La Academia Real Sueca de Ciencias, decidió entregar el Premio Nobel de Química 2018 a la científica norteamericana Frances Arnold (Pittsburgh, EE.UU., 1956), del Instituto de Tecnología de California (CALTECH) en Pasadena, EE.UU., y a los investigadores George Smith (Norwalk, EE.UU., 1941), miembro de la Universidad de Misuri, EE,UU, y a Sir Gregory Winter (Leicester, 1951, Reino Unido) del Laboratorio de Biología Molecular en Cambridge, Reino Unido, por: «tomar el control de la evolución y usar sus mismos principios para desarrollar proteínas que resuelven muchos problemas de la humanidad», lo que después de leer este impresionante enunciado, no deja la menor duda sobre la valía y trascendencia de su trabajo.
“El poder de la evolución se revela a través de la diversidad de la vida. Los Premios Nobel de Química de 2018 han tomado el control de la evolución y lo han utilizado con fines que brindan el mayor beneficio a la humanidad. Las enzimas producidas a través de la evolución dirigida se utilizan para fabricar todo, desde biocombustibles hasta productos farmacéuticos. Los anticuerpos que evolucionaron utilizando un método llamado visualización de fagos pueden combatir las enfermedades autoinmunes y en algunos casos, curar el cáncer metastásico. Comunicado de Prensa del Premio Nobel de Química 2018.
La mitad del premio lo obtiene la norteamericana Frances Arnold, catedrática de ingeniería química, bioingeniería y bioquímica del Instituto de Tecnología de California, y quinta mujer en la historia de los Premios Nobel en recibir esta distinción en el apartado de Química, por inventar «la evolución dirigida de enzimas”, lo que explicado de manera muy sencilla consiste en un procedimiento que induce e introduce mutaciones en la secuencia genética de enzimas para inocularlas posteriormente en bacterias, lo que no se obtiene necesariamente en la primera generación, sino con la selección (generación tras generación) de los mejores candidatos, hasta obtener el deseado. Las nuevas proteínas obtenidas con este procedimiento tienen características particulares que de manera natural no existen.
“Los Premios Nobel de Química de este año se inspiraron en el poder de la evolución y utilizaron los mismos principios, el cambio genético y la selección, para desarrollar proteínas que resuelvan los problemas químicos de la humanidad”. Comunicado de Prensa del Premio Nobel de Química 2018.
La otra mitad del premio la comparten George Smith y Gregory Winter por la “presentación de péptidos y anticuerpos en la superficie de bacteriófagos”.
Para poner un ejemplo sobre la importancia de este descubrimiento, les comentamos que gracias a él y entre muchas otras aplicaciones prácticas, se desarrolló adalimumab, fármaco aprobado en 2002 y cuya acción neutraliza la proteína TNF-alfa, causante de la inflamación de las enfermedades autoinmunes.
El adalimumab es un anticuerpo monoclonal incluido entre el grupo de fármacos denominados tratamientos biológicos. Su mecanismo de acción es doble: por una parte, disminuye el efecto del factor de necrosis tumoral (TNF-α), que es una citocina que producen diversas células de nuestro cuerpo y que aumenta los síntomas inflamatorios. Por otra, induce la apoptosis (muerte celular) de linfocitos que se encuentran anormalmente activados. Entre otros usos, adalimumab se emplea para el tratamiento de la artritis reumatoide, enfermedad de Crohn, artritis psoriásica, psoriasis y la Hidradenitis supurativa.
Como cierre a esta nota les informamos que los premiados recibirán el 10 de diciembre una medalla de oro, un diploma y un cheque por la cantidad de nueve millones de coronas suecas, aproximadamente 870 mil euros, casi 19 millones de pesos al tipo de cambio del día de la publicación de esta nota.