Un estudio de cohortes retrospectivo, liderado por el Dr. Mauricio Hernández Ávila, médico cirujano, doctor en epidemiología, e investigador del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en el que se utilizaron los datos de trabajadores del sector privado registrados durante el pico de transmisión de la variante ómicron del SARS-CoV-2, del 2 de enero al 5 de marzo de 2022, concluyó que la vacunación a dosis completas contra el SARS-CoV-2, durante el periodo de diciembre de 2020 a diciembre de 2021, consiguió reducir del riesgo de hospitalización por el virus en 2.7 veces, y una disminución de 4.2 veces la probabilidad de muerte.

Para su análisis, los investigadores utilizaron modelos de regresión multivariable de Poisson con los que compararon los riesgos de hospitalización o muerte por estatus de vacunación, ajustando variables por grupo de edad, sexo, estatus previo de incapacidad, cuartil salarial (valores que dividen una muestra de datos en cuatro partes iguales, estado de residencia, comorbilidades, y semana epidemiológica, en los que no incluyeron las muertes y hospitalizaciones fuera del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Vale la pena precisar que las vacunas utilizadas en la Estrategia Nacional de Vacunación contra el SARS-CoV-2 durante el periodo antes mencionado, y que fueron aplicadas a 81.9 millones de personas, incorporaban las desarrolladas por AstraZeneca/Universidad de Oxford; CanSino Biologics; Janssen; Moderna; Pfizer Inc./ BioNtech; Sinovac Research and Development Co.; y Gamaleya National Center of Epidemiology and Microbiology.

Al respecto, el Dr. Mauricio Hernández Ávila declaró: “Estos resultados muestran el éxito del Programa Nacional de Vacunación en la protección de la fuerza laboral contra el COVID-19, los que podrían utilizarse para el diseño de futuras estrategias de inmunización, tanto en México como a nivel global”.

Por su parte, el Dr. Andreu Comas García, médico cirujano, doctor en Ciencias Biomédicas e investigador de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), quien es debido aclarar que no participó en la investigación, tiene otra opinión: “Con este estudio de cohorte se encuentran resultados muy similares a los de los investigadores chinos, aunque en el caso de México la eficacia es alrededor de 20% o 30% menor, lo que podría explicarse, en parte, debido a la mala estrategia de vacunación aplicada”.

“Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron registros de hospitalización y muerte entre trabajadores (partiendo de una base de datos de 1.4 millones de los 20.1 pertenecientes al sector privado y afiliados al IMSS) que solicitaron una incapacidad temporal de trabajo por enfermedades respiratorias y resultaron positivos a la infección por el SARS-CoV-2. Ligaron los datos de la Clave Única de Registro de Población (CURP) de cada trabajador con la del Sistema de Notificación en Línea para la Vigilancia Epidemiológica del IMSS para identificar a quienes se hicieron pruebas de detección de SARS-CoV-2 y revisaron su información: sexo, edad, lugar de residencia, estatus de incapacidad. Tras descartar a las y los trabajadores que dieron negativo a la prueba, recibieron solo vacunación parcial, o tenían información incompleta, eligieron a un total de 347 mil 899 para el estudio de cohortes. Finalmente, asociaron estos registros con los de la base nacional de datos sobre inmunización contra COVID-19, facilitada por la Secretaría de Salud”.

Sin embargo, y a pesar de la seriedad con la que se realizó el estudio, los investigadores reconocen que se enfrentaron a múltiples limitantes, como  la falta de registro de refuerzos de vacunas, la posible sobrerrepresentación de adultos mayores o personas con comorbilidades en las categorías con mayor tiempo desde la vacunación (por la prioridad a recibir la vacuna), la falta de acceso a datos clínicos para conocer la gravedad de la infección, así como un diagnóstico obtenido mediante pruebas rápidas de antígeno en la mayoría de los casos (98.5%), que son menos sensibles y específicas que las de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), y podrían sesgar los risk ratios (cuántas veces se incrementa o reduce el riesgo de presentar un evento dependiendo de la exposición) anulándolos al no ser detectadas las infecciones relativamente leves.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF

Fuentes:

Salud Pública de México. (Enero-febrero de 2024).
The Omicron wave in Mexico: vaccine protection against progression to severe Covid-19 in SARS-CoV-2-infected workers

Medscape. (11 de marzo de 2024).
Las vacunas contra el SARS-CoV-2 redujeron riesgo de hospitalización y muerte en México