La Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, declaró, ante los participantes de la Reunión de Alto Nivel: “Todas las mujeres, todos los niños, todos los adolescentes”, realizada en el Palacio La Moneda, en Santiago de Chile, República de Chile, que: “Las inequidades en salud de la mujer, el niño y el adolescente no solamente son injustas, sino que también amenazan los avances en la salud que hemos logrado en las últimas décadas, poniendo en peligro el crecimiento económico y desarrollo social de América Latina y el Caribe».
Esta declaración, coincide casi de manera frontal con algunos de los postulados manifestados por el actual Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, el que en diversas ocasiones y en diferentes foros ha abordado el tema de la inequidad como factor de injusticia y freno para el desarrollo.
“La cobertura sanitaria universal se basa en la convicción de que la salud es un derecho humano, no un privilegio. Me resulta escandaloso que las personas tengan que elegir entre comprar medicamentos y comprar comida. Es vergonzoso que la enfermedad pueda sumir a una familia entera en la pobreza porque el sostén de la familia no puede trabajar”. Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Ampliando su postura con respecto a este tema, Carissa F. Etienne, comentó que aunque en los últimos 15 años, algunos países latinoamericanos han avanzado significativamente en la reducción de la pobreza y en la promoción de la prosperidad, las desigualdades y la falta de oportunidades para acceder oportunamente a servicios de salud de calidad, particularmente para mujeres, niños, y adolescentes de bajos ingresos persista, y en ocasiones se acentúe.
Como muestra de ello, Etienne comentó que en algunos países de América Latina, el porcentaje de partos atendidos por personal calificado llega a ser nueve veces mayor si la madre tiene escolaridad secundaria, en comparación a no haber asistido a la escuela; las madres y los niños que viven en comunidades rurales tienen un riesgo doscientas veces mayor de no recibir atención postnatal, que los que viven en comunidades urbanas; las jóvenes de los sectores sociales más pobres reciben orientación y educación sobre planificación familiar un 400% menos que las mujeres pertenecientes a los sectores acaudalados; y el embarazo adolescente en algunos países es un 40% más alto en mujeres afrodescendientes.

«Es nuestra obligación asegurarnos que las acciones políticas alcancen primero a las personas más desfavorecidas». Carissa F. Etienne.
Estas cifras dimensionan claramente las desigualdades existentes y en muchos casos persistentes, las que además de ser éticamente insostenibles, ponen en riesgo los avances obtenidos para la consecución de la cobertura universal de la salud en la región en América Latina y el Caribe.
“Este es el poder de la cobertura sanitaria universal. Mejora la salud, pero también reduce la pobreza, genera empleos, impulsa el desarrollo económico, promueve la igualdad de género y protege a las poblaciones contra las epidemias”. Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La funcionaria de la OPS, recalcó que para abordar las inequidades y mejorar la salud de la población es necesario visualizar el ámbito sanitario desde un contexto más amplio, lo que forzosamente requiere el involucramiento y la participación inexcusable de todas las partes interesadas, como son los gobiernos, la iniciativa privada y la sociedad.
La campaña «Todas las Mujeres, Todos los Niños»(EWEC, por sus siglas en inglés), fue lanzada en 2010 por el exsecretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, como un movimiento global para movilizar e intensificar la acción nacional e internacional de gobiernos, organismos multilaterales, el sector privado y la sociedad civil, para abordar los principales problemas de salud que enfrentan las mujeres, niños y adolescentes de todo el mundo.
La Directora de la OPS afirmó que el movimiento “Todas las Mujeres, Todos los Niños – América Latina y el Caribe” (EWEC – LAC), integrado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID); la misma OPS; la OMS; el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA); el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA); el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF); la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y el Banco Mundial, apoya a los países de la Región para interpretar e implementar la Estrategia Mundial para la Salud de la Mujer, el Niño y el Adolescente en cada contexto específico, lo que contribuirá a alcanzar las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).