Cerca del 12% de la población mundial padecía inseguridad alimentaria grave en 2020, lo que representa 928 millones de personas, 148 millones más que en 2019.
Aunque erradicar el hambre de la Tierra para 2030 es el número 2 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), “Hambre Cero”, es lamentable tener que reconocer que no solamente estamos muy lejos de alcanzarlo, sino que de acuerdo con el informe “The State of Food Security and Nutrition in the World 2021. Transforming food systems for food security, improved nutrition and affordable healthy diets for all”: “No vamos por buen camino para acabar con el hambre y la malnutrición en el mundo; de hecho, vamos en la dirección equivocada”.
El informe antes mencionado fue elaborado conjuntamente por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de las Naciones Unidas (IFAD), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (WFP), y la Organización Mundial de la Salud (OMS), y tiene como objetivo mostrar con precisión la inseguridad alimentaria global, y particularmente la que vivió en 2020 al menos el 30% de la población mundial, situación que se ha venido agudizando, así como diversas recomendaciones para romper esta espiral negativa y retomar el rumbo hacia la erradicación del hambre.
Objetivo 2: Hambre Cero
2.1. Para 2030, poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas, en particular de las que se encuentran en situación de pobreza o en situaciones vulnerables, incluidos los lactantes, a una alimentación sana, nutritiva y suficiente durante todo el año
2.2. Para 2030, poner fin a todas las formas de malnutrición, incluso logrando, a más tardar en 2025, las metas convenidas internacionalmente sobre el retraso del crecimiento y la emaciación (también conocida como síndrome consuntivo es la pérdida involuntaria de más del 10% del peso corporal (particularmente de masa muscular) y de por lo menos 30 días ya sean de diarrea o de debilidad, y fiebre) de los niños menores de 5 años, y abordar las necesidades de nutrición de las adolescentes, las mujeres embarazadas y lactantes y las personas de edad
2.3. Para 2030, duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los productores de alimentos en pequeña escala, en particular las mujeres, los pueblos indígenas, los agricultores familiares, los pastores y los pescadores, entre otras, mediante el acceso seguro y equitativo a las tierras, a otros recursos de producción e insumos, conocimientos, servicios financieros, mercados y oportunidades para la generación de valor añadido y empleos no agrícolas
2.4. Para 2030, asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes que aumenten la productividad y la producción, contribuyan al mantenimiento de los ecosistemas, fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos, las sequías, las inundaciones y otros desastres, y mejoren progresivamente la calidad del suelo y la tierra.
Lamentablemente, el informe asegura que seis años atrás cuando las naciones se comprometieron a erradicar el hambre de la humanidad, la inseguridad alimentaria y todas las formas de malnutrición para 2030, se creía firmemente que con una decidida voluntad política, una visión igualitaria y transformadora, y el financiamiento necesario, se podrían alcanzar los objetivos planteados. Tristemente esto no ha sido suficiente, ya que las últimas cuatro ediciones del informe han mostrado que en términos generales no se han conseguido alcanzar ni las metas 2.1 ni la 2.2 de los ODS.
“Este año, el informe estima que entre 720 y 811 millones de personas en el mundo enfrentaron hambre en 2020, alrededor de 161 millones más que en 2019, lo que representó que aproximadamente 2 mil 370 millones de seres humanos no tendrían acceso a una alimentación adecuada durante 2020: un aumento de 320 millones de personas en solo un año. Ninguna región del mundo se ha salvado. El alto costo de las dietas saludables y los persistentemente altos niveles de pobreza y desigualdad de ingresos impiden a la mayoría de las personas disfrutar de dietas saludables, las que se mantienen fuera del alcance de alrededor 3 mil millones de personas en todas las regiones del mundo. Además, un nuevo análisis en este informe muestra que el aumento de la inasequibilidad de las dietas saludables se asocia con niveles más altos de inseguridad alimentaria moderada o grave”. The State of Food Security and Nutrition in the World 2021.
De manera independiente, pero paralela y concurrente a las conclusiones alcanzadas por el informe, la situación en nuestro país es alarmante, ya que del 2016 al 2020, se observó un incremento porcentual de la población en situación de pobreza extrema del 1.3 %, lo que representa que se pasó de 8.7 millones de personas (7.2 %), a 10.8 millones de ciudadanos mexicanos (10.8 %) que se alejan, aún más, de la posibilidad de acceder y mantener niveles de alimentación adecuados, información obtenida de estimaciones del CONEVAL con base en la ENIGH 2016, 2018 y 2020.
