Una cuarta parte no está segura de lo que hará, y el resto la rechaza tajantemente.
Todas las noticias parecen indicar que a finales de este año, o a mediados del próximo, si todo sale según lo deseado, alguna o algunas de las candidatas a vacunas contra el SARS-CoV-2, las que actualmente están siendo sometidas a diferentes etapas de estudios clínicos, obtendrán la aprobación necesaria por parte de las autoridades sanitarias locales y globales para su comercialización, aunque por el momento se desconoce su eficacia y seguridad, el número de dosis necesarias, el tipo, alcance de cobertura inmunitaria, los volúmenes y tiempos estimados de fabricación, distribución, y el precio de venta, por mencionar los aspectos más relevantes sobre ellas.
Sin embargo, y anticipándose a lo que se prevé como un duro enfrentamiento entre los organismos sanitarios responsables del cuidado de la salud y los miembros de los movimientos antivacunas, los que niegan repetida y frontalmente a inocular a sus hijos pequeños, y en este caso también a los adultos, se han realizado diferentes encuestas de opinión para conocer las posiciones sobre “la vacuna” en amplios segmentos poblacionales.
En este punto, nos parece necesario acotar que como lo hemos abordado en diferentes artículos publicados previamente, los beneficios de las vacunas han sido denostados innumerables veces por los movimientos y las personas que se oponen a la vacunación, sin que para ello hayan aportado nunca, y seremos enfáticos en ello, nunca, pruebas científicas o documentales sólidos que puedan demostrar que las vacunas representan un peligro, basando sus afirmaciones en estudios sin validez científica alguna, anécdotas, rumores, creencias y mentiras, ampliamente refutadas por eminentes científicos y sólidas investigaciones.
“La vacunación es una de las herramientas más importantes que tenemos para prevenir los brotes epidemiológicos y preservar la seguridad mundial. Aunque hoy en día la mayoría de los niños se vacunan, son demasiados los que quedan rezagados. Y es inaceptable que a menudo las personas que más riesgos corren: las más pobres, las más marginadas, las afectadas por conflictos u obligadas a abandonar sus hogares— queden persistentemente excluidas”. Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud.
Los analistas han documentado que los movimientos antivacunas han desarrollado una intensa actividad proselitista en redes sociales, construyendo y fortaleciendo una plataforma de miedo e incertidumbre alrededor de la pandemia y de las vacunas, impulsando una fuerte oposición anticipada al fármaco y su inoculación. Para poner en contexto esto, les comentamos que durante los últimos meses, el 10% de las páginas de Facebook dirigidas por personas que hacen preguntas sobre las vacunas, han cambiado sus visitas a páginas antivacunas, lo que muestra una tendencia creciente hacia ese polo de pensamiento.
En mayo, un video camuflado de documental y exhibido a través de YouTube y otras plataformas, titulado “Plandemic” (juego de palabras entre “plan” y “pandemia” en inglés), conducido por la desacreditada investigadora y bióloga molecular Judy Mikovits, en el, busca convencer a los espectadores que los contagios y las muertes relacionadas con la COVID-19 son exageradas, y que una vacuna podría, más que prevenir la enfermedad, matar a millones de seres humanos. El video en cuestión alcanzó entre 7 y 8 millones de visitas antes de ser eliminado por contener afirmaciones tendenciosas y sin fundamento que además, atentan contra la salud.
Por otra parte, encuestas realizadas recientemente en los EE. UU. muestran que solamente el 50% de las personas estarían dispuestas a ser vacunadas contra el SARS-CoV-2 y un 25% manifiestan no estar seguras. El resto de las personas encuestadas afirmó que no permitirá ser vacunada, al igual que en Francia, país en el que el 26% de los encuestados aseguró que se opondrán a la inoculación.
Una encuesta realizada por la Associated Press y la Universidad de Chicago, en los Estados Unidos de Norteamérica, país que presumiblemente tendrá acceso prioritario a la o las vacunas, para lo que ha invertido miles de millones de dólares que le garanticen una patente de corso, muestra que incluso entre la población afroamericana, uno de los grupos étnicos que ha demostrado tener mayor vulnerabilidad a la COVID-19, y que representa casi una cuarta parte de las muertes por esta enfermedad, reveló que el 40% no aceptará ser vacunado.
