Más allá del reto que representa el diagnóstico temprano de la diabetes mellitus en nuestro país, el monitoreo constante de los niveles de glucosa en sangre, el cumplimiento estricto y real de las recomendaciones médicas por parte de los pacientes, está la administración de la insulina necesaria para el control de la diabetes tipo 1 a través de una inyección subcutánea, lo que complica y encarece el tratamiento, al ser necesarias: jeringa o dispositivo de aplicación, algodón, antiséptico entre otros, pero sobre todo por la declarada  aversión que muchas personas tienen por las inyecciones.

Aunque para algunas personas inyectarse no constituye ningún problema, para muchas otras representa un obstáculo prácticamente insalvable. El miedo a las agujas y objetos punzocortantes se denomina tripanofobia (también llamada aicmofobia), la que frecuentemente está relacionada con otras dos fobias: la hemofobia, miedo a la sangre y la traumatofobia, miedo a las heridas, las que impiden que muchos pacientes se inyecten, aún cuando de ello dependa su salud e incluso su vida.

Es por ello que más allá del diagnóstico y el respeto por la prescripción médica, sería fabuloso que la insulina pudiera administrarse por vía oral, lo que además de representar un evidente ahorro financiero, eliminaría el freno que muchos pacientes tienen para inyectarse, como resultado del miedo o fobia a las agujas de las inyecciones.

En este contexto, adquiere gran relevancia el trabajo que está llevando a cabo un equipo de científicos del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), para el desarrollo de una microesfera capaz de transportar hasta el colon (desde donde será absorbida para incorporarse al torrente sanguíneo), la insulina que necesitan los pacientes con diabetes tipo 1 por vía oral, sin que se deteriore y pierda su capacidad terapéutica, al pasar por el sistema gastrointestinal.

Más allá de la importancia de este desarrollo, aún en investigación, lo constituye el hecho de que, para la creación de las microesferas, los investigadores han probando un polisacárido encontrado principalmente en diferentes cereales, entre los que destaca el maíz.

De esta manera se le daría un importante uso a algunos subproductos del procesamiento del maíz, esencialmente el pericarpio de la planta (recubrimiento de la semilla), cuya estructura ofrece la resistencia necesaria para preservar la integridad del fármaco de las condiciones del sistema intestinal superior, además de ofrecer acción antioxidante y probiótica.

Hasta el momento, la eficacia de esta microesfera se ha evaluado con éxito a nivel preclínico en animales de laboratorio, pero los investigadores consideran que en un futuro próximo su eficacia podrá ser evaluada en seres humanos.

Estamos seguros que muchos diabéticos tipo 1 se alegrarán al saber que para recibir la insulina ya no tendrán que padecer las temidas inyecciones.

Por: Manuel García Rodríguez

Fuentes:

Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Ciencia y Desarrollo. Suministran insulina con cápsulas. Pilar Martínez.

Diccionario de la Real Academia de la Lengua.
Fobia.

Psicología y Mente.
Miedo a las inyecciones (tripanofobia): causas, síntomas y consecuencias.