Reflexionemos sobre la cantidad de horas, días y años, que en términos generales pasamos y pasaremos durante nuestra vida adulta en un ámbito laboral, compartiendo con nuestros compañeros de trabajo y nuestros jefes, periodos de convivencia significativamente más prolongados, que los que regularmente tenemos oportunidad de pasar con nuestra familia.
Es a partir de esta consideración y del conocimiento sobre el alarmante número de personas que a nivel mundial padecen depresión o ansiedad, o ambas, las que la Organización Mundial de la Salud (OMS) tasa en 300 millones de personas con algún tipo de desorden depresivo y 260 millones con trastorno de ansiedad, que se vuelve indispensable tomar plena conciencia de la importancia y el gran significado que un ambiente laboral sano, libre de acoso, segregación y con reglas claras y oportunidades profesionales reales de crecimiento, tiene para nuestra salud mental.
“Los empresarios y directivos que ponen en práctica iniciativas para promover la salud mental en el entorno laboral y prestan apoyo a los empleados que padecen trastornos mentales comprueban que no solo se obtiene una mejora de la salud del personal, sino que también se produce un aumento de la productividad. En cambio, un entorno de trabajo adverso puede ocasionar problemas físicos y psíquicos, un consumo nocivo de sustancias y de alcohol, absentismo laboral y pérdidas de productividad”. Organización Mundial para la Salud.
A lo anterior, debemos agregar que según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las jornadas laborales en nuestro país son las más extensas, en comparación con otros países, en los que se trabajan muchas menos horas.
Para poner en contexto la información anterior, les comentamos que mientras que en nuestro país, el número promedio de horas trabajadas por persona durante 2014 fue de dos mil doscientas veintiocho, en Alemania, el promedio de horas laboradas por individuo fue (en el mismo año) de mil trescientas sesenta y seis, lo que quiere decir que en México trabajamos en promedio ochocientas sesenta y dos horas más al año que en Alemania, dedicando casi un 64% más de tiempo a la realización de alguna actividad laboral remunerada, sin que por ello, y en esto hay que poner especial atención, se alcancen mejores resultados.
Sobre el tema de la salud mental en el ámbito laboral hemos publicado varios artículos en códigoF, entre los que destacan: el “Síndrome de Boreout” (códigoF 27 de diciembre de 2016); el “Síndrome de Burnout” (29 de diciembre del 2016) y el “Bullyng o mobbing” (24 de enero del 2017); los que les recomendamos leer, ya que a pesar de las fechas de publicación siguen vigentes.
Es por ello que cada 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, cuyo tema específico para este año es el de la Salud Mental en el Ámbito Laboral, evento que busca generar una mayor conciencia sobre la necesidad de crear, fortalecer y sostener ambientes laborales sanos que promuevan una mejor calidad de vida para sus empleados.
Vale la pena comentar que más allá de las consideraciones éticas y humanísticas sobre la necesidad de crear y mantener espacios laborales sanos, la baja productividad, derivada de los trastornos por depresión y por ansiedad le cuestan anualmente a la economía mundial alrededor de 1 billón de dólares, cifra nada despreciable, pero que podría reducirse.
Esperamos que este breve artículo propicie una reflexión más profunda sobre la impostergable necesidad de construir espacios de trabajo cada vez más sanos y productivos.