“La resistencia a los antimicrobianos es como una pandemia a cámara lenta. Debemos unirnos para hacer frente a esta amenaza mundial. Es un enemigo letal y silencioso, y por eso debemos prestarle más atención”. Mia Mottley, Primera Ministra de Barbados, durante la reunión inaugural del Grupo de liderazgo mundial sobre la resistencia a los antimicrobianos.

Una vez más, pero ahora con cifras aún más alarmantes, los investigadores responsables del mayor estudio realizado y publicado hasta el momento sobre el grave problema ocasionado por la creciente resistencia bacteriana a los antibióticos, estiman que para el 2050, las llamadas coloquialmente como “superbacterias”, matarán anualmente a 10 millones de seres humanos. Al día de hoy, sabemos que las infecciones ocasionadas por las bacterias resistentes, o de plano inmunes a la acción de los antibióticos, son directamente responsables a nivel global de 1.2 millones de muertes al año, aunque aclaran que además de esta inaceptable cifra de fallecimientos anticipados, cinco millones más murieron en hospitales por otras causas relacionadas con la infección original.

“La resistencia a los antimicrobianos es una emergencia para la salud mundial que comprometerá gravemente el avance de la medicina moderna. Hay una necesidad urgente de aumentar la inversión en investigación y desarrollo para luchar contra las infecciones resistentes a los antibióticos, entre ellas la tuberculosis. De otro modo, volveremos a los tiempos en los que la gente temía contraer infecciones habituales y ponía en riesgo su vida si se sometía a intervenciones quirúrgicas sencillas”. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud.

Los resultados de la investigación se publicaron en The Lancet el pasado 19 de enero, bajo el título: “Global burden of bacterial antimicrobial resistance in 2019: a systematic analysis”, y para asentar sólidamente la amplitud del estudio, los autores de la investigación estimaron las muertes y los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) atribuibles y asociados con la resistencia a los antimicrobianos (RAM) para 23 patógenos y 88 combinaciones de patógenos y fármacos en 204 países y territorios en 2019. Además obtuvieron datos a través de revisiones sistemáticas de literatura médica, sistemas hospitalarios, sistemas de vigilancia y otras fuentes relacionadas, cubriendo 471 millones de registros individuales o aislamientos y 7585 estudio-ubicación-años.

Los principales seis patógenos causantes de muertes relacionadas con la resistencia bacteriana son: Escherichia coli, Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae, Streptococcus pneumoniae, Acinetobacter baumannii y Pseudomonas aeruginosa.

Con la información obtenida, alimentaron modelos estadísticos predictivos para producir estimaciones de la carga de RAM para todas las ubicaciones, incluidas también las localidades sin datos, dividiendo su enfoque analítico en cinco componentes generales:

1. Número de muertes en las que la infección desempeñó un papel;
2. proporción de muertes infecciosas atribuibles a un síndrome infeccioso dado;
3. proporción de muertes por síndrome infeccioso atribuibles a un patógeno dado;
4. porcentaje de un patógeno dado resistente a un antibiótico de interés, y por último;
5. el exceso de riesgo de muerte o duración de una infección asociada a esta resistencia.

Por otra parte, es necesario anotar que la pandemia de COVID-19 ha profundizado aún más la crisis de la resistencia bacteriana a los antibióticos que se ha venido gestando desde hace décadas, llevando a los hospitales a una enorme cifra de personas con riesgos incrementados para adquirir nuevas infecciones bacterianas nosocomiales, pero también por la reiterada y absurda prescripción además del uso inadecuado de los antibióticos para tratar de combatir una infección viral, algo totalmente inútil pero que debilita aún más la acción de los antibióticos.

Algunos datos relevantes sobre el impacto ocasionado por la farmacorresistencia bacteriana:

  • La resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo;
  • la resistencia a los antibióticos es un fenómeno natural, aunque el uso indebido de estos fármacos en los seres humanos y los animales, aceleró exponencialmente el proceso;
  • las “superbacterias” ocasionan directamente la muerte anticipada de aproximadamente 1.2 millones de personas cada año, y la muerte indirecta de 5 millones más;
  • para el año 2050, se estima que esta cifra se incrementará hasta llegar, al menos, a 10 millones de fallecimientos;
  • 28.3 millones de personas podrían verse llevadas a la pobreza extrema para 2050, como consecuencia directa de la resistencia a los antibióticos;
  • 13.5 mil millones de dólares se pierden en los EE. UU. y Europa, como consecuencia de las infecciones hospitalarias;
  • entre el 39% y el 51% de las bacterias que causan infecciones en las salas de cirugía, y el 27% de las que causan infecciones después de las quimioterapias, ahora son resistentes a los antibióticos de uso común;
  • alrededor de la mitad de los patógenos responsables de las infecciones bacterianas neonatales graves se han vuelto resistentes a la primera línea terapéutica (ampicilina o penicilina y gentamicina) y a la segunda línea (tercera generación, cefalosporinas), tratamientos recomendados por la OMS.

En este contexto, es necesario mencionar que la solución al problema no parece estar a la vista, al menos en el mediano plazo. La Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró el primer trimestre del año pasado, que ninguno de los 43 antibióticos que actualmente se encuentran en fase de desarrollo clínico, servirá realmente para resolver el grave problema de la resistencia desarrollada por las bacterias más peligrosas, ya que el 82% de los antibióticos aprobados recientemente, o por aprobarse, son derivados de familias de antibióticos existentes, mismas que ya tienen altos niveles de farmacorresistencia, por lo que es lógico asumir, que rápidamente se presentará resistencia a esos nuevos fármacos.

Por su parte, el Dr. Manica Balasegaram, Director Ejecutivo de la Alianza Mundial para la Investigación y el Desarrollo de los Antibióticos (GARDP, por sus siglas en inglés); la Dra. Joanne Liu, especialista de urgencias pediátricas en la Universidad de Montreal y ex presidenta internacional de Médicos Sin Fronteras, y el profesor Detlev Ganten, presidente fundador de la Cumbre Mundial de la Salud y presidente de la junta de la Fundación Charité, comentaron: “La pandemia en evolución de infecciones resistentes a los medicamentos tiene el potencial de paralizar al mundo de la misma manera que lo ha hecho COVID-19. Sin embargo, a diferencia de COVID-19, sabemos lo que se necesita para combatir la resistencia a los medicamentos, lo que se puede lograr con la suficiente voluntad política y los recursos necesarios. Ahora existe la oportunidad de intensificar significativamente nuestra respuesta a las infecciones resistentes a los medicamentos y prepararnos para manejar la naturaleza impredecible y silenciosa de la pandemia, donde el verdadero alcance del daño causado sigue siendo algo invisible”.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.

Fuentes:

The Lancet. (19 de enero del 2022).
Global burden of bacterial antimicrobial resistance in 2019: a systematic analysis.

códigoF. (19 de abril del 2021).
Las bacterias resistentes a los antibióticos: la pandemia silenciosa que debemos impedir.

códigoF. (3 de febrero del 2021).
Por la pandemia, se incrementa la resistencia a los antimicrobianos.