El pasado 31 de octubre se celebró el Día Mundial de las Ciudades, fecha de enorme importancia si consideramos que más de la mitad de la población mundial vive actualmente en entornos urbanos, tendencia que para el 2050 presumiblemente se duplicará.
Hay que considerar que paralelamente a la febril actividad que se desarrolla en las grandes urbes, las enfermedades no transmisibles (ENT), como las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares (ACV), el cáncer y la diabetes, las que matan a 41 millones de personas cada año en todo el mundo, sumadas a los accidentes de tránsito, los que ocasionan el fallecimiento de 1.35 millones más, ocurren mayoritariamente en las ciudades, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) insta a los líderes a desarrollar programas y planear el desarrollo urbano, tomando en consideración las diferentes problemáticas sanitarias que esos complejos cónclaves humanos tienen.
“Los dirigentes de las ciudades toman decisiones que afectan la salud de miles de millones de personas, y para que las ciudades prosperen, todas las personas necesitan tener acceso oportuno a servicios que mejoren su salud: transporte público, espacios exteriores seguros, limpios y atractivos, alimentos saludables y, por supuesto, servicios de salud asequibles”. Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.
Buscando colaborar en el mejoramiento de la vida en las ciudades, la OMS presentó recientemente el informe titulado: “The Power of Cities: Tackling Non-Communicable Diseases and Road Traffic Injuries», financiado por Bloomberg Philanthropies.
Bloomberg Philanthropies agrupa todas las donaciones caritativas de su fundador Michael R. Bloomberg, concentrando sus recursos en cinco áreas: medio ambiente, salud pública, arte, innovación gubernamental y educación.
En él se abordan las áreas clave en las que los dirigentes de las ciudades (alcaldes, funcionarios de gobiernos locales y planificadores de políticas urbanas) deberían enfocarse para combatir con mayor eficacia los factores de riesgo que favorecen el desarrollo de las ENT, entre los que destacan el consumo de tabaco, la polución, los malos hábitos alimenticios, la falta de ejercicio y el mejoramiento de la seguridad vial.
El contenido del informe permite a los planificadores de políticas urbanas conocer diversas acciones eficaces realizadas en otros países, como las adoptadas contra el consumo de tabaco en Beijing, China y Bogor, Indonesia; las iniciativas de seguridad vial emprendidas en Accra, Ghana y Bangkok, Tailandia; el programa de uso compartido de bicicletas puesto en marcha en Fortaleza, Brasil, y la creación de calles peatonales para personas de la tercera edad en la ciudad de Nueva York, EE. UU., las que han conseguido reducir el 16% las muertes de peatones de edad avanzada, por mencionar solamente algunos ejemplos.
Es importante mencionar que de los 19 estudios de caso citados, 15 proceden de países en desarrollo, en los que se producen el 85% de las muertes prematuras de adultos por ENT y se registran más del 90% de las muertes por accidentes de tránsito.
Las iniciativas incluidas en el informe son similares a las emprendidas en el marco de la Alianza de Ciudades Saludables, una iniciativa conjunta de la OMS, Bloomberg Philanthropies y Vital Strategies.