“La resistencia a los antimicrobianos es como una pandemia en cámara lenta. Debemos unirnos para hacer frente a esta amenaza mundial. Es un enemigo letal y silencioso, y por eso debemos prestarle más atención”. Mia Mottley, Primera Ministra de Barbados

Ante el imparable avance de las resistencias a los antimicrobianos (RAM) de bacterias, virus, hongos y parásitos, las que acarrean día a día un mayor número de infecciones difíciles de controlar, la propagación de enfermedades contagiosas y muertes anticipadas, es cada vez más acuciante el desarrollo de nuevos antibióticos que las detengan; lo que, de no ocurrir, y según el pronóstico de una investigación publicada en The Lancet en 2022, bajo el título: “Global burden of bacterial antimicrobial resistance in 2019: a systematic analysis”, las “superbacterias” matarán en 2050 a 10 millones de seres humanos anualmente, una cifra que será superior a la perdida de vidas ocasionadas por el sida, la malaria y algunos cánceres.

“La resistencia a los antimicrobianos es una emergencia para la salud mundial que comprometerá gravemente el avance de la medicina moderna. Hay una necesidad urgente de aumentar la inversión en investigación y desarrollo para luchar contra las infecciones resistentes a los antibióticos, entre ellas la tuberculosis. De otro modo, volveremos a los tiempos en los que la gente temía contraer infecciones habituales y ponía en riesgo su vida si se sometía a intervenciones quirúrgicas sencillas”. Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud

Dando seguimiento puntual al problema, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó recientemente el último informe sobre los agentes antibacterianos, incluidos los antibióticos en estado de desarrollo clínico y preclínico a nivel mundial.

El informe asegura categóricamente: “No solo hay pocos antibacterianos en fase de desarrollo, teniendo en cuenta el tiempo que requiere la I+D y la probabilidad de fracaso, sino que no se innova lo suficiente. De los 32 antibióticos en fase de desarrollo contra las infecciones de la Lista OMS de patógenos bacterianos prioritarios, solo 12 pueden considerarse innovadores. Además, solo cuatro de esos 12 son eficaces contra al menos 1 patógeno considerado “crítico” por la OMS. Hay lagunas en toda la fase de desarrollo, en particular en productos para niños, formulaciones orales más convenientes para pacientes ambulatorios y agentes contra el aumento de la farmacorresistencia”, aseveración sumamente alarmante.

“Si bien es cierto que el número de agentes antibacterianos en fase de desarrollo clínico se ha incrementado, de 80 en 2021 a 97 en 2023, se necesitan urgentemente agentes nuevos e innovadores contra las infecciones graves y para sustituir a los que han perdido eficacia debido a un uso generalizado”. OMS

Al respecto, la Dra. Yukiko Nakatani, Subdirectora General interina de la OMS para la Resistencia a los Antimicrobianos, declaró: “La resistencia a los antimicrobianos va a peor, pero no estamos desarrollando nuevos productos de vanguardia a la velocidad requerida para combatir las bacterias más peligrosas y letales. La innovación brilla por su ausencia, pero incluso cuando se autorizan nuevos productos, surge el gran problema del acceso. Sencillamente, los agentes antibacterianos no llegan a los pacientes que los necesitan urgentemente, en los países de todos los niveles de ingreso”.

Es necesario comentar que si indudablemente es inaplazable contar con nuevos medicamentos para defendernos contra los patógenos farmacorresistentes, también lo es el garantizar que, cuando esto ocurra, los fármacos lleguen a todos los países rápidamente y a todas las personas que los necesiten, sin importar su nivel de ingresos, algo que lamentablemente no ocurrió en la pandemia de COVID-19, en la que los habitantes de los países desarrollados estaban recibiendo la tercera o cuarta dosis de la vacuna contra el SARS-CoV-2, cuando en otros países, obviamente los de ingresos bajos, la mayor parte de su población no había sido vacunada por primera vez.

Algunos datos sobre el impacto de la farmacorresistencia bacteriana:

  • La resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo.
  • La resistencia a los antibióticos es un fenómeno natural, agravado por el uso indebido de estos fármacos en los seres humanos y los animales.
  • Las “superbacterias” ocasionan anualmente la muerte anticipada de aproximadamente 700 mil personas cada año.
  • Para el año 2050, se estima que esta cifra se incrementará hasta llegar, al menos, a 10 millones de fallecimientos.
  • 28.3 millones de personas podrían verse llevadas a la pobreza extrema para 2050, como consecuencia directa de la resistencia a los antibióticos.
  • 13.5 mil millones de dólares se pierden en los EE. UU. y Europa, como consecuencia de las infecciones hospitalarias.
  • Entre el 39% y el 51% de las bacterias que causan infecciones en las salas de cirugía, y el 27% de las que causan infecciones después de las quimioterapias, ahora son resistentes a los antibióticos de uso común.
  • Alrededor de la mitad de los patógenos responsables de las infecciones bacterianas neonatales graves se han vuelto resistentes a la primera línea terapéutica (ampicilina o penicilina y gentamicina) y a la segunda línea (tercera generación, cefalosporinas), tratamientos recomendados por la OMS.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF

Fuentes:

Organización Mundial de la Salud. (14 de junio de 2024).
La OMS publica un informe sobre el estado de desarrollo de antibacterianos.

códigoF. (9 de enero de 2024). Un nuevo antibiótico desarrollado por Roche rompe con la prolongada sequía de más de medio siglo sin nuevos medicamentos contra las súper bacterias.

códigoF. (25 de enero de 2022).
Para 2050, las superbacterias causarán la muerte de 10 millones de personas por año.

códigoF. (19 de abril de 2021).
Las bacterias resistentes a los antibióticos: la pandemia silenciosa que debemos impedir.

El País. (19 de enero de 2022).
Nuño Domínguez. Las superbacterias ya matan más que el sida, la malaria y algunos cánceres.