No cabe duda que el uso de los diversos dispositivos tecnológicos, como los teléfonos celulares inteligentes, las tabletas y las computadoras han transformado nuestra vida cotidiana y la interacción con otras personas, permitiéndonos el acceso a una gran cantidad y variedad de información.

La tecnofilia (del griego τέχνη – technē , «arte, habilidad, oficio» y φιλία – philia, «amistad»​) es la afición hacia la tecnología o dispositivos relacionados generalmente con computadoras/informáticos/móviles. ​En este caso, las personas dependen en forma excesiva del uso de la tecnología, a tal punto de que no pueden separarse de ella. Es por esto que podemos denotar que la tecnofilia se basa en una obsesión a la tecnología​ incluso podemos decir que esta es una adicción en donde, al igual que las drogas, si no se está con un objeto tecnológico, ya sea con conexión a Internet o simplemente con el teléfono móvil o celular, genera trastornos muy parecidos a cuando las personas están consumiendo alguna «sustancia ilícita», que es la dependencia.

Es probable que conozca a más de una persona incapaz de mantenerse tranquila si no consulta tres o cuatro veces durante el lapso de un minuto, su teléfono celular o tableta, sin importarle si está acompañado o se encuentra en un lugar en el que debería limitar voluntariamente su uso. Si por alguna razón los tecnófilos ven privada o limitada su libre interacción con el o los objetos de su desmedido afecto, se sienten inquietos, nerviosos, ansiosos y claramente molestos, manifestando su síndrome de abstinencia tecnológica, de manera similar a la que sufren los adictos con la consecuente afectación de sus relaciones personales y su salud.

Casi las tres cuartas partes (72%) de los adolescentes de EE. UU. comprueban los mensajes o notificaciones en sus celulares tan pronto como despiertan (Pew Research Center, 2018 [17]). La presión para estar en línea es alentada por las funciones de las diferentes  plataformas.

Se ha vuelto un hecho común que lo último que hacemos antes de dormir y lo primero al despertar es tomar nuestro celular o tableta, esto sin tomar en cuenta las ocasiones en las que nos vemos atacados por el insomnio y nuestro recurso para volver a conciliar el sueño o transitar por el desvelo, sea hacer uso de algún artilugio electrónico que nos haga sentir conectados con el pulso de la humanidad, cuando lo que realmente estamos haciendo es alejarnos de ella, pero sobre todo de la conciencia y conexión personal.

Un segmento de edad particularmente sensible al impacto negativo de la tecnología es el de la adolescencia, ya que les permite “ocultarse” en un mundo de fantasía, escapar de la cotidianidad y evadirse de la realidad, ofreciendo una imagen alterada de sí mismos, lo que muestra una baja autoestima y los pone muchas veces bajo riesgo.

Como consecuencia de la tecnofilia, es cada vez menos frecuente la lectura de libros y revistas tradicionales, cambiándolos por publicaciones digitales (en el mejor de los casos), aunque lo más común sea consultar nuestras redes sociales, catálogos, o ver películas, series y videos.

“La tecnología tiene efectos negativos a nivel individual, social y político. El 27% de los adultos se consideran adictos; el 48% se ve en la necesidad de contestar inmediatamente a mensajes o alertas de sus redes sociales. Las cifras entre adolescentes son del 50% y el 72%, respectivamente. Además, en torno al 75% de los padres, afirman que discuten con sus hijos por el uso de los móviles”.

En casos extremos, son los padres los que ponen al alcance de sus bebés tabletas para distraerlos o como símbolo de estatus y falsa modernidad, sin tener conciencia del daño que involuntariamente les están causando al exponerlos a estímulos que no son capaces de interpretar ni asimilar correctamente.

Cifras relacionadas con el uso de la tecnología en los EE.UU., proporcionadas por la organización “Common Sense”, que son realmente alarmantes.
  • Más del 40%de los niños se han visto involucrados en incidentes de acoso cibernético.
  • 48%de los adolescentes que pasan más de 5 horas conectados a aparatos electrónicos informan haber tenido ocasionalmente ideación suicida e incluso intentar suicidarse.
  • 50%de los adolescentes se consideran adictos a sus aparatos móviles.
  • El 78%de los adolescentes revisan su celular cuando menos una vez por hora.
  • Los cerebros de las personas jóvenes con adicción a internet muestran significativamente menos materia gris, la que está asociada directamente con la planeación, toma de decisiones y control de los impulsos.
  • El 21%de los estudiantes universitarios utilizan su tiempo de clases conectados a aparatos electrónicos, buscando información no relacionada con la materia de estudio.
  • El 67%de los norteamericanos se enteran de las noticias a través de las redes sociales.
  •  El 44% de los niños de 10 a 18años creen (erróneamente) que pueden distinguirlas noticias falsas (fake news) de las reales.
  • 45% de los niños entre 12 y 15 años han visto mensajes de odio en línea.

Casi las tres cuartas partes (72%) de los adolescentes de EE. UU, comprueban los mensajes o notificaciones tan pronto como despiertan (Pew Research Center, 2018 [17]). Esta presión para estar en línea es alentada por las funciones de las diferentes plataformas.

No exageramos al mencionar en este artículo, las ocasiones (cada vez más frecuentes) en las que una familia, una pareja o un grupo de amigos se reúnen, pero lejos de conversar entre ellos, quedan atrapados por el brillo hipnótico de la pantalla de su celular o tableta.
Aunque todavía son pocos, hay restaurantes en los que sin prohibir el acceso a sus comensales con aparatos electrónicos, incentivan el no utilizarlos en sus instalaciones, ofreciendo a los clientes que dejan voluntariamente sus equipos en la recepción, un menú con precios reducidos a modo de reconocimiento.

Ante la grave y creciente epidemia de adicción tecnológica, queda en nuestras manos el asumir una posición crítica y responsable sobre el uso de la tecnología, dándonos cuenta que no solamente no es necesario mantenernos “enganchados” a un dispositivo electrónico para tener una vida plena, si no que esa dependencia va en contra de nuestra salud, alegría y relaciones.

Por: Manuel García Rodríguez

Fuentes:

Wikipedia.
Tecnofilia.

Common Sense.
Center for humane technology. Big tech young minds.

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Children & Young People’s Mental Health in the Digital Age. Shaping the Future.

Diario El País.
“La tecnología es un producto adictivo y debe ser regulado como tal”. Nicolás Alonso. 12 de febrero de 2018.