Al inicio del mes de marzo, y con motivo del Día Internacional de la Mujer 2018, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus Director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se manifestó por que cada mujer, sin importar edad, raza, credo o condición social, tenga acceso a servicios sanitarios oportunos y fármacos de calidad al alcance de su economía.
Adhanom Ghebreyesus, comentó que para alcanzar la equidad de género, es necesario un sano y sostenido desarrollo social y económico, las mujeres y las niñas deben, entre otros temas pendientes, ejercer libremente sus derechos a la salud sexual y reproductiva.
“Alrededor de 100 millones de personas se ven orilladas a la pobreza extrema, sobreviviendo con menos de $1.90 dólares al día, porque tienen que pagar los servicios de salud de su propio bolsillo, lo que es inaceptable. Una mujer no debería tener que elegir entre enviar a su hijo a la escuela, comprar alimentos o pagar una consulta médica”. Tedros Adhanom Ghebreyesus
Aproximadamente las mujeres que corresponden a la mitad de la población mundial, no tienen acceso a los servicios sanitarios más elementales y básicos (ya sea por la falta de disponibilidad o precio excesivo), como la atención prenatal, la vacunación para prevenir el tétanos neonatal y materno o las afecciones por los diferentes virus del papiloma humano, y la atención del parto por profesionales de la salud, lo que vulnera aún más sus condiciones de indefensión y desigualdad de género.
Por otra parte, es lamentable que la falta de una correcta educación sexual infantil, pre y adolescente, así como el limitado acceso a métodos anticonceptivos y profilácticos, impulse las crecientes tasas de embarazo a edades tempranas y la propagación de enfermedades de transmisión sexual, lo que trunca las posibilidades de desarrollo y crecimiento de estas mujeres transformándolas, en madres sin el deseo de serlo, ni la preparación para ello.
La OMS estima que en los países en desarrollo, unos 214 millones de mujeres en edad reproductiva desean posponer o detener la procreación, pero no utilizan ningún método anticonceptivo moderno, ya sea por falta de educación, orientación o presión de la pareja, lo que al final de cuentas atenta contra la equidad de género y el libre albedrío.
Cuando los países sean capaces de ofrecer a sus habitantes acceso equitativo a servicios de atención sanitaria integral y educación, se reducirá la pobreza y las economías crecerán sanamente.
Alrededor de 16 millones de mujeres entre los 15 y 19 años y 1 millón de niñas menores de 15 años de edad dan a luz cada año, la mayoría, en países de ingresos bajos y medianos. En paralelo, las complicaciones durante el embarazo y el parto, así como la práctica de abortos ilegales, constituyen la segunda causa de muerte entre las mujeres de esa misma franja etaria.
Un dato interesante sobre la OMS, es que actualmente más del 60% de sus puestos directivos están ocupados por mujeres, quienes desarrollan su actividad en ambientes libres de agresiones, discriminación y acoso.