La enfermedad de Alzheimer, bautizada así en reconocimiento al psiquiatra y neurólogo alemán Alois Alzheimer (Markbreit, 14 de junio de 1864 – Breslavia, 19 de diciembre de 1915), quien identificó y caracterizó por primera ocasión los síntomas de este padecimiento en 1906, es la forma de demencia más frecuente en personas de la tercera edad.

En el mundo hay alrededor de 50 millones de personas que padecen demencia, a las que se suman cada año cerca de 10 millones de nuevos casos. Entre los padecimientos neurodegenerativos, la enfermedad de Alzheimer es la más común, representando entre el 60% y el 70% de los mismos.

El deterioro neurodegenerativo crónico causado por la enfermedad de Alzheimer, hace que las personas afectadas sean inicialmente incapaces de recordar sucesos recientes, confundir u olvidar nombres de objetos, personas comunes y sufrir desubicación espacial aún en lugares conocidos. En la medida en la que progresa la afección, el deterioro neuronal les hará perder la capacidad para recordar y reconocer a familiares y amigos; realizar actividades cotidianas, como cepillarse el pelo o los dientes o utilizar el control de la T.V., por mencionar algunas de ellas, llegando a comportarse de manera ansiosa, agresiva y ponerse en riesgo de sufrir accidentes o extraviarse, si salen inadvertidamente de su casa.

Finalmente, el Alzheimer ocasionará que las personas afectadas necesiten asistencia total para realizar cualquier actividad, lo que causa altísimos niveles de estrés y agotamiento físico y emocional en las personas que las cuidan, a las que en muchas ocasiones también hay que dar atención.

A pesar de que al Alzheimer se le tipificó hace más de 100 años, los avances para su detección temprana y curación, son prácticamente inexistentes y las terapias farmacológicas son únicamente paliativas, incidiendo parcial y temporalmente en los síntomas y avance de la patología.

Para poner en contexto el problema de la falta de un diagnóstico oportuno, les comentamos que cuando la enfermedad de Alzheimer se diagnostica, lo más frecuente es que tenga alrededor de dos decenios previos de haberse iniciado, con el evidente deterioro que esto conlleva, poniendo a los médicos tratantes en una compleja situación humana y profesional.

Es por ello que diversos grupos de investigadores dedican importantes recursos humanos y financieros a la búsqueda de sistemas de diagnóstico temprano para esta enfermedad, entre los que destaca un equipo de científicos que han colaborado en un estudio con el National Centre for Geriatrics and Gerontology de Japón, buscando identificar los primeros signos del alzhéimer con marcadores poco invasivos.

Los resultados del estudio fueron publicados el pasado 7 de marzo en la revista Brain, a journal of neurology, de Oxford Academic, bajo el título “Electromagnetic signatures of the preclinical and prodromal stages of Alzheimer’s disease”, en el que detallan los diversos procedimientos de un novedosos sistema de datos cruzados para el diagnóstico temprano del Alzheimer.

Los científicos saben que desde las fases tempranas de la enfermedad se presenta una fuerte acumulación de placas de proteína beta-amiloide (AB) en el exterior de las neuronas y de ovillos neurofibrilares (conglomerado anormal de proteínas compuesto por pequeñas fibrillas entrelazadas dentro de las neuronas) intracelulares de proteína TAU, ambos datos identificados como marcadores del padecimiento.

Pareciera que ello serviría para determinar la presencia temprana de la enfermedad de Alzheimer, pero no es así. Además de que las pruebas para obtener esta información son muy invasivas o muy costosas (punción lumbar o tomografía por emisión de positrones), lamentablemente no son determinantes, ya que también se relacionan con otras demencias del envejecimiento.

Es por ello que los investigadores cruzaron la información obtenida de diferentes biomarcadores, procedimiento que potencialmente servirá para alcanzar un diagnóstico temprano del padecimiento, permitiendo a los médicos intervenir antes de que se manifiesten los primeros síntomas y la enfermedad haya causado grandes e irreparables estragos.

No cabe duda que el desarrollo de un procedimiento confiable para el diagnóstico temprano del Alzheimer sería un paso de gigante, sin embargo, aún está pendiente que los científicos desarrollen moléculas capaces de eliminar la acumulación de las proteínas amiloide y TAU, relacionadas con este padecimiento neurodegenerativo, a fin de detenerlo, o al menos lentificar sustancialmente su avance.

Aparentemente aún queda mucho camino por recorrer, pero la ciencia está en movimiento constante para diagnosticar, frenar e idealmente curar este terrible flagelo.

Fuentes:

Brain, a journal of neurology.
Electromagnetic signatures of the preclinical and prodromal stages of Alzheimer’s disease.

MedlinePlus.
Enfermedad de Alzheimer.

Organización Mundial de la Salud.
Centro de Prensa. Demencia.

Wikipedia.
Alois Alzheimer.