La salud pública y la industria farmacéutica enfrentan un problema social en México debido a que el país, atraviesa por 3 tipos de transiciones importantes:

Demográfica: En la cual, la población de adultos mayores será la más grande, resultado de la disminución de las tasas de natalidad y mortalidad.

Epidemiológica: Tiene que ver con enfermedades de rezago a enfermedades crónicas.

Riesgo: que está relacionada directamente con el estilo de vida, la urbanización y la industrialización.

Analizando las principales causas de morbilidad y mortalidad en México, encontramos que las infecciones respiratorias agudas, intestinales y del tracto urinario, concentran el 76.7% de las enfermedades; mientras que las enfermedades cardiacas, la diabetes y los tumores malignos con responsables del 46.7% de las defunciones.

Fuente: Dirección General de Epidemiología /SUIVE/2016 / INEGI, 2015.

Mientras nos enfrentamos a enfermedades asociadas a padecimientos infecciosos, desnutrición y rezagos, también lo hacemos a enfermedades crónicas no transmisibles y emergentes, lo que impone un enorme reto al organizar y gestionar el servicio de promoción de la salud. Hoy necesitamos cambiar el paradigma y pensar más en cómo generar y preservar la salud, que curar la enfermedad. Fuente: Dirección General de Epidemiologia /SUIVE/2016 / INEGI, 2015.

Para conseguirlo es necesario la promoción de la salud, la cual es definida por la OMS como “el proceso que permite a las personas incrementar el control sobre su salud”. Este concepto se pone en práctica usando enfoques participativos de los individuos, organizaciones, comunidades e instituciones para crear condiciones que garanticen salud y bienestar para todos. Actualmente, la promoción de la salud se encuentra en el nivel de la prevención primaria, que es la etapa en la que se busca conservar la salud del individuo.

La salud pública se vale de tres principios para atender las necesidades de salud de un país:

El primero: Como una orientación de política sanitaria, que busca intervenir sobre el entorno y modificar estilos de vida, posibilitando con ello que las opciones más saludables sean las más fáciles de elegir.

El segundo: Como un conjunto de acciones y procesos encaminados a que las comunidades y los individuos estén en condiciones de ejercer un mayor control sobre los determinantes de su salud y de esta forma, mantenerla o mejorarla.

El tercero: Como una dimensión del trabajo en salud, retomando la importancia de la salud en sentido positivo – no la enfermedad– manteniendo y garantizando condiciones de bienestar en los individuos y las poblaciones.

La promoción de la salud tiene que hacerse de manera integrada, empezando por lo individual y luego enfocándose a la población general más vulnerable, promoviendo la equidad y el equilibrio; ésta debe realizarse primordialmente en los hospitales y el hogar, pues es ahí a donde se llega de manera oportuna y con amplia penetración al personal profesional, técnico, pacientes y familiares.

En México se han tenidos avances y muestra de ello son las Cartillas Nacionales de Salud Unificadas, la Red Mexicana de Municipios para la Salud, los Comités locales de salud, el Fondo de Comunidades Saludables y el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria.

Así mismo, se han tenido avances como el Acuerdo para la Salud Alimentaria de 2010 y la Estrategia para la Prevención y Control del Sobrepeso, Obesidad y Diabetes de 2013, entre otras estrategias estatales, a través de las cuales se impulsan acciones como la disponibilidad de agua simple potable, disminución de azúcares, edulcorantes calóricos, grasas, sodio en alimentos y bebidas, el incremento del consumo de frutas, verduras y fibra, el etiquetado útil  y el fomento del alfabetismo nutricional y la lactancia materna exclusiva.

Otra acción es la creación del Observatorio Mexicano de Enfermedades No Transmisibles (OMENT), a través del cual se podrá conocer el comportamiento y carga de estos padecimientos en México y ofrecer información al público usuario, y a los tomadores de decisiones para la evaluación y desarrollo de políticas públicas.

