La falta de correcta educación y comprensión de la sexualidad, los tabúes y frenos sociales, el limitado o nulo acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, son algunos de los factores que impulsan poderosamente una dramática tasa de embarazos adolescentes a nivel mundial, problema que incrementa la iniquidad social, la pobreza y la falta de oportunidades de crecimiento.
La tasa global de embarazos precoces (entre 15 y 19 años) se ubica en 46 nacimientos por cada 1000 niñas; en América Latina y el Caribe llega a 66.5 nacimientos por cada 1,000, y en México a 74 por cada 1000, únicamente superadas por las del África subsahariana. Este problema tiene una mayor incidencia en los países de ingresos medianos y bajos y en la población de esas naciones, que se encuentra en los segmentos más desfavorecidos educativa y económicamente.
“Las tasas de fertilidad en adolescentes siguen siendo altas. Afectan principalmente a las poblaciones que viven en condiciones de vulnerabilidad y muestran las desigualdades entre y dentro de los países. El embarazo en la adolescencia puede tener un profundo efecto en la salud de las niñas durante su curso de vida. No sólo obstaculiza su desarrollo psicosocial, sino que se asocia con resultados deficientes en la salud y con un mayor riesgo de muerte materna. Además, sus hijos están en mayor riesgo de tener una salud más débil y caer en la pobreza”. Carissa F. Etienne, Directora de la OPS.
La información está contenida en el informe: “Acelerar el progreso hacia la reducción del embarazo en la adolescencia en América Latina y el Caribe” (Accelerating progress toward the reduction of adolescent pregnancy in Latin America and the Caribbean), publicado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), en el que además de la información estadística, se encuentran una serie de recomendaciones tendientes a reducir el número de embarazos en adolescentes.
Más allá del impacto negativo e irresoluble que tienen los embarazos de adolescentes, hay que anotar que la mortalidad materna sigue siendo una de las principales causas de fallecimiento prematuro en mujeres latinoamericanas entre los 15 y los 24 años de edad. A nivel global, el riesgo de muerte materna se duplica en madres con menos de 15 años de edad residentes en países con ingresos bajos y medianos y las tasa de fallecimientos perinatales es un 50% más alta entre recién nacidos de madres menores de 20 años, en comparación con los recién nacidos de madres entre los 20 y los 29 años de edad.
“La falta de información y el acceso restringido a una educación sexual integral y a servicios de salud sexual y reproductiva adecuados tienen una relación directa con el embarazo adolescente. Muchos de esos embarazos no son una elección deliberada, sino la causa, por ejemplo, de una relación de abuso”. Esteban Caballero, Director Regional del Fondo de Población de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe.
En nuestro país, y de acuerdo con información proporcionada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el embarazo adolescente es una situación altamente preocupante, con la la tasa más alta (74 nacimientos por cada mil mujeres entre 15 y 19 años), en comparación con el promedio de embarazos adolescentes en otros países miembros de la misma organización, en los que ocurren 15 nacimientos por cada 1000. Esta situación propicia que las mujeres mexicanas sean parte del 35% de personas que no estudian o trabajan, la segunda tasa más alta de la OCDE, únicamente superada por Turquía.
Cabe aclarar que aunque la tasa de fecundidad total (número de hijos por mujer) ha disminuido a lo largo de los treinta últimos años en América Latina y el Caribe, la tasa de fecundidad en adolescentes solo ha disminuido ligeramente durante ese mismo período, lo que muestra que los esfuerzos y programas tendientes a detenerla no están cumpliendo cabalmente con sus objetivos, lo que incrementa la desigualdad de género, la inequidad social y la falta de oportunidades de desarrollo para las jóvenes que viven en pobreza o pobreza extrema.
Fuentes:
Organización panamericana de la Salud. Organización Mundial de la Salud. | América Latina y el Caribe tienen la segunda tasa más alta de embarazo adolescente en el mundo.
Iris Paho | Acelerar el progreso hacia la reducción del embarazo en la adolescencia en América Latina y el Caribe.
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. | Es crucial la contribución de las mujeres para el desarrollo económico y social de México.