Al inicio del año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) puso en marcha su nuevo plan estratégico quinquenal denominado “13avo Programa General de Trabajo”, cuya meta, denominada como la de los tres mil millones, buscará garantizar: que 1000 millones más de individuos tengan acceso a la cobertura sanitaria universal, que 1000 millones más de personas estén protegidas frente a las emergencias sanitarias y que 1000 millones más de seres humanos disfruten de una mejor salud y bienestar, lo que requerirá, una vez más, la suma de voluntades y los recursos necesarios para tratar de alcanzar las metas planteadas.

Para ello, la OMS definió como esenciales, 10 temas de salud que requerirán de atención puntual durante el año que empieza, tanto por parte del organismo, como de sus países asociados.

1. Contaminación del aire y cambio climático.

Para iniciar este punto, les comentamos que el 90% de las personas respira diariamente aire contaminado.

La OMS considera que este año la contaminación aérea será el mayor riesgo ambiental para la salud. Hay que tener en cuenta que los contaminantes microscópicos y las nano partículas tóxicas, presentes en el aire son capaces de ingresar a los sistemas respiratorio y circulatorio, dañando pulmones, corazón y cerebro.

“La contaminación del aire representa una amenaza para todos, aunque hay que destacar que las personas más pobres y marginadas se llevan la peor parte. Es inadmisible que más de 3000  millones de personas, en su mayoría mujeres y niños, sigan respirando todos los días el humo letal emitido por cocinas y combustibles contaminantes en sus hogares. Si no adoptamos medidas urgentes contra la contaminación del aire, el desarrollo sostenible será una simple quimera”. Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.

Poniendo en números la magnitud de este acuciante problema, les informamos que la contaminación aérea mata anualmente y de manera prematura una cifra aproximada de 7 millones de personas, fallecimientos de los que el 90% ocurren en países de ingresos bajos y medianos, quienes ostentan los volúmenes más altos de emisiones procedentes de la industria, el transporte y la agricultura, así como del uso de combustibles sucios en las cocinas de los hogares más pobres.

Por otra parte, no podemos soslayar, que la quema de combustibles fósiles contribuye de manera destacada a acelerar y agravar el cambio climático, el que los especialistas consideran que entre 2030 y 2050, causará 250 mil muertes adicionales al año, como consecuencia de la malnutrición, el paludismo, la diarrea y el estrés calórico.

La contaminación del aire mata a unos 7 millones de personas prematuramente cada año a causa de enfermedades como el cáncer, los accidentes cerebrovasculares (ACV), las cardiopatías y las neumopatías.

Es importante recordar que en octubre del año pasado, la OMS celebró en Ginebra su primera Conferencia Mundial sobre Contaminación del Aire y Salud, lo que condujo a que los países y organizaciones participantes asumieran más de 70 compromisos para mejorar la calidad del aire. En septiembre de este año se celebrará la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Clima, cuyo objetivo será el de fortalecer las acciones e iniciativas relacionadas con el clima global. Sin embargo, y aunque se cumplan todos los compromisos contraídos por los países en el marco del Acuerdo de París, el mundo corre el peligro real de calentarse más de 3°C en este siglo.

2. Enfermedades no transmisibles.

Las enfermedades no transmisibles (ENT), entre las que destacan la diabetes, el cáncer y las cardiopatías, son responsables de más del 70% de todas las muertes en el mundo, lo que en cifras llanas representa la muerte de 41 millones de personas, entre las que se incluyen 15 millones de personas que fallecen prematuramente entre los 30 y 69 años, de las que más del 85% se da en países de ingresos bajos y medianos.

“La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, con su promesa de no dejar a nadie atrás, es nuestra agenda más audaz para la humanidad. Exigirá medidas igualmente audaces por parte de los Jefes de Estado y de Gobierno. Estos deberán cumplir en el plazo fijado su promesa de reducir en una tercera parte la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante la prevención y el tratamiento, además de promover la salud mental y el bienestar”. Comisión Independiente de alto nivel de la OMS sobre Enfermedades no Transmisibles.

El aumento en la prevalencia de estas enfermedades está impulsado por cinco factores de riesgo principales: el consumo de tabaco, la inactividad física, el consumo nocivo de alcohol, las dietas poco saludables y la contaminación del aire, a los que algunos investigadores consideran que hay que sumar la pobreza, como un sexto factor de riesgo.