Algunos de los mensajes clave del informe
- Mucho antes de la pandemia de COVID-19, ya no estábamos en camino de cumplir con nuestros compromisos de acabar con el hambre y la desnutrición en el mundo en todas sus formas para 2030. Ahora, la pandemia ha hecho que esto sea mucho más desafiante.
- El hambre en el mundo aumentó en 2020 bajo la sombra de la pandemia de COVID-19. Después de permanecer prácticamente sin cambios durante cinco años, la prevalencia de la desnutrición (PoU, por sus siglas en inglés) aumentó 1.5 puntos porcentuales en solo un año, alcanzando un nivel de alrededor de 9.9 %.
Es impactante saber que la mayoría de los ciudadanos de los países de ingresos altos desperdician alrededor de 1 mil 300 toneladas de alimentos utilizables al año. De esa abultada cifra, el 53% ocurre en los hogares; el 19% en los sistemas de procesamiento de alimentos; el 12% es responsabilidad de los servicios de alimentación (eventos sociales, políticos y filmaciones) y restaurantes (los porcentajes no suman el 100%). Entre otros malos hábitos destacan el comprar más comida de la que realmente se necesita, raciones excesivas, tirar a la basura las sobras de la comida, los alimentos mal conservados, o descartar productos por su apariencia o su fecha de consumo preferente, en lugar de hacerlo por su fecha de caducidad. En cifras, el desperdicio alimentario tiene un costo financiero aproximado de un billón de dólares, casi 800 mil dólares en desperdicio alimentario y casi un millón de dólares en costos sociales.
- Se proyecta que entre 720 y 811 millones de personas en el mundo sufrieron hambre en 2020. Considerando la mitad del rango proyectado (768 millones), alrededor de 118 millones de personas más padecían hambre en 2020 que en 2019, o hasta 161 millones más, considerando el límite superior del rango.
Las actuales tasas de progreso en el crecimiento infantil, la lactancia materna exclusiva, y el bajo peso al nacer son insuficientes, y los progreso en el sobrepeso infantil, la emaciación infantil, la anemia en mujeres en edad reproductiva y la obesidad en adultos están estancados o incluso empeorando
- Más de la mitad de las personas desnutridas del mundo se encuentran en Asia (418 millones), y más de un tercio en África (282 millones). En comparación con 2019, aproximadamente 46 millones de personas más en África, 57 millones más en Asia y alrededor de 14 millones más en América Latina y el Caribe se vieron afectados por el hambre en 2020.
- Las nuevas proyecciones confirman que el hambre no se erradicará para 2030 a menos que se tomen medidas audaces para acelerar el progreso, especialmente acciones para abordar la desigualdad en el acceso a los alimentos. Si todo permanece igual, alrededor de 660 millones de personas aún pueden enfrentar hambre en 2030.
- Si bien la prevalencia mundial de la inseguridad alimentaria moderada o grave (medida mediante la Escala de experiencia de inseguridad alimentaria) ha aumentado lentamente desde 2014, el aumento estimado en 2020 fue igual al de los cinco años anteriores combinados. Casi una de cada tres personas en el mundo no tenía acceso a una alimentación adecuada en 2020, un aumento de casi 320 millones de personas en solo un año.
A nivel mundial, el mundo no está en vías de alcanzar los objetivos de ninguno de los indicadores de nutrición para 2030. The State of Food Security and Nutrition in the World 2021.
- A nivel mundial, la brecha de género en la prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave se incrementó aún más durante la pandemia de COVID-19, siendo la prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave un 10% mayor entre las mujeres que entre los hombres en 2020, en comparación con el 6% en 2019.
- El alto costo de las dietas saludables, junto con los altos niveles persistentes de desigualdad de ingresos, pusieron las dietas saludables fuera del alcance de alrededor de 3 mil millones de personas, especialmente los pobres, en todas las regiones del mundo en 2019.
- Cambiar a dietas saludables que incluyan consideraciones de sostenibilidad, puede contribuir a reducir los costos de salud y cambio climático para 2030, porque los costos ocultos de estas dietas son menores en comparación con los de los patrones de consumo actuales.
- Se estima que el 22 % (149.2 millones) de los niños menores de 5 años sufría retraso en el crecimiento, el 6.7 % (45.4 millones) padecía emaciación y el 5.7 % (38.9 millones) tenían sobrepeso, pero se espera que las cifras reales serán más altas debido a la pandemia.
- La mayoría de los niños con desnutrición viven en África y Asia. Estas regiones representan más de nueve de cada diez niños con retraso del crecimiento, más de nueve de cada diez niños con emaciación y más de siete de cada diez niños afectados por sobrepeso en todo el mundo.
