paliativos.

¿Cómo han conseguido abatir las tasas de mortalidad del cáncer de mama los países de altos ingresos? La respuesta es de alguna manera sencilla: Detección precoz de la enfermedad, mediada por la implementación efectiva y masiva de programas de detección temprana, y la aplicación irrestricta de protocolos de tratamiento estandarizados, logros sanitarios que en caso de los países de bajos y medianos ingresos, son todavía un enorme pendiente en las agendas políticas y sanitarias, a pesar de saber que las intervenciones para evitar su detección en estadios avanzados ofrecen una gran rentabilidad financiera, social y humana.

“La carga de enfermedad por cáncer de mama se puede reducir mediante la identificación y el tratamiento temprano de los cánceres, antes de que se manifiesten los síntomas. En contextos con suficientes recursos, se recomienda el tamizaje organizado con mamografía cada dos años para las mujeres de 50 a 69 años. En entornos de recursos limitados, donde los programas de detección de mamografías pueden no ser factibles, el examen clínico de mama parece ser viable”. Organización Panamericana de la Salud

Algunos datos sobre el cáncer de mama:

  • El cáncer de mama es el más común, y la causa de muerte más frecuente por cáncer en las mujeres residentes en las Américas
  • En 2020, hubo más de 210 mil nuevos diagnósticos de cáncer de mama en América Latina y el Caribe, los que ocasionaron casi 68 mil muertes
  • Los factores de riesgo asociados con el desarrollo del cáncer de mama, incluyen: obesidad, consumo de alcohol, antecedentes familiares de cáncer de mama, exposición a la radiación, antecedentes reproductivos y hormonales, y el consumo de tabaco, aún de manera indirecta
  • Casi la mitad de los casos de cáncer de mama ocurren en mujeres sin factores de riesgo identificados
  • Cuando el cáncer se limita al conducto o lóbulo donde comenzó, no causa síntomas, pero puede eventualmente progresar e invadir el tejido circundante y, alcanzar finalmente los ganglios linfáticos locales y otros órganos
  • El cáncer de mama se presenta con mayor frecuencia como una masa indolora en los pechos. Es importante que las mujeres que encuentren una masa consulten inmediatamente a un profesional de salud
  • Las masas en las mamas pueden desarrollarse por razones distintas al cáncer (hasta el 90% aproximadamente). El cáncer de mama puede presentarse de muchas maneras, por lo que es importante un examen médico completo
  • Otros síntomas del cáncer de mama incluyen engrosamiento de la mama, alteración en el tamaño, la forma o la apariencia de la mama, alteraciones de la piel como enrojecimiento, picaduras o hoyuelos, cambio en la apariencia del pezón o la piel alrededor (areola), y/o secreción anormal del pezón. Los cánceres de mama avanzados pueden erosionarse a través de la piel, y propagarse a otras partes del cuerpo, desencadenando síntomas adicionales
  • El tratamiento del cáncer de mama puede ser altamente eficaz, especialmente cuando se detecta a tiempo. Por lo general, implica cirugía con o sin radiación y medicamentos. La efectividad del tratamiento depende de someterse al curso completo del tratamiento
  • Los cuidados paliativos y de apoyo ayudan a mejorar la calidad de vida de las pacientes y sus familias y también pueden influir positivamente en el curso de la enfermedad, con el objetivo de satisfacer las necesidades de atención de apoyo, psicosociales y espirituales de las mujeres con cáncer de mama

Signos y síntomas:

En las fases iniciales del cáncer de mama, las personas pueden no tener síntomas. En las avanzadas, se pueden presentar distintas combinaciones de síntomas, como:

  • Nódulo o engrosamiento en el seno, a menudo sin dolor
  • Cambios en el tamaño, forma o aspecto del seno
  • Aparición de hoyuelos, enrojecimiento, grietas u otros cambios en la piel
  • Cambio en el aspecto del pezón o la piel circundante (aréola)
  • Secreción de líquido anómalo o sanguinolento por el pezón

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF

Fuentes:

Organización Panamericana de la Salud. (s.f.).
Cáncer de mama

Organización Panamericana de la Salud. (2021).
La carga de los cánceres malignos en la Región de las Américas, 2000-2019. Portal de datos ENLACE
Organización Mundial de la Salud. (12 de julio de 2023).
Cáncer de mama

INEGI. (2 febrero de 2023).
COMUNICADO DE PRENSA