El potencial epidémico, su letalidad y la falta de inmunidad hacen del nuevo coronavirus un adversario formidable.

Más allá de la facilidad de contagio y potencial gravedad que ocasiona la enfermedad COVID-19, los médicos observan alarmados el creciente número de pacientes que después de ser dados de alta, y presumiblemente fuera de peligro, recaen en forma severa y en ocasiones fallecen.

Como ejemplo, los especialistas chinos ponen el caso de un varón de 36 años de edad, ingresado por primera ocasión el 12 de febrero en un hospital de Wuhan enfocado al tratamiento de pacientes con síntomas de leves a moderados y dado de alta dos semanas después, con instrucciones de permanecer otros catorce días en cuarentena, un par de días después de recibir el alta médica tuvo que ser reingresado nuevamente al hospital , donde murió ese mismo día por insuficiencia respiratoria aguda.

Este caso, que vale la pena aclarar no es el único que se ha presentado, muestra una tendencia que tiene sorprendidos y alarmados a los médicos, los que constatan, que enfermos dados previamente de alta, recaen y fallecen, lo que demuestra la capacidad del nuevo coronavirus para reinfectar a pacientes aparentemente curados.

Por otra parte, este y otros casos demuestran que el coronavirus no solo mata a ancianos y enfermos, como se ha informado repetidamente, sino también a pacientes jóvenes, sin padecimientos preexistentes y aparentemente curados. Al respecto, uno de los centros de atención sanitaria en Wuhan, alertó sobre el incremento en el número de pacientes dados de alta que han reingresado al hospital tras recaer de nuevo, por lo que el Hospital de Fangcang,  en la provincia de Hubei, China, empezó a realizar pruebas de anticuerpos a los pacientes dados de alta para asegurarse que realmente estén recuperados.

Adicionalmente, es necesario consignar la desproporcionada virulencia comparativa que guardan entre sí la gripe, la influenza H1N1 y el COVID-19, compartiendo con ustedes las siguientes cifras y datos:

Potencial epidémico. Se determina por el número de veces, o número reproductivo, que un virus determinado es transmitido por una persona infectada a otros individuos.

  • La gripe común tiene un número reproductivo de 1.3, lo que significa que cada infectado transmite, en promedio, la enfermedad a 1.3 personas más.
  • La pandemia de influenza H1N1, surgida en 2009, alcanzó un número reproductivo de 1.5.
  • El número reproductivo del nuevo coronavirus oscila entre 2 y 3, lo que pone en evidencia su capacidad para llegar a un mayor número de personas.

Letalidad. La gripe común tiene una tasa de letalidad del 0.13%, la influenza H1N1 del 0.2%. En contraparte, las tasas de letalidad ocasionadas por la infección del nuevo coronavirus, oscilan entre el 2% para los enfermos contagiados en Wuhan y cerca del 0.7% para los que están en otras localidades, lo que representa una letalidad entre tres y veinte veces mayor que las de las de las otras infecciones por coronavirus previamente mencionadas.

Inmunidad. A diferencia de lo que ocurre con la gripe estacional, para la que un gran número de personas ha desarrollado inmunidad, o para la HIN1 que existe una vacuna actualizada anualmente, el nuevo coronavirus de Wuhan avanza sin que nadie tenga inmunidad desarrollada, lo que previsiblemente incrementará sustancialmente la cifra de personas infectadas, poniendo a los sistemas de salud en dificultades para ofrecer atención oportuna y sostenida al creciente número de pacientes que la demandarán.

Es evidente que mientras los investigadores no desarrollen una vacuna, o vacunas, contra el COVID-19, la humanidad se enfrenta a un temible adversario.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF

Fuentes.

ABC.
Muere en China un enfermo de coronavirus de 36 años tras ser dado de alta.

El País.
¿Cómo se compara el coronavirus con la gripe?. Los números dicen que es peor. El nuevo virus es más contagioso y probablemente más letal.