A unos días de haberse iniciado las negociaciones para la implementación del tratado de libre comercio entre México, Canadá y los EE.UU., y con ello la ardua y alta responsabilidad que en nombre de cada uno de los mexicanos asumen los negociadores nacionales, liderados por Ildefonso Guajardo Villarreal, Secretaría de Economía, nos llegan noticias sobre los cambios de política y estatus migratorio recientemente implementados por la Food & Drug Administration (FDA), y que tienen línea directa con la visión aislacionista, proteccionista y segregacionista del presidente Donald Trump.
El caso es que la FDA adoptó una nueva política de verificación de antecedentes de seguridad, la que prohíbe a este importante organismo contratar personal de origen extranjero, si no ha residido en los EE. UU. durante un periodo mínimo de 36 meses durante los últimos 5 años de obligada estancia.
La medida es tan criticable como absurda, ya que antepone el estatus migratorio a la capacidad profesional de las personas, enarbolando sin sentido alguno la bandera de la seguridad nacional.
La información fue difundida a través de un “plan de comunicación” dirigido a los directivos del organismo, y al compartirse ha creado un ambiente creciente de confusión y alarma entre la comunidad científica de la FDA y fuera de ella.
Aparentemente, la prohibición para contratar personal extranjero no afecta a la mayoría de las personas que actualmente laboran en la institución, salvo a aquellos que hayan sido contratados a partir del 1 de octubre.
Se estima que esta restrictiva medida afectará, entre otros, a cerca de 50 estudiantes becarios de posdoctorado que generalmente ocupan posiciones de corto plazo.
«Este es un verdadero cambio en nuestro funcionamiento. Podemos mirar alrededor y nombrar a la gente que ahora está en posiciones de liderazgo serias en la FDA que nunca habría entrado en la puerta bajo esta regla» son las palabras dichas por un científico de la FDA que solicitó el anonimato.
Esta visión aislacionista, además de afectar a otros países, en este caso específico a la comunidad científica internacional, se volverá (tarde o temprano) en contra de quienes la dictan y la detentan, ya que la participación y aportación de mentes brillantes, no puede ser limitada por la segregación, sin provocar daños colaterales.
La medida afecta a toda la administración norteamericana, y existen recursos legales para la contratación excepcional de personal que no cumpla a carta cabal con este requisito, la FDA la está llevando al extremo más agudo y afilado de la misma, justificando su dureza, bajo el argumento de tener la más alta responsabilidad en la regulación de la seguridad en fármacos y alimentos. «Nos diferenciamos de las otras divisiones de operaciones del Health and Human Services Depart (HHS), porque estamos en posesión de secretos comerciales e información comercial confidencial y datos que se valoran en miles de millones de dólares», » es nuestra opinión que tenemos que seguir tanto la letra y la intención de la nueva política».