La promoción de la salud contribuye a la modificación del entorno social y cultural, medio ambiente, calidad del aire y agua. Además, privilegia el paradigma preventivo contra el curativo, para mejorar la calidad de vida y retardar el proceso de envejecimiento, sin embargo, la terapia farmacológica es esencial para el tratamiento, control de enfermedades congénitas y de enfermedades crónicas como la hipertensión, diabetes y cáncer entre otras.

¿Dónde se inserta la industria farmacéutica, en la promoción de salud?

Sin duda, los medicamentos constituyen un factor esencial en el cuidado de la salud, por lo que se ha estructurado una gran diversidad de políticas públicas, encaminadas a asegurar tanto la compra, como la distribución y acceso a los mismos, así como a su promoción responsable. La premisa principal de la política farmacéutica tiene que ser la protección del paciente al permitirle contar con un mercado sólidamente abastecido con las mejores alternativas de precio, innovación y calidad.

Gracias a la políticas farmacéuticas, se han logrado avances relevantes en la emisión de registros sanitarios. Los cuales han mostrado un crecimiento importante al sumar 33,577 registros de insumos para la salud entre marzo del 2011 y julio del 2017, la mayoría de los cuales atienden los padecimientos más frecuentes y costosos de la salud.

También se ha avanzado en los medicamentos innovadores, los cuales en el periodo 2012–2017 fueron de 276 registros en comparación con los 3 que se aprobaron en 2010. También se han logrado avances para los medicamentos genéricos, pues gracias a la Estrategia de Liberación de Medicamentos Genéricos se han aprobado 491 nuevos registros que permiten ofrecer a los pacientes mejores alternativas de precio, con terapias seguras y eficaces.

Parte fundamental para la industria farmacéutica son las farmacias, pues a pesar de que su titularidad es privada, son considerados establecimientos sanitarios de interés público, además con la incorporación de consultorios adyacentes han incrementado su intervención en el Sistema Nacional de Salud.

Del total de farmacias existentes en México, alrededor de 15,000 cuentan con un consultorio adyacente (registrados al término del primer semestre de 2014) y se estima que tienen una penetración en la población que se demuestra con los siguientes datos:

  • En promedio cada consultorio atiende entre 25 y 35 pacientes por día.
  • Estos consultorios ofrecen 325,000 consultas diarias mientras que en el ISSSTE esta cifra se calcula en 89,000 y en el IMSS se estima en 290,000.
  • Este esquema permite atender a 8 millones de pacientes mensuales, es decir, al 7% de la población mexicana en ese periodo.

La industria farmacéutica requiere de mayores niveles de inversión en investigación y desarrollo para seguir creciendo. La robustez, abasto y acceso efectivo se verían beneficiadas con una política de esa naturaleza.

La cadena que recorre un medicamento para llegar del laboratorio al paciente es en general muy larga en México, lo que puede presionar los costos de los insumos para la salud.

Lo anterior con independencia de las acciones que toman las autoridades para garantizar el acceso y mantener un mercado sólidamente abastecido, que cuenta con distintas opciones terapéuticas y con amplia diversidad de establecimientos para adquirir medicamentos. Las farmacias cumplen con un papel social fundamental en la industria.

El acompañamiento para la orientación regulatoria y los programas de vigilancia sanitaria son fundamentales para garantizar que los establecimientos involucrados en la cadena de la industria cumplan con la normatividad requerida.

La estrategia de combate a la ilegalidad se basa en los siguientes ejes:

  1. La protección de la salud de la población ante cualquier riesgo sanitario proveniente de los diversos mercados de bienes y servicios.
  2. Generar incentivos de mercado que alienten la competitividad económica y la formalidad en el sector productivo.
Dr. Eduardo Jaramillo Navarrete

Dr. Eduardo Jaramillo Navarrete

Director General de Promoción de Salud

Secretaría de Salud