Durante la Mesa de Reflexión organizada por la Revista Industria Digital de la Concamin, Rafael Gual habló sobre la vacuna contra la COVID-19, la participación de la Industria Privada en la vacunación y las capacidades de México para fabricar vacunas en nuestro país.
El 5 de marzo, la revista Industria Digital de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin), presentó una nueva edición de su mesa de análisis y reflexión, en la que estuvo invitado Rafael Gual Cosío, Director General de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma) y presidente de la Asociación Nacional de Ejecutivos de Organismos Empresariales y Profesionales, A.C. (ANGECAI), quien platicó con José Luis de la Cruz, Presidente de la Comisión de Estudios Económicos de la Concamin, sobre la vacuna contra la COVID-19, la participación de la iniciativa privada en la vacunación y las lecciones aprendidas de esta pandemia para el sector farmacéutico.
Rafael Gual, dio una explicación sobre los coronavirus, las fases de investigación y desarrollo para un nuevo fármaco, así como las tecnologías empleadas por las farmacéuticas para el desarrollo de las vacunas contra el SARS-CoV-2, que se ha realizado en tiempo récord, pasando de hasta 15 años a solo 18 meses. Cabe mencionar que, este tiempo se pudo acortar, gracias a la rapidez y al volumen de población participante en los estudios clínicos que se logró gracias a que el virus está muy presente en todo el mundo.
A la pregunta expresa de José Luis, sobre cuáles considera que son los retos a superar para acelerar la solución a esta crisis sanitaria, Rafael Gual dijo que es necesario que se considere que la industria establecida en México podría y puede fabricar las vacunas aquí, para nuestro consumo y que además es posible desarrollarlas desde cero, pues nuestro país cuenta con una comunidad científica, médica e infraestructura suficiente y capaz para llevarla a cabo.
Desde el punto de vista de la industria, la pandemia nos ha dejado como aprendizajes:
- La inaplazable posibilidad para aprovechar y fomentar las capacidades de fabricación de vacunas y otros fármacos que existen en México, entendiendo que la industria farmacéutica establecida en nuestro país es la más importante y sólida de América Latina.
- Debe capitalizar la infraestructura existente en nuestro país en el ámbito de la salud y la ciencia, para impulsar de manera decidida una mayor participación en protocolos de investigación clínica, lo que permitiría, además de aprovechar la infraestructura, la experiencia y visión de los científicos, los investigadores y los médicos mexicanos, acercar innovaciones terapéuticas a nuestros ciudadanos.
- Modernizar, profesionalizar y dinamizar la gestión de las autoridades regulatorias, para evitar la pérdida de oportunidades y el rezago en la autorización y llegada al mercado público y privado de fármacos innovadores.
- Apoyar decididamente las actividades de investigación farmacéutica de primer nivel para el desarrollo de nuevos fármacos, en lugar de mantener una posición de dependencia de otras naciones.
- Abrir la participación de la industria farmacéutica para la solución de emergencias de salud, como podría ser la aplicación emergente de las vacunas contra el SARS-CoV-2, entre otras.
- Generar un diálogo constructivo entre la iniciativa pública y la privada, permitiendo un modelo ganar-ganar, cuyos beneficiarios serían los pacientes mexicanos.
«Este periodo de tiempo en el que estamos es un momento pertinente para prepararnos, partiendo del diálogo, para tener listos los mecanismos que garanticen la aplicación eficaz de la vacuna, para que un momento dado, podamos acelerar la salida a esta crisis que ha tenido altos costos sociales, económicos y de salud» José Luis de la Cruz, Presidente de la Comisión de Estudios Económicos de CONCAMIN
Sobre las vacunas contra COVID-19, el Ing. Gual, estimó que podrían ser adquiridas de manera privada, en el segundo semestre del 2022, pues por ahora todas las vacunas cuentan con una autorización de uso de emergencia que solo permite su adquisición a los gobiernos, pues sin registro sanitario no se pueden comercializar. Se espera que algunas empresas como Pfizer o MODERNA obtengan en 9 o 12 meses, su registro sanitario definitivo. Otro punto clave a considerar es que la gran demanda de vacunas, ha sobresaturado las capacidades de producción y de insumos en todo el mundo por lo que la producción de las mismas es limitada y comprometida.
Hay que entender que, al igual que los medicamentos, las vacunas deben solicitarse con bastantes meses de anticipación, de acuerdo con la planeación de las necesidades de salud de cada nación. En este caso, los países que se anticiparon con su pedidos y pagos, son los primeros que las recibirán.