“El nivel socio-económico restó 2.1 años a la esperanza de vida en adultos entre 40 y 85 años, en contraparte con los siguientes factores de riesgo, claramente aceptados y que anotamos en orden de importancia de afectación negativa: el tabaquismo disminuye la esperanza de vida casi 5 años (4.8); la diabetes 3.9 años, el sedentarismo, 2.4 años, la hipertensión 1.6 años, la obesidad 0.7 años y el consumo excesivo de bebidas alcohólicas 6 meses”. “Socioeconomic status and the 25 × 25 risk factors as determinants of premature mortality: a multicohort study and meta-analysis of 1·7 million men and women”.

Entre otros temas, la OMS trabajará con los gobiernos para ayudarles a alcanzar la meta mundial de reducir la inactividad física en un 15% para 2030, como el conjunto de herramientas normativas ACTIVE.

3. Pandemia mundial de gripe.

“No sabemos dónde ocurrirá la próxima pandemia mundial, ni sabemos cuándo ocurrirá, lo que sí sabemos es que será terriblemente costosa en vidas y dólares. Con los viajes en avión (3 mil millones de viajeros cada año), la diseminación global de cualquier nuevo patógeno ocurriría en cuestión de horas. Además del incalculable sufrimiento humano, las pérdidas económicas se medirían en billones, incluidas las pérdidas de turismo, comercio y confianza de los consumidores, incluyendo problemas y desafíos políticos. Habrá 2 epidemias: una causada por el virus y la otra causada por el miedo”. Tedros Adhanom Ghebreyesus Director general de la Organización Mundial de la Salud.

Es por ello que la OMS vigila constantemente la circulación de los virus gripales para detectar posibles cepas pandémicas: 153 instituciones de 114 países participan en la vigilancia y la respuesta mundiales, lo que permite a la OMS recomendar anualmente las cepas que deben incluirse en la nueva vacuna antigripal para proteger a las personas frente la gripe estacional. Previendo que una nueva cepa de gripe se muestre potencialmente pandémica, la OMS ha establecido una alianza única con los actores principales para garantizar un acceso efectivo y equitativo a las pruebas diagnósticas, las vacunas y los tratamientos antivirales, particularmente en los países en desarrollo.

4. Entornos frágiles y vulnerables.

Más de 1600 millones de personas (el 22% de la población mundial) viven en lugares donde las crisis prolongadas y la debilidad de los servicios de salud las dejan sin acceso a la atención básica (debido a la combinación de problemas como sequías, hambre, conflictos y el desplazamiento forzado de la población). En casi todas las regiones del mundo existen entornos frágiles, y es en ellos donde sigue sin cumplirse la mitad de las metas clave de los objetivos de desarrollo sostenible, incluidas las relativas a la salud materno infantil.

5. Resistencia a los antimicrobianos.

“Llegará un día en que la penicilina la pueda comprar cualquiera en las tiendas. Entonces existirá el peligro de que un hombre ignorante pueda fácilmente tomar una dosis insuficiente y que al exponer sus microbios a cantidades no letales del fármaco los haga resistentes” Alexander Fleming, descubridor de la penicilina.

En múltiples ocasiones hemos escrito sobre el grave problema sanitario que representa la pérdida de la capacidad antimicrobiana de antibióticos, antivíricos, antipalúdicos y las graves consecuencias que se están dejando sentir.

La resistencia a los antimicrobianos, o farmacorresistencia, es consecuencia directa del uso excesivo, incorrecto, innecesario e irracional de los antimicrobianos en seres humanos y animales (sobre todo los utilizados para el consumo), así como en el medio ambiente, lo que progresivamente ha llevado a que bacterias, parásitos, virus y hongos sean capaces de resistir la acción antes depredadora de estos medicamentos, amenazandonos con transportarnos a épocas en las que no podíamos tratar fácilmente infecciones como la neumonía, la tuberculosis, la gonorrea, la salmonelosis y comprometer la seguridad de cirugías y quimioterapias.

Fuentes:

Organización Mundial de la Salud.
Diez cuestiones de salud que la OMS abordará este año.

Organización Mundial de la Salud.
Proyecto de 13.° programa general de trabajo, 2019-2023.

Organización Mundial de la Salud.
Nueve de cada diez personas de todo el mundo respiran aíre contaminado.

códigoF.
La contaminación atmosférica también daña al cerebro.

Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America.
Magnetite pollution nanoparticles in the human brain.

Organización Mundial de la Salud.
Informe de la Comisión Independiente de alto nivel de la OMS sobre Enfermedades no Transmisibles.

The Lancet.
Socioeconomic status and the 25 × 25 risk factors as determinants of premature mortality: a multicohort study and meta-analysis of 1·7 million men and women.

Organización Panamericana de la Salud.
Ejercicio de simulación pone a prueba la preparación para una pandemia global.

Organización Mundial de la Salud.
Director-General’s Office. Health emergencies represent some of the greatest risks to the global economy and security.