Las infecciones fúngicas reciben muy poca atención y recursos, lo que lleva a una escasez de datos de calidad sobre la distribución de las enfermedades fúngicas y los patrones de resistencia a los antifúngicos.

Si bien es cierto que el problema de las resistencias bacterianas a los antibióticos es una seria amenaza para la salud, la que de acuerdo con las estimaciones realizadas en la investigación “Global burden of bacterial antimicrobial resistance in 2019: a systematic analysis”, acarreará para 2050 la muerte de aproximadamente 10 millones de personas al año, la resistencia de los patógenos fúngicos a los medicamentos disponibles para combatirlos, no es menos peligrosa.

Es por ello que un grupo de expertos convocados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se abocó a la realización de un catálogo con información relevante sobre los que consideran los 19 hongos más peligrosos para la salud pública, denominada lista de “patógenos fúngicos prioritarios” (WHO FPPL por sus siglas en inglés), dada a conocer el pasado 25 de octubre, primera iniciativa a nivel global para clasificar sistemáticamente, y por prioridad, los patógenos fúngicos, considerando las necesidades no satisfechas en materia de investigación y desarrollo (I+D), y la importancia percibida para la salud pública.

“Necesitamos más datos e información sobre las infecciones fúngicas y la resistencia a los antifúngicos para orientar y mejorar la respuesta a estos patógenos fúngicos prioritarios”. Dr. Haileyesus Getahun, Director del Departamento de la OMS de Coordinación Mundial de AMR.

La lista de “patógenos fúngicos prioritarios” se divide en tres categorías: prioridad máxima, alta y media, y los patógenos fúngicos de cada categoría se clasifican principalmente por sus repercusiones en la salud pública y/o el riesgo de que presenten resistencia a los antifúngicos. Si bien se reconoce que estos patógenos de máxima prioridad son motivo de preocupación para la salud pública en todo el mundo, la OMS insiste en que la FPPL debe interpretarse y contextualizarse con precaución, ya que algunos patógenos endémicos pueden ser más preocupantes en sus respectivos contextos regionales o locales.

“Los patógenos fúngicos constituyen una amenaza importante para la salud pública, ya que son cada vez más comunes y resistentes al tratamiento; de hecho, actualmente solo se dispone de cuatro clases de medicamentos antimicóticos y hay muy pocos candidatos en fase de desarrollo clínico. Para la mayoría de los patógenos fúngicos no se dispone de pruebas diagnósticas rápidas y sensibles y las que existen no están disponibles de forma generalizada o no son asequibles a nivel mundial”. OMS.

Aunque las personas que viven con cáncer, VIH/sida, trasplantes de órganos, enfermedades respiratorias crónicas y tuberculosis posprimaria con importantes afecciones subyacentes del sistema inmunitario, corren mayores riesgos de adquirir infecciones fúngicas invasivas, ninguna persona está exenta de ellas, por lo que el desarrollo de nuevos antifúngicos específicos es una prioridad.

Es importante destacar que algunos factores, como el calentamiento global, el incremento de los viajes y el comercio internacional han favorecido la expansión geográfica y la incidencia de las enfermedades fúngicas, las que cobijadas por las cada vez más centradas resistencias a los antifúngicos existentes, incrementan los riesgos de infecciones más invasivas entre la población general.

Algunos datos sobre el problema.

  • Las enfermedades infecciosas son una de las principales causas de mortalidad y de discapacidad a nivel global.
  • Se estima que las infecciones bacterianas resistentes a los medicamentos ocasionan directamente 1.27 millones de muertes, e indirectamente a 4.95 millones de muertes adicionales, cada año.
  • Las enfermedades fúngicas invasivas (IFD, por sus siglas en inglés) están aumentando en general, pero particularmente entre las poblaciones inmunocomprometidas.
  • El acceso limitado a diagnósticos oportunos y tratamientos farmacológicos de calidad, sumados a la creciente resistencia a los medicamentos antifúngicos disponibles, complican su tratamiento.
  • La falta de datos amplios y fidedignos sobre la distribución de enfermedades fúngicas y los patrones de resistencia a los antifúngicos, impide hacer una estimación más precisa de la carga exacta sanitaria que representan.

Al respecto, la Dra.  Hanan Balkhy, Subdirectora General de la OMS, Departamento de Resistencia a los Antimicrobianos (AMR), declaró: “Surgidas de las sombras de la pandemia de resistencia bacteriana a los antimicrobianos, las infecciones fúngicas van en aumento y son más resistentes que nunca a los tratamientos, lo que las convierte en un problema mundial de salud pública”.

El FPPL propone estrategias para los responsables de formular políticas, los profesionales de la salud pública y otras partes interesadas, enfocadas en:

  1. fortalecer la capacidad de laboratorio y la vigilancia;
  2. mantener las inversiones en investigación, desarrollo e innovación; y
  3. mejorar las intervenciones de salud pública para la prevención y el control.

Por: Manuel Garrod, miembro del Consejo Editorial de códigoF.

Fuentes:

Organización Mundial de la Salud. (25 de octubre del 2022).
La OMS publica su primera lista de los hongos que constituyen una amenaza para la salud.

World Health Organization. (25 de octubre del 2022).
WHO fungal priority pathogens list to guide research, development and public health action.

códigoF. (25 de enero del 2022).
Para 2050, las superbacterias causarán la muerte de 10 millones de personas por año.