Según información proporcionada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y por el artículo “Sodium Levels in Packaged Foods Sold in 14 Latin American and Caribbean Countries: A Food Label Analysis”, publicado el 11 de febrero en la revista Nutrients, avalada por MDPI, la reducción de los niveles de consumo de sodio es la acción preventiva sanitaria con la mejor relación costo-beneficio, para disminuir la hipertensión arterial (HT) y los accidentes cerebro vasculares (CAV).
Sin embargo, y a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo que no rebase los 5 g/sal (<2 g de sodio) por adulto, por día, el consumo de sal/sodio en la Región de las Américas supera dramáticamente el nivel recomendado, ubicándose entre los 8.5 y los 15 g. diarios, factor que contribuye al incremento de la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares, las muertes y discapacidades permanentes relacionadas con ellas.
La prevención y el control de la hipertensión, responsable de 1 de cada 5 muertes en los países de América Latina y el Caribe, es un área de acción prioritaria para la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, la que ayudaría a reducir la carga provocada por las enfermedades cardiovasculares y los accidentes cerebrovasculares, cuyas tasas se ubican entre las más altas a nivel global. El objetivo es reducir la prevalencia de hipertensión al 35% para 2019 y para ello el consumo de sal, entre otros factores, es esencial.
Ya que independientemente de la cantidad de sal contenida en los alimentos preparados en casa, consumimos cantidades adicionales ( y generalmente desconocidas) de sodio en los productos comerciales industrializados, como botanas, bebidas, aderezos y panes, por mencionar solamente algunos, la OPS y el equipo de investigadores, integrado por un equipo multidisciplinario de especialistas de Ontario y Toronto en Canadá, Costa Rica y Washington, EUA., recomiendan que, además de abatir las cantidades de sal utilizadas en casa, limitemos al máximo posible el consumo de alimentos y bebidas industrializados.
Un dato curioso sobre la sal, es que es la única roca que podemos comer los seres humanos, posiblemente el condimento y conservador más antiguo. Su importancia histórica es tal, que además de haber marcado en diferentes épocas el curso de la política y el comercio, también fue utilizada como moneda.
Para disminuir el consumo de sal, la Organización Panamericana de la Salud, propone.
- Reformular los productos alimenticios para disminuir su contenido de sal/sodio, fijando niveles objetivo de su contenido.
- Crear un entorno adecuado en las instituciones públicas, como hospitales, escuelas, lugares de trabajo y residencias, para que se implementen opciones alimentarias con menores contenidos de sal/sodio.
- Lanzar campañas informativas en medios de comunicación, con el objetivo fomentar la conciencia sobre la importancia que tiene reducir el consumo de sal.
- Establecer una normativa de etiquetado en la parte frontal de los envases, que proporcione información fácilmente comprensible para los consumidores.
- Monitorear el consumo de sal/sodio de la población y su conocimiento, actitudes y prácticas sobre el mismo.
La OPS asume que disminuir el consumo total de sal/sodio no es una tarea fácil de realizar, pero si indispensable para disminuir la prevalencia de los padecimientos asociados a su uso.
Ya que no podemos controlar las cantidades de sal adicionada a los alimentos y bebidas industrializados, nos corresponde, además de consumirlos en la menor cantidad posible, acotar el uso de este compuesto químico en los alimentos preparados en casa.