Hace algunos días, el pasado 30 de enero para ser precisos, murió en Nottingham, Reino Unido, Stewart Sanders Adams, después de una prolífica existencia de 9 décadas y media.
Es probable que desconozca su nombre, pero le aseguramos que no su mayor descubrimiento, el ibuprofeno compuesto, que desarrolló por encargo de la cadena de farmacias Boots UK, buscando un fármaco eficaz contra la artritis reumatoide, meta que rebasó ampliamente.
Stewart Sanders Adams
(Byfield, 1923 – Nottingham, 30 de enero de 2019).
Sanders dedicó más de 16 años de experimentación en los que probó más de 1500 compuestos en animales de laboratorio y 5 en seres humanos, acumulando la experiencia necesaria para conseguir la extraordinaria molécula, hoy incluida en la lista de Medicamentos Esenciales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la que comparte lugar y reconocimientos en el apartado de los antiinflamatorios no opiáceos y no esteroideos, con el paracetamol y la aspirina.
El ibuprofeno, cuyo nombre en clave fue RB 1472, recibió en 1969 la aprobación de las autoridades sanitarias británicas para su venta con prescripción médica, 14 años después, en 1983, la autorización para ser vendido libremente en el Reino Unido y en 1984 en los EE.UU., atendiendo al creciente número de indicaciones terapéuticas que seguía acumulando, su sólida eficacia y sobrado margen de seguridad.
El compuesto desarrollado por Adams y su equipo de investigadores, los que buscaron originalmente un tratamiento para la artritis reumatoide hoy tiene múltiples indicaciones.
Si están interesados en conocer más sobre la épica búsqueda que concluyó con el descubrimiento del ibuprofeno, les recomendamos leer el libro con el mismo nombre de la sustancia “Ibuprofeno” (editorial Wiley-Blackwell, 2015), cuyo autor es el farmacólogo australiano K. D. Rainsford.