A muchas personas nos queda claro que mientras la humanidad no consiga alcanzar un estado de verdadera equidad entre los sexos, evitando que muchas mujeres se vean sometida a la violencia, el maltrato y la discriminación, será prácticamente imposible alcanzar niveles más altos de bienestar y cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS).
Para poner en contexto esta grave situación, específicamente en el ámbito sanitario, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó recientemente en la revista The Lancet un estudio que entre otros datos, asienta que más de un tercio de las mujeres de cuatro de los países de ingresos bajos sufrieron maltrato durante el parto en establecimientos de salud.
Profundizando en ello, el estudio concluye que las mujeres más jóvenes y con menores niveles de educación son, como suele ocurrir en muchos otros ámbitos de la vida, las que corren mayor riesgo de sufrir malos tratos, entre los que destacan el abuso físico (bofetadas, golpes o puñetazos) y verbal, la estigmatización y la discriminación, la realización de procedimientos médicos sin su consentimiento (altas tasas de cesáreas y exámenes vaginales no consentidos, episiotomías -cortes quirúrgicos realizados en la abertura de la vagina durante el parto-), el uso de la fuerza durante los procedimientos y el abandono o la desatención por parte de los trabajadores sanitarios, lo que en conjunto es muestra fehaciente de una brutal discriminación.
“El maltrato durante el parto se considera como una violación de los derechos de la mujer y una ruptura de la confianza entre las mujeres y sus proveedores de atención sanitaria”.
Las posibles estrategias a seguir, recomendadas por la OMS para minimizar el maltrato a las mujeres durante el parto, las que como podrán ver no son nada extraordinario, son:
- Rediseño de las salas de parto para que satisfagan las necesidades de las mujeres, particularmente en lo referente a su privacidad y la posibilidad de tener compañía durante el trabajo de parto.
- Mejora del proceso de consentimiento informado en todas las intervenciones médicas.
- Proporcionar suficiente orientación y apoyo a los trabajadores sanitarios para ayudarles a prestar una atención de mejor calidad.
- Permitir que todas las mujeres que lo deseen estén acompañadas por una persona de su elección, durante todo el trabajo de parto y el parto.
- Aumentar la demanda pública de servicios de maternidad de alta calidad que proporcionen una atención centrada en la mujer y que no se tolere ninguna forma de maltrato.
Como en otros casos, los resultados del estudio buscan arrojar luz y proporcionar información suficiente para impulsar el desarrollo de políticas sociales y programas de acción que mejoren sustancialmente la atención sanitaria de las mujeres embarazadas y en trabajo de parto, capacitando y exigiendo que el personal involucrado en estos procedimientos se comporte de manera profesional, humanitaria y correcta.
La investigación se realizó con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID); el Programa Especial PNUD/UNFPA/UNICEF/OMS/Banco Mundial de Investigaciones, Desarrollo y Formación de Investigadores sobre Reproducción Humana (HRP) del Departamento de Salud Reproductiva e Investigaciones Conexas de la OMS.