Los nuevos medicamentos contra la malaria que están en investigación son prometedores, pero tardarán varios años para estar disponibles; mientras tanto, la situación se deteriora y los niveles de farmacorresistencia se incrementan, por lo que es necesario actuar de inmediato.
Cada día se vuelve más y más apremiante la búsqueda y desarrollo de nuevos medicamentos que combatan la enconada farmacorresistencia que han desarrollado progresivamente virus, bacterias, parásitos y hongos, contra los antimicrobianos, lo que deja a los médicos con menos opciones para combatir con éxito a las infecciones.
“La resistencia a los antimicrobianos es una de las 10 principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad”. Organización Mundial de la Salud
En este contexto, es preocupante saber que, de acuerdo con los resultados de un estudio publicados el pasado 23 de septiembre en The New England Journal of Medicine, con el título “Emergence of Artemisinin-Resistant Plasmodium falciparum in East Africa”, el Plasmodium falciparum, parásito causal de la malaria o paludismo, ha desarrollo una resistencia frontal ante la acción de la artemisinina, componente principal de los tratamientos de primera línea contra la malaria, lo que incrementa la posibilidad de brotes descontrolados de esta enfermedad.
El paludismo es una enfermedad prevenible y curable, pero potencialmente mortal, transmitida a los seres humanos principalmente por la picadura de hembras infectadas del mosquito Anopheles, la que se presenta sobre todo en países tropicales, y en menor cuantía por transfusiones de sangre y agujas contaminadas, y no puede ser transmitida de persona a persona.
Vale la pena recordar que los autores del estudio “Global burden of bacterial antimicrobial resistance in 2019: a systematic analysis”, publicado en The Lancet, concluyeron que, para el año 2050, las “superbacterias” ocasionarán la muerte anticipada de 10 millones de personas, fallecimientos que se sumarán a los 1.2 millones de decesos anuales directamente relacionados por esta causa, y la muerte indirecta de 5 millones más, de las que ocurren en la actualidad.
Volviendo a tema de la resistencia desarrollada por el Plasmodium Falciparum contra los medicamentos basados en artemisininas, es necesario considerar que en 2019 fueron notificados a nivel mundial 229 millones de casos de malaria, los que ocasionaron 409 mil muertes, cifras que, aunque considerables, habían conseguido abatirse gracias a la contribución de las terapias combinadas basadas en el principio de primera línea contra la enfermedad, para el cual actualmente no existe hasta el momento ninguna alternativa.
Los nuevos medicamentos bajo investigación contra la malaria son prometedores, pero tardarán varios años para estar disponibles, mientras la situación se deteriora y los niveles de farmacorresistencia se incrementan, con el consiguiente aumento de contagios y muertes. Los infectólogos sugieren enfrentar la enfermedad a través de las combinaciones con los antipalúdicos existentes, ya sea incluyendo dos fármacos asociados de eliminación lenta para proporcionar protección mutua, además de los derivados de la artemisinina, o los tratamientos combinados triples con este principio activo.
La evidencia muestra que los parásitos Plasmodium falciparum resistentes a la artemisinina se han extendido en la subregión del Gran Mekong en el Sudeste Asiático durante los últimos 10 años, lo que no solamente llevará al incremento del número de casos, y fallecimientos en esa y otras regiones aledañas, sino también a que, impulsados por el cambio climático, los mosquitos portadores de la enfermedad lleguen a otras regiones del mundo.
“La resistencia a la artemisinina en P. falciparum es ocasionada por mutaciones puntuales en el gen kelch13 en un contexto genético adecuado. Se encuentra una baja prevalencia (<1%) de mutaciones kelch13 en todas las poblaciones del parásito P. falciparum, pero hasta hace poco no había evidencia convincente de resistencia a la artemisinina en África. Esto ahora ha cambiado. Los estudios de parásitos que fueron aislados en Ruanda y Uganda hace 5 a 7 años identificaron parásitos mutantes kelch13 con susceptibilidad ex vivo reducida a la etapa del anillo. En Masaka, un vecindario ruandés en las afueras de la ciudad capital de Kigali, la prevalencia de la mutación kelch13 R561H en parásitos P. falciparum aumentó del 7.4% en 2014-2015 al 20% en 2018”. The New England Journal of Medicine
Algunos datos y cifras sobre la malaria o paludismo:
- En 2021, casi la mitad de la población mundial estaba expuesta al riesgo de padecer paludismo.
- Ese año, según los cálculos, hubo en el mundo 247 millones de casos de paludismo.
- Se estima que en 2021 la enfermedad causó la muerte de 619 mil personas.
- La Región de África de la OMS soporta una fracción desproporcionadamente alta de la carga mundial de morbilidad. En 2021, la región concentró el 95% de los casos de paludismo y el 96% de las defunciones por esta enfermedad.
- De todas las defunciones por paludismo registradas en la región, alrededor del 80% corresponden a niños menores de 5 años.
- Los síntomas pueden ser leves o potencialmente mortales. Los síntomas leves son fiebre, escalofríos y dolor de cabeza. Los graves incluyen fatiga, confusión, convulsiones y dificultad para respirar.
- Los lactantes, los menores de 5 años, las mujeres embarazadas, los viajeros y las personas con VIH o sida corren más riesgo de sufrir una infección grave.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF
Fuentes:
The New England Journal of Medicine. (23 de septiembre de 2021).
Emergence of Artemisinin-Resistant Plasmodium falciparum in East Africa
The New England Journal of Medicine. (23 de septiembre de 2021).
Evidence of Artemisinin-Resistant Malaria in Africa
Organización Mundial de la Salud. (29 de marzo de 2023).
Paludismo
códigoF. (25 de enero de 2022).
Para 2050, las superbacterias causarán la muerte de 10 millones de personas por año
Organización Mundial de la Salud. (17 de noviembre de 2021).
Resistencia a los antimicrobianos
Organización Panamericana de la Salud. (Septiembre de 2019).
Marco para la prevención, contención y eliminación de la resistencia a la artemisinina en América del Sur