Los hallazgos abren la posibilidad de que los anticuerpos sirvan para prevenir el COVID-19 en otras personas.

Sin lugar a dudas, una de las prácticas más eficientes para proporcionar a los bebés recién nacidos, y cuando menos hasta los seis meses, la protección y los nutrientes necesarios para su desarrollo durante las primeras etapas de vida es la lactancia materna, práctica que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) salvaría anualmente la vida de aproximadamente 820 000 niños.

A nivel global solo un 40% de los lactantes menores de seis meses y en nuestro país 1 de cada 3, reciben leche materna como alimentación exclusiva durante los primeros seis meses, ya que la mayoría recibe alimentos o líquidos complementarios desde su primer mes de vida, como fórmulas, leche de vaca u otro animal, y bebidas azucaradas.

“La lactancia materna les proporciona a los bebés todos los nutrientes que necesitan para crecer y que su sistema inmunológico se desarrolle plenamente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF recomiendan que la lecha materna sea el alimento exclusivo de los bebés recién nacidos hasta los 6 meses de edad, y que hasta los dos años se alimenten con una combinación de la misma con alimentos adecuados y nutritivos para su edad”. Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.

En este contexto, y bajo el azote de la pandemia, surgió meses atrás la duda sobre los riesgos de contagio que podría acarrear el hecho de que las madres que habían padecido y superado COVID-19 amamantaran a sus hijos.

Al respecto, varios estudios demostraron que la leche materna de madres recuperadas no constituye ningún riesgo para sus bebés, ya que únicamente contiene virus muertos, lo que elimina cualquier riesgo de transmisión de la enfermedad. Sin embargo, un estudio publicado el 20 noviembre pasado en la revista iScience con el título: “Robust and Specific Secretory IgA Against SARS-CoV-2 Detected in Human Milk”, confirmó que la leche materna de mujeres recuperadas de la infección no solamente no constituye ningún riesgo para sus hijos, si no que además contiene anticuerpos reactivos a la proteína del pico del SARS-CoV-2, lo que podría dotarlos de inmunidad contra el patógeno.

“Los anticuerpos en la leche materna pueden ser útiles para algo más que proteger a los bebés lactantes del virus. Los anticuerpos extraídos de la leche, a diferencia de la práctica actual de usar suero de convalecencia, también podrían servir como terapéutica para COVID-19”. Rebecca Powell, inmunóloga de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, Nueva York, EE. UU. y coautora del estudio.

Vale la pena comentarles que antes de la llegada de la pandemia, Rebecca Powell, inmunóloga de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, y coautora del estudio, tenía cuatro años de investigación previa buscando determinar la forma en la que que la vacuna contra la gripe estacional había conseguido desarrollar una respuesta inmune en la leche materna, por lo que le pareció evidente que esto podría estar ocurriendo también con la leche de mujeres que se habían recuperado de la infección por SARS-CoV-2. Al respecto, Powell, comento: “Hay muchas preguntas sin respuesta en general sobre la inmunología de la leche materna, pero poder estudiarlo con un patógeno nuevo fue realmente importante”.

Este estudio tiene como antecedente la realización de uno previo, cuyos resultados fueron publicados el primero de septiembre en el Journal of Perinatology (Difference in levels of SARS-CoV-2 S1 and S2 subunits- and nucleocapsid protein-reactive SIgM/IgM, IgG and SIgA/IgA antibodies in human milk), en el que también se detectó que la mayoría de las muestras de leche materna de mujeres que había superado el COVID-19 contenían altos niveles de anticuerpos específicos contra el virus causal de la pandemia. “La presencia de anticuerpos reactivos contra el SARS-CoV-2 en la leche materna podría proporcionar inmunidad pasiva a los bebés amamantados y protegerlos contra el COVID-19”. Difference in levels of SARS-CoV-2 S1 and S2 subunits- and nucleocapsid protein-reactive SIgM/IgM, IgG and SIgA/IgA antibodies in human milk.

Sin embargo, los investigadores, advierten la necesidad de contar con un tamaño de muestra mucho mayor, así como la realización de un estudio de seguimiento a largo plazo, para tener mayor certeza y mejor comprensión sobre la forma y duración en la que la leche materna aporta defensas contra el contagio por SARS-CoV-2 a los bebés amamantados, aunque en realidad, y como se comenta en la presentación del estudio: “nuestro objetivo es determinar en última instancia la eficacia de los <Ab (antígeno-cuerpo) de la leche de convalecencia> como tratamiento para el COVID-19, y la utilidad de estos Abs para prevenir o mitigar la infección infantil por SARS-CoV-2. Estos datos tendrán implicaciones más allá de la pandemia, ya que servirán para llenar vacíos de conocimiento relativamente grandes sobre la inmunología de la leche humana”.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.

Fuentes:

iScience. (7 de diciembre del 2020).
Robust and Specific Secretory IgA Against SARS-CoV-2 Detected in Human Milk.

Journal of Perinatology. (7 de diciembre del 2020).
Difference in levels of SARS-CoV-2 S1 and S2 subunits- and nucleocapsid protein-reactive SIgM/IgM, IgG and SIgA/IgA antibodies in human milk.

Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. (7 de diciembre del 2020).
Lactancia materna.

Organización Mundial de la Salud. (7 de diciembre del 2020).
10 datos sobre la lactancia materna.