4000 muertes diarias, la factura de la tuberculosis.

En artículos anteriores, hemos abordado la gran preocupación que existe a nivel global sobre el relajamiento o total incumplimiento de los programas sanitarios tendientes al control y tratamiento de otras enfermedades infecciosas como el VIH, la malaria y la tuberculosis, por poner solamente tres ejemplos, lo que ha sucedido desde que los recursos humanos y financieros se volcaron casi íntegramente en la lucha contra la COVID-19.

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que suele afectar a los pulmones, causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis. Se transmite de una persona a otra a través de las gotículas generadas en el aparato respiratorio de pacientes con enfermedad pulmonar activa.

El tema coyuntural no es que se dediquen ingentes recursos para combatir esta pandemia, sino que los mismos se resten al cumplimiento de acciones que después de largas décadas de trabajo e inversión financiera, han conseguido importantes avances.

La Alianza Alto a la Tuberculosis, publicó recientemente un modelo analítico que examina el impacto potencial que ocasionará la respuesta a la COVID-19 en relación con la atención de la tuberculosis en países con una alta carga de esta enfermedad, llegando a la conclusión de que la interrupción causada por la respuesta a la pandemia conducirá inevitablemente a un aumento de la morbilidad y la mortalidad en estas localidades, perdiéndose entre 5 y 8 años de trabajo previo, ya que los niveles pre-pandémicos no regresarán, cuando menos hasta 2025, siempre y cuando se obtengan y destinen los recursos humanos y materiales necesarios para ello.

“Es peligroso asumir que los esfuerzos pueden dirigirse completamente a otra parte, incluso en respuesta a los enormes desafíos planteados por la COVID-19. No tenemos la libertad de elegir entre uno u otro. El hecho de que algunos piensen que se debe tomar una decisión plantea las preguntas: ¿son los recursos del mundo tan inadecuados que debemos abandonar el progreso realizado en tuberculosis para enfrentar el nuevo desafío de COVID-19? ¿Podría un enfoque estrecho concentrarse en una enfermedad en última instancia resultar más costoso?”.

Los investigadores, Rebecca Brown y Michael Head, aseguran que el 40% de los recursos asignados hasta el momento a la COVID-19, representan aproximadamente los ejercidos en investigación durante los últimos 20 años, lo que desde su punto de vista demuestra que los recursos existen, pero hace falta voluntad y decisiones políticas para que las palabras se tornen en acción.

“La interrupción de los sistemas de salud amenaza con dar al traste con décadas de progreso en la lucha contra la mortalidad materna e infantil, la infección por el VIH, el paludismo, la tuberculosis, las enfermedades no transmisibles, las enfermedades mentales, la poliomielitis y muchas otras de las amenazas más urgentes para la salud”. Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud.

Es por ello que preguntan: ¿por qué una enfermedad infecciosa responsable de un promedio diario de 4000 muertes no consigue generar este sentido de urgencia?, a lo que responden: “De alguna manera, la tuberculosis no se considera en general como un problema urgente; y con la respuesta internacional a la COVID-19, sabemos cómo se ve una respuesta urgente”. Ampliando su visión comentaron: Es probable que no sea el momento para aumentar el gasto en combatir la tuberculosis, ya que muchos esfuerzos se centran en otros lugares, pero tampoco debemos ser miopes y asumir que la atención a una enfermedad infecciosa tan importante puede ser abandonada mientras abordamos una nueva prioridad, lo que más adelante ocasionará mayores problemas, y exigirá mayores recursos para atenderla.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.

Fuentes:

The Lancet microbe. (9 de junio).
We risk letting a new threat expose us to old enemies.

Organización Mundial de la Salud.
(9 de junio). Alocución del Director General de la OMS en la Asamblea Mundial de la Salud.

Organización Mundial de la Salud.
(9 de junio). Tuberculosis.

Organización Mundial de la Salud. (9 de junio).
Las nuevas recomendaciones de la OMS para prevenir la tuberculosis aspiran a salvar millones de vidas.

códigoF. (9 de junio).
73a Asamblea Mundial de la Salud.