Es casi inevitable permanecer incólumes ante la lógica preocupación que ocasiona el avance de la pandemia ocasionada por el COVID-19 en nuestro país y a nivel global, sobre todo si hemos sido testigos de las impactantes imágenes de avenidas y plazas antes concurridas y ahora casi desiertas, poblaciones aisladas, estantes vacíos, la desaparición de mascarillas y alcohol en gel en las farmacias, así como las diversas teorías conspirativas que circulan de boca en boca y a través de las redes sociales, sobre la supuesta creación en laboratorio del nuevo coronavirus, las que sin fundamento alguno buscan generar pánico y desconfianza.
Por otra parte y de manera totalmente racional, el sentido común y la experiencia nos dictan que mantener la calma, la mesura y la prudencia son, en conjunto, las mejores y únicas herramientas para enfrentar con éxito cualquier crisis, negándonos a permitir que la desesperanza, el miedo la desunión y la violencia, impulsadas por los rumores y las mentiras, agraven la situación de manera exponencial.
Es por ello que nos parece valioso rescatar y contrastar algunos de los conceptos expresados por el Dr. Hugo López-Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, en la conferencia matutina del lunes 16 de marzo, con las que nuevamente buscó tranquilizar los ánimos de la población, asegurando que las autoridades sanitarias están dando seguimiento puntual a cada uno de los casos de COVID-19 en nuestro país, que las instituciones de salud están listas para atender a quienes se vean afectados por la infección, insistiendo en algunas de las recomendaciones de sana distancia emitidas por la Secretaría de Salud.
Al respecto, llamó poderosamente la realización del Festival Vive Latino (14 y 15 de marzo), el que contravino dos de las recomendaciones de la Secretaría de Salud expuestas por López-Gatell: “suspender temporalmente actividades no esenciales, y reprogramar eventos de concentración masiva». Para apreciar la magnitud del suceso, tenemos que dicho evento congregó cara a cara a una multitud estimada de más de 100 mil personas, lo que potencialmente acarreará ingentes costos sanitarios, financieros, sociales y humanos a corto plazo.
“La tercera medida (recomendada por la Secretaría de Salud) es la reprogramación de los eventos públicos ya sea organizados por privados o por los gobiernos, y lo que interesa aquí es que congregaciones masivas, que definimos como arriba de cinco mil personas se puedan recalendarizar, posponer y que se hagan posteriormente en el año”. Hugo López-Gatell.
Lo que no cabe duda, es que cualquier acción requiere, para su correcta implementación, la participación conjunta, ordenada y congruente de autoridades, empresas, organizaciones y sociedad civil.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.
Fuentes:
YouTube.
Conferencia conjunta:
Sheinbaum | Secretaría de Salud.
YouTube.
Conferencia matutina
16 de septiembre 2020