- Se estima que el 29.9% de las mujeres de 15 a 49 años en 2019 en todo el mundo padecen anemia, ahora un indicador de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) (2.2.3).
“Dependiendo del contexto, hay seis caminos a seguir hacia la transformación de los sistemas alimentarios: 1. integración de políticas humanitarias, de desarrollo y de consolidación de la paz en áreas afectadas por conflictos; 2. aumentar la resiliencia climática en todos los sistemas alimentarios; 3. fortalecer la resiliencia de los más vulnerables a la adversidad económica; 4. intervenir a lo largo de las cadenas de suministro de alimentos para reducir el costo de los alimentos nutritivos; 5. abordar la pobreza y las desigualdades estructurales, asegurando que las intervenciones sean favorables a los pobres e inclusivas; y 6. fortalecer los entornos alimentarios y cambiar el comportamiento de los consumidores para promover patrones dietéticos con impactos positivos en la salud humana y el medio ambiente”. The State of Food Security and Nutrition in the World 2021.
- La reversión de las tendencias de PoU en 2014 y el aumento continuo, particularmente pronunciado en los países de ingresos bajos y medianos a partir de 2017, se atribuyen en gran medida a países afectados por conflictos, climas extremos y recesiones económicas, y a países con una gran desigualdad de ingresos.
- En 2020, casi todos los países de ingresos bajos y medianos se vieron afectados por recesiones económicas inducidas por la pandemia, y el aumento en el número de personas desnutridas fue más de cinco veces mayor que el mayor aumento de la desnutrición en las últimas dos décadas.
- Cuando se transforman con mayor resiliencia a los principales impulsores, incluidos los conflictos, la variabilidad climática y los extremos, y las desaceleraciones y recesiones económicas, los sistemas alimentarios pueden proporcionar dietas saludables asequibles que sean sostenibles e inclusivas, y convertirse en una poderosa fuerza impulsora para acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la desnutrición en todas sus formas, para todos.
“Si bien 2020 fue un desafío inmenso para el mundo, también puede ser una advertencia de eventos no deseados por venir si el mundo no se compromete con acciones más decididas para cambiar de rumbo. Los principales impulsores que se encuentran detrás de las tendencias recientes de seguridad alimentaria y nutrición tienen cada uno su propia trayectoria o carácter cíclico, lo que garantiza que seguirán ocurriendo e incluso podrían empeorar en los próximos años”. The State of Food Security and Nutrition in the World 2021.
- Se necesitan enfoques de sistemas para construir carteras coherentes de políticas, inversiones y legislación y permitir soluciones beneficiosas para todos mientras se gestionan las compensaciones; estos incluyen enfoques territoriales, enfoques de ecosistemas, enfoques de sistemas alimentarios de los Pueblos Indígenas e intervenciones que abordan sistémicamente las condiciones de crisis prolongadas.
“En un momento en que la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) ya estaba exprimiendo los presupuestos de los gobiernos, el conflicto en Europa oriental ha llevado a que el índice de precios de los alimentos de la FAO haya alcanzado un máximo histórico, afectando sobre todo a las personas más vulnerables. Al mismo tiempo, la subida de precios de los fertilizantes pone en riesgo las futuras cosechas a nivel mundial”. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. The State of Food Security and Nutrition in the World 2021.
Cerramos este artículo con la siguiente consideración obtenida del informe: “Es probable que la pandemia de COVID-19 haya afectado la prevalencia de múltiples formas de desnutrición y podría tener efectos duraderos más allá de 2020, como ya estamos viendo en 2021. Estos se agravarán a través de los efectos intergeneracionales de la desnutrición y los impactos resultantes en la productividad. Se requieren esfuerzos excepcionales para abordar y superar los efectos de la pandemia como parte de la aceleración del progreso hacia el logro de la Meta 2.2 de los ODS”.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.
Fuentes:
FAO, IFAD, UNICEF, WFP and WHO. 2021. (s.f.).
The State of Food Security and Nutrition in the World 2021. Transforming food systems for food security, improved nutrition and affordable healthy diets for all. Rome, FAO.
PNUD México. (s.f.).
Objetivos de Desarrollo Sostenible. Objetivo 2: Hambre cero.
CONEVAL. (21 de febrero del 2022).
Reunión Comisión de Salud del Senado de la República – CONEVAL.
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. (20 de abril del 2022).
Escalada de los precios de los alimentos: la FAO solicita en la reunión del G-20 un fondo de financiación de las importaciones para los países más pobres.
El País. (6 de abril del 2022).
¿Qué impacto ambiental tiene el desperdicio de alimentos? / Ana Beltrán Sanahuja.