Nuestras acciones para ayudar a quienes corren riesgo de suicidarse, sin importar cuán grandes o pequeñas sean, pueden brindar esperanza a quienes están luchando por seguir adelante.

El pasado 10 de septiembre se celebró el Día Mundial de Prevención del Suicidio, y aunque sin lugar a dudas es una fecha de gran relevancia, no deberíamos verla como una efemérides pasajera, sino como la plataforma de lanzamiento que nos impulse a prestar atención y ayuda a quienes padecen algún tipo de desorden emocional, mental o físico, y que incapaces de gestionar correctamente sus sentimientos, u obtener oportunamente la asistencia profesional necesaria para procesar sus emociones, fortalecer su resiliencia, y recuperar su capacidad para disfrutar nuevamente de la vida, corren el riesgo de terminar con ella.

Los suicidios y los intentos de suicidio tienen un efecto dominó que impacta profundamente no solo a las personas, sino también a las familias, las comunidades y las sociedades.

El evento es organizado anualmente por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP por sus siglas en inglés), respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y tiene como objetivo central el hacernos conscientes de este complejo y multifactorial problema de salud, y la necesidad de implementar acciones que eviten o cuando menos abatan sustancialmente el número de intentos de suicidio y suicidios consumados en el mundo, extendiendo su influencia hasta el 10 de octubre (cuando menos), fecha del Día Mundial de la Salud Mental.

“Creando esperanza a través de la acción es un recordatorio de que existe una alternativa al suicidio, y tiene como objetivo inspirar confianza y luz en todos nosotros; que nuestras acciones, sin importar cuán grandes o pequeñas sean, puedan brindar esperanza a quienes están luchando. A menudo es posible prevenir el suicidio y usted es un actor clave en su prevención. A través de la acción, puede marcar la diferencia para alguien en sus momentos más oscuros: como miembro de la sociedad, como niño, como padre, como amigo, como colega o como vecino. Todos podemos desempeñar un papel en el apoyo a quienes experimentan una crisis suicida o a quienes están afligidos por el suicidio”. Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio.

  • El suicidio es un grave problema de salud pública, constantemente rodeado de estigmas, mitos y tabúes, y al que no se le presta la atención necesaria en muchos países.
  • A partir de la declaración de la pandemia por COVID-19, un creciente número de personas experimentan ansiedad, depresión, sufrimiento y estrés.
  • Los suicidios no son inevitables, y pueden prevenirse con intervenciones oportunas, generalmente de bajo costo, y basadas en evidencia.
  • En el 2019, alrededor de 97 mil 339 personas fallecieron por suicidio en la Región de las Américas, pero los intentos de suicidio son 20 veces más.
  • El 79% de los suicidios en las Américas son cometidos por varones.
  • El suicidio es la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 20 a 24 años en las Américas.
  • Las personas de 45 a 59 años tienen la tasa de suicidio más alta de la Región, seguidas por las de 70 años en adelante.
  • El suicidio es la quinta causa más importante de los Años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) en las Américas, con un rango de casi nueve veces, considerando el porcentaje de la carga total, desde el 0.4% en Antigua, y Barbuda hasta el 3.6% en Surinam.
  • En 2019, el AVAD ajustado por la edad para ambos sexos más alto se da en Guyana, con más de 3 mil 200 años por cada 100 mil habitantes, seguido de 1772 años en Surinam y 1462 en Uruguay.
  • La asfixia, las armas de fuego, la intoxicación con drogas y alcohol, y el envenenamiento con plaguicidas y productos químicos, son los métodos más utilizados para el suicidio, y representan el 91% de todos los suicidios en la Región.
  • Más de 703 mil seres humanos se quitaron la vida a nivel global, después de múltiples intentos de suicidio fallidos, ocasionando una muerte cada 40 segundos por esta causa.

Centrarse en la prevención del suicidio es un elemento esencial para crear vínculos sociales, promover la toma de consciencia y ofrecer esperanza.

  • Estar atentos y no ignorar las señales de aviso o advertencia que generalmente emiten las personas que están pensando en quitarse la vida, como: Expresar repetidamente que todos estarían mejor sin ellos, que son un estorbo, una carga, un lastre, y no sirven para nada; La pérdida de interés por actividades que antes les entusiasmaban y a las que dedicaban tiempo, retrayéndose, aislándose y evitando participar en actividades familiares o comunitarias de manera repetida.
  • Mostrar interés, buscar información acerca de los diferentes métodos para privarse de la vida, e incluso hablar de ello.
  • Es necesario abrir el diálogo, y conversar abiertamente y sin tapujos ni eufemismos sobre el suicidio, eliminando de la conversación los prejuicios, estigmas y tabúes.
  • Demostrar a las personas que son importantes y necesarias, y que son valoradas y escuchadas.
  • Desarrollar las capacidades socioemocionales de los adolescentes, que les permitan enfrentarse con éxito a los obstáculos que se les presentan en la vida.
  • Exigir a los medios de comunicación que aborden los suicidios de manera ética, y responsable, evitando por completo el sensacionalismo, la banalización, y el inexistente “romanticismo” de privarse de la vida.

“Los pensamientos suicidas son complejos».

Ningún enfoque único funciona para todos. Lo que sí sabemos es que hay ciertos factores y eventos de la vida que pueden hacer que alguien sea más vulnerable al suicidio y que las condiciones de salud mental, como la ansiedad y la depresión, también pueden ser un factor contribuyente. Las personas con tendencias suicidas pueden sentirse atrapadas o como una carga para sus amigos, familiares y quienes las rodean y, por lo tanto, sienten que están solas y que no tienen otras opciones. La pandemia de COVID-19 ha contribuido a aumentar los sentimientos de aislamiento y vulnerabilidad. Al crear esperanza a través de la acción, podemos indicarles a las personas que experimentan pensamientos suicidas que hay esperanza y que nos preocupamos y queremos apoyarlos”. Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio.

Todos y cada uno de los suicidios son devastadores y tienen un profundo impacto en las personas cercanas al suceso. Sin embargo, si generamos conciencia, reducimos el estigma en torno a este hecho, y alentamos acciones bien informadas, podremos ayudar a reducir los casos de suicidio en todo el mundo.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.

Fuentes:

Organización panamericana de la Salud. (Septiembre del 2022).
Día Mundial de Prevención del Suicidio 2022.

Organización panamericana de la Salud. (Septiembre del 2022).
Prevención del suicidio.

Organización Mundial de la Salud. (17 de junio del 2021).
Suicidio.

International Association for Suicide Prevention. (s.f.).
CREATING HOPE THROUGH ACTION.

Organización Mundial de la Salud. (2021).
Vivir la vida: guía de aplicación para la prevención del suicidio en los países. Resumen ejecutivo [Live life: an implementation guide for suicide prevention in countries. Executive summary]