“Los virus de la influenza aviar normalmente se propagan entre las aves, pero el creciente número de detecciones de influenza aviar H5N1 entre los mamíferos, que son biológicamente más cercanos a los humanos que las aves, genera preocupación de que el virus pueda adaptarse para infectar a los humanos con mayor facilidad”. OMS.
Aunque no fue la primera en advertir el riesgo que cada vez con mayor frecuencia corremos los seres humanos por invadir, contaminar y destruir los hábitats naturales de las otras especies animales que comparten con nosotros la Tierra, la legendaria primatóloga británica Jane Goodall lo hizo enfáticamente al referirse a la pandemia de COVID-19: “Era predecible que esto iba a ocurrir, y va a reproducirse hasta que aprendamos las lecciones (…) Nuestro desprecio hacia la naturaleza y nuestra falta de respeto por los animales con los que deberíamos compartir el planeta”.
En este contexto, recordemos que al menos el 75% de los agentes patógenos de las enfermedades infecciosas emergentes provienen del reino animal, y que el 60% de las enfermedades humanas infecciosas son de origen zoonótico, Los patógenos pueblan a sus huéspedes utilizando mecanismo de transferencia una especie animal como paso intermedio, y consiguen desarrollar las características necesarias para invadir y replicarse en nuestro organismo, como lo han hecho, por mencionar solamente algunos ejemplos, la rabia, el paludismo, la tuberculosis y el VIH.
Atendiendo a ello, es alarmante la muerte de decenas de gatos domésticos (Felis silvestris catus) a consecuencia de la influenza aviar en múltiples regiones de Polonia, lo que ha disparado las señales de alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (WOAH), y de múltiples virólogos, quienes ven en estos inéditos sucesos un posible detonante para que el virus causal de los fallecimientos gatunos tienda el puente que le permita acceder a los seres humanos.
Vale la pena comentarles que, aunque se han consignado infecciones esporádicas del virus de influenza A (H5N1) clado 2.3.4.4b en humanos, éstos han sido hasta el momento poco frecuentes, aunque capaces de causar una enfermedad grave con una alta tasa de mortalidad, y los mismos se relacionan, en su mayoría, con el contacto cercano con aves infectadas y ambientes contaminados.
“Los brotes actuales de influenza aviar (también llamada “gripe aviar”) han causado devastación en las poblaciones animales, incluidas las aves de corral, las aves silvestres y algunos mamíferos, y han dañado los medios de subsistencia de los agricultores y el comercio de alimentos. Aunque afectan en gran medida a los animales, estos brotes plantean riesgos continuos para los humanos”. OMS.
Haciendo un poco de historia, les informamos que el linaje de ganso/Guangdong de los virus de influenza aviar H5N1 se presentó por primera vez en 1996, y desde entonces no ha dejado de causar brotes infecciosos en otras aves. Se estima que a partir del 2020, una variante de estos virus, perteneciente al clado H5 2.3.4.4b, ha ocasionado un gran número de muertes en aves silvestres y aves de corral en muchos países de África, Asia y Europa. En 2021, el virus se propagó a América del Norte y, en 2022, a América Central y del Sur.
El año pasado, 67 países en los cinco continentes reportaron a la Organización Mundial de Sanidad Animal, brotes de influenza aviar de alta patogenicidad H5N1 en aves de corral y aves silvestres, ocasionando la pérdida de más de 131 millones de aves domésticas por muerte o sacrificio. En 2023, otros 14 países informaron brotes, principalmente en las Américas, lo que demuestra que la enfermedad sigue propagándose.
“Tanto los mamíferos terrestres como los marinos se han visto afectados (por los virus de la influenza A(H5), incluida la influenza A(H5N1), incluidos brotes en visones de cría en España, focas en los Estados Unidos de América, y leones marinos en Perú y Chile, y se sabe que al menos 26 especies se han visto afectadas. Los virus H5N1 también se han detectado en animales domésticos como gatos y perros en varios países, con detecciones recientes de H5N1 en gatos anunciadas por las autoridades de Polonia”. OMS.
Al respecto, el Dr. Gregorio Torres, Jefe del Departamento de Ciencias de WOAH, declaró con preocupación: “Hay un cambio de paradigma reciente en la ecología y la epidemiología de la influenza aviar que ha aumentado la preocupación mundial a medida que la enfermedad se propaga a nuevas regiones geográficas y provoca mortandades inusuales de aves silvestres y un aumento alarmante en los casos de mamíferos”.
“Hasta el momento, las especies de mamíferos que se sabe que han sido infectados con virus A(H5N1) clado 2.3.4.4b son: hurón, visón, nutria europea, nutria de río norteamericana, nutria marina, tejón europeo, zorrillo, zarigüeya de Virginia, leopardo de Amur, tigre de Amur, león de montaña, pescador, turón europeo, lince, gato montés, gato doméstico, zorro rojo, coyote, mapache, perro mapache, perro de monte sudamericano, oso negro americano, pardo Oso, oso pardo, oso Kodiak, cerdo doméstico (solo serología), foca gris, foca común, lobo marino, león marino, marsopa, delfín mular, delfín común de hocico corto, delfín de lados blancos, perros, perros mapaches japoneses, marta haya, focas del Caspio, oso negro asiático, delfín chileno, marsopa de Burmeister.” OMS.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.
Fuentes:
Organización Mundial de la Salud. (12 de julio del 2023).
Ongoing avian influenza outbreaks in animals pose risk to humans.
códigoF. (3 de julio del 2020).
Al menos un 75% de los agentes patógenos de las enfermedades infecciosas emergentes de los seres humanos, son de origen animal.