Cuando una persona enfrenta una enfermedad mortal, la que por su grado de avance no permite a los médicos ofrecer ninguna alternativa terapéutica de cura, es probable que la única medida humanitaria posible para aliviar total, o parcialmente al menos, el sufrimiento físico, psicosocial o espiritual del paciente, sea la aplicación de medidas paliativas.
“Los cuidados paliativos constituyen un planteamiento que mejora la calidad de vida de los pacientes (adultos y niños) y sus allegados cuando afrontan problemas inherentes a una enfermedad potencialmente mortal. Previenen y alivian el sufrimiento a través de la identificación temprana, la evaluación y el tratamiento correctos del dolor y otros problemas, sean estos de orden físico, psicosocial o espiritual”. Organización Mundial de la Salud.
Sin embargo, y a pesar de que existen diferentes tipos de fármacos para aliviar el dolor de los pacientes en etapa terminal, las reglamentaciones excesivamente restrictivas para el uso de la morfina y otros medicamentos paliativos esenciales les impide, en muchas ocasiones, el acceso expedito y necesario a estos recursos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que anualmente 40 millones de personas a nivel global necesitan cuidados paliativos, de las que aproximadamente el 78% viven en países de ingresos bajos y medianos. Lo más impactante, es saber que solo el 14% de las personas que necesitan urgentemente medidas paliativas las reciben, dejando al 86% restante abandonados al dolor y sufrimiento provocados por su enfermedad.
El dolor agudo, intrínsecamente relacionado con muchas afecciones progresivas avanzadas, como cáncer, sida, insuficiencia cardiaca congestiva, insuficiencia renal y hepática y la enfermedad pulmonar obstructiva (EPOC), entre otras, es uno de los síntomas más frecuentes para el que se requieren cuidados paliativos efectivos. En este contexto, hay que destacar que los analgésicos opiáceos son una herramienta esencial para dar alivio. Ampliando el ejemplo, les comentamos que alrededor del 80% de los pacientes con sida o cáncer y el 67% de los pacientes con enfermedades cardiovasculares o enfermedades pulmonares obstructivas experimentaran dolor entre moderado e intenso al final de sus vidas.
Los cuidados paliativos están reconocidos expresamente en el contexto del derecho humano a la salud y deben proporcionarse a través de servicios de salud integrados y centrados en la persona, poniendo especial atención en las necesidades y preferencias del individuo.
Por otra parte, al hablar de alivio al sufrimiento no nos referimos únicamente a los síntomas físicos, si no también a la atención oportuna de necesidades de índole práctica y el apoyo psicológico necesario a los familiares en el momento del duelo.
“Exhorto a todos los países a que respeten y protejan los derechos humanos relacionados con la salud – en su legislación y en sus políticas y programas sanitarios –. Todos hemos de colaborar para combatir las desigualdades y las prácticas discriminatorias, de forma que todo el mundo pueda disfrutar de las ventajas de una buena salud, sea cual sea su edad, sexo, raza, religión, estado de salud, discapacidad, orientación sexual, identidad de género o estatus migratorio”. Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.
Ante la falta de políticas ágiles o inexistente para la prestación de medidas paliativas en muchos países, la OMS recomienda:
Incluir los cuidados paliativos en el proceso continuo de atención sanitaria de quienes padecen afecciones crónicas que ponen en peligro la vida, vinculando dichos cuidados con los programas de prevención, detección precoz y tratamiento. Esa labor comprende, como mínimo, los siguientes componentes:- Políticas del sistema de salud que integren los servicios de asistencia paliativa en la estructura y el financiamiento de los sistemas sanitarios nacionales en todos los niveles de atención.
- Políticas para fortalecer e incrementar los recursos humanos, como formación de los profesionales de la salud actuales, inclusión de los cuidados paliativos en los planes de estudios básicos de todos los nuevos profesionales de la salud y educación de voluntarios y del público;
- Una política sobre medicamentos que asegure la disponibilidad de medicamentos esenciales para manejo de síntomas, en especial los analgésicos opiáceos para el alivio del dolor y del distrés (estado de angustia o sufrimiento en el que una persona o animal es incapaz de adaptarse completamente a factores amenazantes o de demanda incrementada) respiratorio.