La elección de insumos costo efectivos busca garantizar que la tecnología y los suministros para la salud sean de eficacia y seguridad probadas, produzcan efectos cuantificables, contundentes, que justifiquen su elección y costo.
Sin lugar a dudas, y como lo hemos venido señalando en diversos artículos, el sistema de salud mexicano requiere, además de una modernización y articulación funcional urgentes, la asignación permanente de los recursos financieros imprescindibles, el equipamiento necesario, los fármacos suficientes, seguros, efectivos, y el personal capacitado, motivado y debidamente remunerado, que de manera integral ofrezca a los usuarios, de manera oportuna, y sin restricciones, los servicios de atención primaria y especializada médica que demandan.
Por otra parte, y no menos importante, hemos destacado reiteradamente que por sí misma la asignación de los recursos, aunque pudiera ser basta, no sería suficiente, mientras no esté avalada y soportada en un sólido, transparente, medible y auditable proceso de toma de decisiones, con el que se garantice que solamente los insumos más seguros, eficaces y costo efectivos, se incorporarán para la satisfacción plena de las necesidades de salud de la población, práctica soportada en los siguientes tres pilares:
Todos los sistemas de salud se enfrentan a la compleja disyuntiva entre los programas o proyectos en los que invertir, y los recursos disponibles, lo que muchas veces limita el acceso oportuno y la implementación amplia de los nuevos tratamientos desarrolladas por la ciencia de la investigación. En este contexto, el papel del Estado, además de ineludible, es fundamental, ya que tiene la alta responsabilidad de proveer a la población un sistema de salud oportuno, eficiente y seguro, eligiendo los procedimientos que subvencionará, las nuevas tecnologías que adoptará, o los fármacos y recursos a incluir en los planes médicos.
1.- Evidencia científica sólida que justifique, por un lado, los efectos que el insumo tiene en la atención médica y en el proceso o problema de salud que busca resolver, así como la seguridad comprobada vinculada al empleo de la tecnología o el insumo.
2.- Profundo y adecuado conocimiento de los resultados de la tecnología, lo que abarca, por un lado, consideraciones sobre su temporalidad en el corto mediano y largo plazo, y por el otro, los efectos en el paciente, su entorno familiar directo y la sociedad misma. En este apartado se deben considerar los efectos y las consecuencias que potencialmente ocurrirían si la tecnología o el medicamento no es incorpora, definido como costo de la no innovación.
“A lo largo del desarrollo científico se han venido integrando constantes metodologías para el análisis de la evidencia científica, misma que deben emplearse de manera puntual en el análisis de la información pero que siempre debe de complementarse con la experiencia clínica y el empleo de métodos deductivos e inductivos y mucho sentido común, solo la exitosa combinación e interacción de estos elementos garantiza una adecuada evaluación”. Dr. César Alberto Cruz Santiago. Director General de Valoración Científica y Técnica, Consejo de Salubridad General (CSG).
3.- Completa evaluación de los costos y recursos que deberán emplearse para la incorporación de la tecnología. En este apartado se consideran los diversos métodos aceptados por las escuelas clásicas de evaluación económica y que fundamentalmente considera los siguientes tipos de estudios:
a) Estudio de minimización de costos: se emplea cuando las alternativas a evaluar tienen la misma eficacia y seguridad y solamente difieren en el precio. Se considera que la nueva alternativa tendrá un precio inferior, y por ello la adopción de la tecnología propuesta representará un ahorro para el sistema de salud.
“La tarea fundamental de la evaluación es la aplicación metodológica de los conceptos y buenas prácticas en el momento de evaluar, así como la constante búsqueda de las mejores alternativas en la evaluación de la evidencia científica disponible y de la evaluación económica adecuada, a fin de garantizar una objetiva toma de decisiones e incluir los mejores insumos, de manera que se constituyan en una herramienta eficaz para la atención y así contribuir a la solución de los problemas de salud de la población”. Dr. César Alberto Cruz Santiago. Director General de Valoración Científica y Técnica, Consejo de Salubridad General (CSG).
b) Estudio de Costo Efectividad: se utiliza cuando la alternativa a evaluar es más costosa que las alternativas con las que se cuenta en la actualidad pero su utilización implica una mayor efectividad, la que puede cuantificarse en unidades naturales incrementales a las que se asigna un costo, de manera que aunque la alternativa resulta costosa, la efectividad que aporta puede significar un ahorro al mejorar los resultados en salud, o bien producir un mayor beneficio en comparación con lo que se cuenta en la actualidad.
c) Estudio Costo Utilidad: se emplea cuando el beneficio puede medirse a través de la ganancia que el empleo de la tecnología o los medicamentos producen en años de vida ajustados a calidad o años de discapacidad evitada. Este tipo de estudios se realizan principalmente en los países con alto nivel de desarrollo, y para hacer posible su implementación se requiere del cálculo de los valores denominados como Ponderadores Sociales en Salud, únicos para cada país. En México, y gracias al trabajo conjunto entre el Gobierno, la Academia y la Industria Farmacéutica, fue posible el cálculo de estos ponderadores con el uso del instrumento denominado EQ 5D del grupo Euroqol; lo que permitirá la realización de este tipo de estudios, en los que se incorporan, además, el pensamiento y sentir de los pacientes.
d) Estudios Costo Beneficio: que se utilizan cuando la incorporación de la tecnología produce beneficios que pueden medirse en términos monetarios, o bien es necesario incorporar a la toma de decisiones conceptos como el índice de rentabilidad, el valor presente neto, etc.
e) Estudios de Impacto Presupuestal: permite evaluar el impacto presupuestario que dentro del sistema de salud y de cada una de sus instituciones tendrá la adquisición de la tecnología evaluada. Este estudio es de vital importancia, pues posibilita la adecuada planeación de los recursos en caso de la decisión de incorporar una determinada tecnología, conociendo cuanto debe de invertirse para conseguir la correcta implementación, los consumibles o adecuaciones que deben adquirirse para que la tecnología funcione de manera eficiente, y produzca los beneficios considerados en el apartado de la evaluación de la mejor evidencia científica disponible.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.
Fuentes:
Consejo de Salubridad General. (Abril del 2022).
INSUMOS COSTO EFECTIVOS UN OBJETIVO POSIBLE.
Nicolás Iragorri Amaya / Paula Andrea Triana Romero. (s.f.).
Metodología del análisis de costo-efectividad (ACE) en la práctica clínica.
NeuroEconomix. (20 de febrero del 2020).
Claves para entender los análisis de costo-efectividad y otros tipos de evaluaciones económicas.
Revista Española de Cardiología. (Abril del 2016).
El análisis de coste-efectividad: por qué y cómo.