No cabe duda la alarmante situación sanitaria provocada por la epidemia de sobrepeso y obesidad que se vive en gran parte de los países del orbe, conduce al desarrollo, prácticamente inminente, de enfermedades cardiovasculares, diabetes y diferentes tipos de cáncer, entre otras.

Entre los diferentes motivos controlables por los que los seres humanos somos cada vez más obesos están los malos hábitos alimenticios y la falta de ejercicio regular.

Sin embargo, y aparejados a ellos, la British Nutrition Foundation asegura que el crecimiento exponencial de las porciones de alimentos y bebidas han colaborado activamente con este problema, lo que la llevó a publicar recientemente la guía “Find your balance. Get porcino Wise”, documento que ofrece orientación clara, sencilla y cotidianamente aplicable, para determinar el tamaño adecuado que deben tener las raciones alimentarias, y no sobrealimentarnos innecesaria e incorrectamente.

“El tamaño de las porciones ha crecido constantemente. Nosotros también. La cantidad de comida promedio que se sirve en un restaurante hoy día, es más de cuatro veces mayor que en la década de los cincuentas. Y los adultos son, en promedio, 11.8 kg más pesados. Si queremos comer de manera saludable, hay cosas que podemos hacer por nosotros mismos y por nuestra comunidad. Ordene los platillos con porciones más pequeñas del menú, comparta la comida con un amigo, o ingiera solamente la mitad y lleve el resto a casa”. Centros de Control y Prevención de Enfermedades de los EE. UU.

Para poner en cifras claras el incremento de las raciones de comida y bebida que hoy consumimos, les comentamos que una hamburguesa comercial en los cincuenta pesaba en los EE. UU. un promedio 3.9 onzas y ahora 6.7 onzas (casi el 172% más), las papas fritas pesaban en la misma década 2.4 onzas y actualmente 6.7 onzas (279% más) y el refresco pasó de 7 onzas a 42 onzas (600% de incremento), información proporcionada por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de los EE. UU.

Abundando en el tema, les comentamos que al impulso existente para “motivarnos” a comer y beber cantidades excesivas, y por la tanto dañinas, y no hacer el ejercicio necesario se le denomina “ambiente obesogénico”, y se presenta no solamente en los establecimientos de comida formal o rápida de los EE. UU., sino también en Brasil, Ghana, Finlandia, China e India, conclusiones a las que llegó el estudio “Measured energy content of frequently purchased restaurant meals: multi-country cross sectional study”, publicado en el British Medical Journal en diciembre del año pasado.

“El alto contenido de energía en la dieta, tanto en los servicios completos como en los establecimientos de comida rápida, es un fenómeno generalizado que probablemente apoya la obesidad global y proporciona un objetivo de intervención válido”. British Medical Journal.

Es por ello que tomar consciencia del problema es probablemente el primer paso firme para actuar a favor de nuestra salud, evitando consumir alimentos y bebidas de baja calidad nutricional, reducir activamente el consumo de porciones que rebasan nuestras necesidades y hacer el ejercicio regular que requerimos.

Fuentes:

British Nutrition Foundation.
Find your balance.

PubMed.
Dissecting obesogenic environments: the development and application of a framework for identifying and prioritizing environmental interventions for obesity.

British Medical Journal.
Measured energy content of frequently purchased restaurant meals: multi-country cross sectional study.