Los antibióticos, son medicamentos utilizados para el tratamiento de infecciones bacterianas, sin embargo, estas bacterias mutan como respuesta al uso indebido de fármacos, volviéndose más resistentes y difíciles de tratar. Enfermedades como neumonía, tuberculosis o gonorrea se vuelven difíciles de tratar o incluso imposibles, pues los antibióticos han perdido eficacia.
La resistencia a los antibióticos constituye una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo. Es imperante un cambio de hábitos en la forma en la que se utilizan y prescriben los antibióticos actuales y deberán incluirse medidas de prevención como la vacunación, higiene personal, seguridad en relaciones sexuales e higiene alimentaria, con el fin de reducir la propagación de infecciones.
Actualmente, el sector salud invierte en la investigación y desarrollo de nuevos antibióticos al problema de salud pública.
Una de las noticias más recientes y prometedoras, tiene que ver con las hormigas, estos insectos fabrican sus propios antibióticos a partir de glándulas internas que distribuyen el líquido a través de su cuerpo para combatir la infección. Esta investigación tiene lugar en el Centro de Biomimetismo de la Universidad Estatal de Arizona (ASU, por sus siglas en inglés), EE.UU., en la que un grupo de investigadores, liderados por el biólogo integrista Clint Penick, Profesor asistente de investigación del centro universitario antes citado, e Investigador Senior en Sustentabilidad, del Instituto Global de Sustentabilidad Julie Ann Wrigley de la misma universidad.
Este grupo de investigadores, recolectó hormigas pertenecientes a 20 especies diferentes de colonias de diversos tamaños, considerando que cuanto más grande, y por lo tanto mayormente poblada fuera la colonia, más poderosas serían sus defensas antimicrobianas.
Por una parte, los científicos descubrieron que los diferentes componentes básicos del exoesqueleto de 12 de las especies de hormigas investigadas, tuvieron amplia capacidad para inhibir el desarrollo de la bacteria Staphylococcus epidermidis.
Solenopsis molesta
Por otra parte, la investigación demostró que la hormiga ladrona [Solenopsis molesta], residente en colonias pequeñas (cientos de individuos) y también la de proporciones corporales más reducidas, es la que produce el antimicrobiano más potente, lo que sugiere que ni el tamaño de la colonia, ni del insecto, determinan per se su capacidad antimicrobiana.
“A la luz del incremento de un mayor número de patógenos resistentes a los antibióticos, la investigación sobre el control de patógenos en insectos sociales podría proporcionar la información futura necesaria para hacer frente a la resistencia a los antibióticos. Como otros científicos han sugerido, los insectos sociales podrían ser fuentes prometedoras para el desarrollo de nuevos antibióticos”. Clint A. Penick.
Esperamos que esta nueva fuente de investigación, sumada a otros caminos de diferentes disciplinas científicas consigan, en el menor tiempo posible, renovar nuestra capacidad de combate contra las infecciones que hoy, se han vuelto nuevamente letales.
Fuentes:
OMS | Organización Mundial de la Salud.
Resistencia a los antibióticos.
The Royal Society.
External immunity in ant societies: sociality and colony size do not predict investment in antimicrobials.
Arizona State University.
How ants could inspire a new generation of antibiotics.