Dos modelos matemáticos demuestran la conveniencia de su uso, y la OMS rectifica su posición ante el uso de las mismas.
Paralelamente a la búsqueda de una o varias vacunas que impidan de manera efectiva y segura que seamos contagiados por el SARS-CoV-2, el virus causante de la COVID-19, y la ampliación de las indicaciones terapéuticas de algunos fármacos actualmente existentes para el tratamiento de los pacientes aquejados con esta infección, particularmente en estadios graves, un grupo de investigadores y analistas de datos se dieron a la tarea de investigar el valor preventivo del uso de los tapabocas de manera frecuente durante la pandemia, obteniendo unas conclusiones muy interesantes.
Antes de continuar, nos gustaría recordar que el uso de los tapabocas ha tenido entusiastas defensores y firmes detractores, argumentando unos y otros, su utilidad o escaso valor agregado en la lucha contra la expansión de la pandemia, lo que en muchas ocasiones ha dejado que la decisión la tomemos finalmente quienes salimos a la calle por algún motivo, exponiéndonos involuntariamente a contagiarnos.
Un par de análisis matemáticos realizado por un grupo de investigadores británicos, en los que se consideró que 60 millones de personas del Reino Unido adoptaran el uso de tapabocas casi de manera constante, concluyeron que gracias al uso de este simple y económico accesorio, se evitarían segundas o terceras oleadas de la pandemia de coronavirus.
Al respecto, uno de los investigadores del estudio comentó: “Estamos interesados en los beneficios que las máscaras faciales podrían ofrecer como una intervención no farmacéutica, especialmente en los entornos donde las intervenciones de alta tecnología, como el seguimiento de contactos mediante aplicaciones móviles o la detección rápida de casos mediante pruebas moleculares, no son sostenibles”.
“Concluimos que el uso de máscaras faciales por parte de la población, cuando se combinan con el distanciamiento físico o períodos de encierro, puede proporcionar una forma aceptable de manejar la pandemia de COVID-19 y reabrir la actividad económica. Estos resultados son relevantes tanto para el mundo desarrollado como para el mundo en desarrollo, donde un gran número de personas carece de recursos, pero es posible la fabricación de máscaras faciales efectivas hechas en casa. Un mensaje clave de nuestros análisis para ayudar a la adopción generalizada de máscaras faciales sería: mi cubrebocas te protege, tu cubrebocas me protege”.
Para alimentar los modelos matemáticos se utilizaron datos reales de personas contagiadas, y cifras reales sobre el ritmo de contagio previo a las mascarillas similares al máximo alcanzado por diversos países europeos.
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Proceedings of the Royal Society A, el pasado 10 de junio con el título: “A modelling framework to assess the likely effectiveness of facemasks in combination with ‘lock-down’ in managing the COVID-19 pandemic”. En las conclusiones, los investigadores aseguran que con el uso constante de mascarillas en entornos de contagio potencial (aún antes de que se presenten los síntomas por primera vez), el número de reproducción efectiva (Re), puede llevarse por debajo de 1, lo que conduce a la mitigación de la propagación de la epidemia.
Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS), modificó su posición con respecto al uso de este accesorio, afirmando que el uso de cubrebocas, particularmente en áreas de potencial transmisión comunitaria, debe ser considerado como parte de una estrategia integral, ya que por sí solas no evitan los contagios de SARS-CoV-2. Recalca, que es necesario mantener una distancia mínima de entre 1 y 2 mt entre persona y persona cuando sea posible, toser o estornudar en el ángulo interior del codo, lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón y secarlas intensamente.
“Los gobiernos deben alentar a la ciudadanía a usar mascarillas cuando hay una transmisión generalizada y es difícil mantener un distanciamiento físico, como sucede en el transporte público, en tiendas o en otros lugares concurridos o confinados”. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Es necesario destacar que hay algunos científicos que cuestionan el valor real del uso de los cubrebocas para la mitigación de la expansión de los contagios, pero estos modelos matemáticos demuestran que su uso podría tener un impacto positivo en el control de la pandemia a un costo excepcionalmente bajo, en todos los entornos, y mientras llega la tan esperada vacuna.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.
Fuentes:
Proceedings of the Royal Society A. (12 de junio).
A modelling framework to assess the likely effectiveness of facemasks in combination with ‘lock-down’ in managing the COVID-19 pandemic.
Agencia EFE. (12 de junio).
OMS recomienda uso de mascarillas y se disculpa por confusión con hidroxicloroquina.
Expansión. (12 de junio).
La OMS recomienda el uso de cubrebocas de tela en la población general.
Milenio. (12 de junio).
OMS cambia protocolo de uso de cubrebocas; recomienda usarlo en lugares públicos.