Ante los desafíos de la naturaleza como los provocados por los sismos de septiembre, que golpearon a una porción relevante de nuestro país, o los que provienen de lluvias, que se desarrollan en zona lacustre como la Ciudad de México y se manifiestan con aumento de magnitudes de agua, viento, y/o granizo, se generan riesgos en la operación de las actividades productivas que se desarrollan en las fábricas o lugares donde se elaboran, distribuyen o comercializan los medicamentos. Por lo anterior, es importante contar con planes que minimicen las consecuencias de catástrofes naturales en zonas consideradas de alto riesgo.
En ese sentido, comparto algunos conceptos y experiencias que hemos considerado e implementado en las actividades que desarrollamos en MSD, laboratorio en el que tengo a mi cargo la responsabilidad de la planta de producción en México y que pueden ser de utilidad para una amplia deliberación sobre la importancia de las actividades de prevención.
Para ser efectivos se precisa la realización de actividades que nos permitan estar en condiciones de afrontar los desafíos en mención, por lo que es pertinente establecer un ciclo que conformado por cuatro fases, haga posible que toda empresa cuente con los elementos necesarios para enfrentarlos:

Este ciclo de orden general debe acompañarse de otro específico, en el que las actividades inicien en la planeación y concluyan en acciones correctivas, es un proceso en el que debe estar incorporado de manera permanente el equipo de trabajo de la empresa u organización y se requiere:
- Un equipo interdisciplinario
- Elaborar el plan de acción
- Ejercitar a todos en las actividades de prevención (mucha práctica, como en los simulacros)
- Ser persistentes y afinar detalles
- No olvidar la cadena de suministro
- Revisar nuevamente los detalles
- Monitorear continuamente las amenazas
Al llevar a cabo este ciclo y los ejercicios de prevención sugeridos consideraremos como ejemplo, el caso de acciones para evitar inundaciones, en el que se deberán realizar actividades que comiencen con el monitoreo de condiciones ambientales (a cargo de un equipo con alta preparación en la materia y asistido por brigadas de colaboradores con acceso a una red comunicada con las estaciones ambientales de la Ciudad de México); cuando acontezca un evento climático de relevancia, este equipo se movilizará para ejecutar las acciones pertinentes.
En el caso de eventos sísmicos, buena parte de las actividades se realizan después de que ha ocurrido el fenómeno: asegurar la estabilidad e integridad estructural de los edificios, la reparación de los daños y el restablecimiento de las operaciones. Sin embargo, hay muchas cosas que podemos hacer para prevenir daños -algunas con más relevancia industrial y que comentaremos en una próxima ocasión– sin olvidar que en cada evento de esta índole, lo más importante es la seguridad de los colaboradores.
Justamente en los eventos vividos durante este 2017, se observó un rasgo que resulta clave para hacer frente a los desafíos que suponen los eventos naturales. El trabajo en equipo puede generar efectos positivos entre los colaboradores de la empresa, al establecer condiciones en el entorno laboral que potencien la capacidad de sobrellevar los cambios y el desarrollo de comportamientos individuales que superen situaciones límite.
Esta característica individual y colectiva es la resiliencia, que se caracteriza porque las personas se adaptan a los cambios y transforman los problemas o las situaciones estresantes en oportunidades. La teoría nos dice que sobrellevar un cambio involucra tres factores:
- El compromiso (con el trabajo, la tarea o la situación) que ayuda a moderar las consecuencias del posible estrés, ya que el involucramiento en un equipo u organización genera un interés en colaborar con él.
- El control, que es la convicción que la persona tiene de sí misma para afrontar una situación.
- El reto, que se define como la capacidad de aprovechar al estímulo estresante como una oportunidad de cambio, siendo esta una característica de la resiliencia.
Aún si la implementación de esta metodología resulta exitosa, siempre hay lecciones por aprender y que deberán incorporarse en la continuidad de los planes futuros del negocio.
Ing. Raúl Díaz
Presidente de la Comisión de Operaciones y Manufactura de CANIFARMA.
Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica.