El medicamento es resultado de la colaboración entre la Fundación Oswaldo Cruz y la empresa norteamericana Orygen Biotechnology, y podría estar disponible al finalizar el 2025, o al arranque del 2026.
Hay una infección parasitaria aguda crónica denominada esquistosomiasis, conocida coloquialmente como la de las “panzas infladas”, debido a la hinchazón del vientre que ocasionan a sus huéspedes humanos las duelas sanguíneas (trematodos) del género Schistosoma, las que acceden al organismo por vía transcutánea, al realizar actividades agrícolas, domésticas, profesionales o recreativas en aguas infestadas por estos patógenos.
Aunque en nuestro país la Secretaría de Salud no reportan casos locales de esquistosomiasis, lo que parece indicar que las fuentes de agua fresca no están contaminadas por el parásito, su prevalencia se acentúa en las regiones tropicales y subtropicales de muchas partes del mundo, afectando particularmente a los habitantes de las comunidades más pobres, los que nunca han disfrutado del acceso a fuentes de agua potable segura, ni saneamiento adecuado.
“La esquistosomiasis es una enfermedad parasitaria que afecta a poblaciones que viven en zonas con muy malas condiciones sanitarias, donde se infectan por contacto con agua contaminada durante sus actividades diarias laborales, domésticas o de ocio. Los niños son el principal objetivo de la infección, lo que compromete fuertemente su desarrollo físico y cognitivo [1,2]. Esta característica convierte a la esquistosomiasis no sólo en una enfermedad resultante de la pobreza, sino también en una barrera para el desarrollo en países endémicos”. Vaccines. Development of the Sm14/GLA-SE Schistosomiasis Vaccine Candidate: An Open, Non-Placebo-Controlled, StandardizedDose Immunization Phase Ib Clinical Trial Targeting Healthy Young Women.
A nivel geográfico, nuestro vecino Brasil concentra el 95% de los casos diagnosticados de la enfermedad en la Región de las Américas, pero la migración poblacional de zonas rurales hacia áreas urbanas, impulsa el desarrollo de la enfermedad en nuevas zonas, y otros países, como lo atestiguamos con el SARS-CoV-2.
África es el continente más aquejado por la esquistosomiasis, en la que prácticamente el 100% de su territorio es asolado por este parásito.
Según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la esquistosomiasis hizo que en 2021, alrededor de 251.4 millones de personas necesitaran tratamiento profiláctico contra la enfermedad, y aunque la repetición del tratamiento a lo largo de varios años permite reducir y prevenir la morbilidad eficazmente, no se aplica en todos los países en los que se requiere, lo que permite que la enfermedad se multiplique.
La distribución geográfica de los esquistosomas según la especie:
- S. haematobium: ampliamente distribuido en todo el continente africano, con focos menores en Medio Oriente, Turquía e India.
- S. mansoni: ampliamente distribuido en África, con focos en Medio Oriente y la única especie presente en el hemisferio occidental en zonas de Sudamérica y algunas islas del Caribe.
- S. japonicum: Asia, sobre todo en China, Filipinas, Tailandia e Indonesia.
- S. mekongi: Sudeste de Asia.
- S. intercalatum: África Central y Occidental.
Es por ello que es relevante y esperanzador saber que un equipo de científicos de la Fundación Oswaldo Cruz, un organismo público con sede en Río de Janeiro, Brasil, desarrolló junto con investigadores de la empresa norteamericana Orygen Biotechnology, la primera vacuna del mundo contra la esquistosomiasis, cuyos resultados en pruebas preclínicas realizadas en ratones y conejos de laboratorio, mostraron una reducción superior al 90% de la infección por Schistosoma masnoni.
“La vacuna contiene la proteína Sm14, presente en el esquistosoma. Estas proteínas son clave porque transportan las grasas necesarias que garantizan la supervivencia del parásito. Pero la proteína de la vacuna está modificada e impide el transporte de estas grasas, impidiendo así la proliferación del parásito. El descubrimiento podría cambiar drásticamente el panorama en decenas de países donde la enfermedad se trata actualmente con medicamentos. Aunque tiene una tasa de mortalidad baja, la esquistosomiasis reduce drásticamente la calidad de vida. Afecta, por ejemplo, el aprendizaje de los niños en las escuelas y el desempeño laboral de los adultos jóvenes”. Miriam Tendler, líder del equipo de investigadores de la vacuna.
En el ámbito de la experiencia clínica en humanos, la vacuna supero con éxito la evaluación realizada en 300 sujetos en Brasil, permitiendo su próxima evaluación en una muestra de 2 mil sujetos en Senegal, acusando como único efecto secundario indeseado, dolor leve en la zona de la inoculación.
Si las pruebas clínicas son exitosas, como los resultados previos anticipan, la Fundación Oswaldo Cruz buscará obtener de la OMS la validación necesaria, lo que la colocaría como la primera vacuna a nivel mundial contra este patógeno, pudiendo llegar tentativamente al mercado durante el último cuarto del 2025, o el primero de 2026.
Al respecto, Miriam Tendler declaró: “Es una vacuna altamente sofisticada y rompe un paradigma que continúa hasta el día de hoy. Esperamos que abra el camino a otras vacunas antiparasitarias que están fuera del radar de la gran industria porque no hay mercado para ellas en los países del hemisferio norte y por lo tanto no se consideran prioritarias”.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.
Fuentes:
Organización Mundial de la Salud. (1 de febrero del 2023).
esquistosomiasis.
Research Get. (Octubre del 2022).
Development of the Sm14/GLA-SE Schistosomiasis Vaccine Candidate: An Open, Non-Placebo-Controlled, Standardized-Dose Immunization Phase Ib Clinical Trial Targeting Healthy Young Women.
Rival Times. (14 de junio del 2023).
Brazil develops the first vaccine against schistosomiasis, the disease of swollen bellies
Organización Panamericana de la Salud. (s.f.).
Esquistosomiasis.