El estudio demuestra que casi la mitad de quienes fueron dados de alta hace un año, presentan una o más secuelas persistentes, y tienen una salud por debajo de la media poblacional.
Más allá de la gravedad con las que se les haya presentado la infección por SARS-CoV-2, en quienes fueron hospitalizados y sobrevivieron al COVID-19, pero particularmente en aquellos que enfrentaron la forma más agresiva de la infección, los médicos han venido observando y documentando una serie de secuelas de diversa intensidad y complejidad que afectan a sus pacientes, y que en voz de los expertos, deben ser vistas como un importante problema de salud pública.
Buscando confirmar el tema de las secuelas persistentes a mediano y largo plazo (6 y 12 meses) en los sobrevivientes al COVID-19, un grupo de científicos realizó un estudio de cohorte ambidireccional basado en el análisis y seguimiento a más de 1 200 pacientes que fueron ingresados por COVID-19 en el Hospital Jin Yin-tan (Wuhan, China), y dados de alta entre el 7 de enero del año pasado y el 29 de mayo del presente, y cuyas conclusiones se publicaron el pasado 28 de agosto en la revista The Lancet, bajo el título: “1-year outcomes in hospital survivors with COVID-19: a longitudinal cohort study”.
“Aunque la mayoría de los sobrevivientes de COVID-19 tuvieron una buena recuperación física y funcional durante el seguimiento a un año, e incluso algunos habían regresado a su trabajo y vida originales, su estado de salud general se encontraba por debajo de la población de control, con secuelas que afectaban su calidad de vida, y entre las que se incluyen: dificultad para respirar, ansiedad, depresión dolores musculares, cansancio, olvidos y confusión mental”. The Lancet.
Para evaluarlos, los pacientes fueron sometidos a diversas entrevistas y pruebas de control y rendimiento físico, lo que permitió a los investigadores determinar, que la proporción de pacientes con al menos una secuela disminuyó del 68% a los 6 meses, al 49% a los 12 meses, pero la proporción de sobrevivientes con disnea (dificultad para respirar), caracterizada por una puntuación mMRC de 1 o más, aumentó ligeramente del 26% en la visita de 6 meses al 30% en la visita de un año.
La escala de disnea mMRC es un instrumento que establece la gravedad en relación con diversas tareas físicas. Consta de 5 ítems y su valor se establece en un rango de 0 (no disnea o solo con grandes esfuerzos) a 4 (disnea de reposo).
Vale la pena destacar que el 26% de los pacientes manifestaron tener ansiedad o depresión en la visita de 12 meses, un 3% más que en la consulta realizada un semestre atrás.
Por otra parte, les comentamos que las mujeres evaluadas acusaban mayores probabilidades de padecer fatiga, debilidad muscular, ansiedad o depresión y lesiones físicas pulmonares, que los varones, las que persisten un año después de haber sido dadas de alta.
La investigación fue respaldada por el Fondo de Innovación para Ciencias Médicas de la Academia China de Ciencias Médicas, la Fundación Nacional de Ciencias Naturales de China, el Programa Nacional de Investigación y Desarrollo Clave de China, los Proyectos Principales de Ciencia y Tecnología Nacional sobre la Creación y Desarrollo de Nuevos Medicamentos para la Tuberculosis Pulmonar, el Grupo Evergrande de China , Jack Ma Foundation, Sino Biopharmaceutical, Ping An Insurance (grupo) y la New Sunshine Charity Foundation.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.
Fuentes:
The Lancet. (28 de agosto del 2021).
1-year outcomes in hospital survivors with COVID-19: a longitudinal cohort study.
Universidad Nacional Autónoma de México. (2 de marzo del 2021).
Coronavirus. Las inquietantes secuelas de la COVID-19.