Ante esta compleja situación, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) están trabajando en un plan para aumentar la “confianza en la vacuna”, buscando incrementar sustancialmente las posibilidades de alcanzar al mayor número de personas.
En este tema, sería esencial para el trazado de una hoja de ruta estratégica, conocer a través de encuestas amplias y confiables, la posición que presumiblemente tendrán los ciudadanos mexicanos con respecto a la disposición o no a vacunarse (cuando llegue el fármaco), lo que permitiría el diseño e implementación de acciones inteligentes que incrementen la percepción positiva y la confianza en las autoridades sanitarias y las acciones vacunales por parte del estado. Sin información confiable, es imposible tomar decisiones acertadas.
Antes de la llegada de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS), había hecho notar que con las actuales tasas y tendencias de participación vacunal, contra el sarampión y otras enfermedades infecciosas, lo que esta organización denomina como “vacilación por la vacuna”, era una de las 10 principales amenazas para la salud mundial.
No podemos negar que la búsqueda tan acelerada de la vacuna puede acarrear algunos riesgos inesperados, pero tampoco podemos olvidar que la situación mundial no permite la espera de una solución que demore años, como generalmente ocurre con el desarrollo de nuevos fármacos.
Las compañías investigadoras están enfrentando retos enormes en el desarrollo de la vacuna, los que junto con la vigilancia de los organismos sanitarios mundiales y sus patrocinadores, buscan subsanar a través de plataformas de desarrollo, protocolos de diseño y validación acelerados, para alcanzar los resultados esperados en el menor tiempo posible.
Lo que los especialistas en la comunicación y la dispersión de información a través de las redes sociales aseguran, es que las publicaciones en las redes sociales que consiguen crear la impresión de un verdadero debate sobre la seguridad de las vacunas, aprovechan los hábitos psicológicos que hacen que las personas piensen que no hacer nada es más seguro que tomar medidas, utilizando la profunda desconfianza que muchos sectores poblacionales tienen sobre sus autoridades políticas.
Sobre lo que no cabe duda, es que la inacción no es el camino adecuado. Cuarenta expertos de todo el mundo, reunidos en línea para una sesión de estrategia organizada por expertos de la City University of New York y la London School of Hygiene & Tropical Medicine (LSHTM), recomiendan trabajar intensa y rápidamente para tratar de contrarrestar los mensajes antivacunas, a través de comunicados menos institucionales, técnicos plagados de datos y formalismos, desarrollando mensajes creativos que apelen directamente a las emociones y que consigan atraer la atención de los receptores, modificar su percepción sobre los fármacos e influir positivamente en su decisión para vacunarse.
Sin embargo, los expertos también advierten que para debilitar los mensajes antivacunas no bastan las redes sociales, sino llevar el debate al mundo real, donde las personas trabajamos, compramos y socializamos.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF
Fuentes:
Science. (1 de julio 2020).
Just 50% of Americans plan to get a COVID-19 vaccine. Here’s how to win over the rest.
Hoy. (1 de julio 2020).
El sarampión pone en jaque a Nueva York.
Diario El País. (1 de julio 2020).
Nueva York obliga a vacunar contra el sarampión en los distritos judíos de Brooklyn bajo amenaza de multa.
Organización Mundial de la Salud. (1 de junio 2020).
Un nuevo informe muestra que los casos de sarampión aumentan a nivel mundial debido a una cobertura vacunal insuficiente.
Organización Mundial de la Salud. (1 de junio 2020).
Cobertura vacunal.
El Periódico. (1 de junio 2020).
Italia frena a los antivacunas.
El País. (2 de julio 2020).
‘Plandemic’, la conspiración antivacunas sobre el coronavirus que ha atraído a millones de personas.
El País. (1 de junio 2020).
Nueva York prohíbe que la religión sea motivo para evitar vacunar a los niños.
Organización Mundial de la Salud. (1 de junio 2020).
Semana Mundial de la Inmunización 2020.