Las participantes femeninas que habían superado la infección de COVID-19, mostraron una persistencia más prolongada y de mayor gravedad de los síntomas, que los participantes masculinos que cursaron la enfermedad.

Los síntomas poscovid de largo plazo son un tema que por su altísima importancia han sido, y seguramente seguirán siendo, recurrentes en los diferentes medios especializados que tratamos con seriedad asuntos relacionados con la ciencia y la salud, y que con mayor frecuencia ocupan una posición destacada en las agendas sanitarias a nivel mundial.

Sin embargo, y aunque los síntomas somáticos de largo plazo postcovid, bautizados y reconocidos de esta manera por la Organización Mundial de la Salud (OMS), han sido descritos, analizados y documentados en múltiples estudios, siempre habían sido revisados a partir de las declaraciones hechas por pacientes que recibieron el alta de la enfermedad, sin haber sido contrastados con las condiciones de salud previas a la infección.

Para diferenciar los síntomas preexistentes al COVID-19, de los que surgen o se agravan con posterioridad al alta médica, un equipo de investigadores pertenecientes a diferentes áreas del Centro Médico Universitario de Groningen, en los Países Bajos, realizó un estudio de cohorte observacional, prospectivo, multidisciplinario, que examinó los datos recopilados dentro de Lifelines, una base de datos que integra información sobre la salud y los comportamientos relacionados con la salud de las personas que viven en el norte de esa región.

El estudio se publicó el pasado 6 de agosto en The Lancet, con el nombre “Persistence of somatic symptoms after COVID-19 in the Netherlands: an observational cohort study”, y aunque es debido aclarar que a pesar de que los resultados obtenidos no pueden, ni se deben extrapolar globalmente, nos permiten vislumbrar que existen diferencias entre algunos signos y síntomas previos al COVID-19, y los ocasionados o agravados por la infección.

El análisis detalla los síntomas persistentes en participantes positivos para COVID-19 entre 90 y 150 días después de ser dados de alta, versus los sufridos antes de padecer COVID-19, y en comparación con controles emparejados.

“Este es el primer estudio que informa la naturaleza y la prevalencia de la afección posterior a la COVID-19, al tiempo que corrige los síntomas individuales presentes antes de la COVID-19 y la dinámica de los síntomas en la población sin infección por SARS-CoV-2 durante la pandemia”. Persistence of somatic symptoms after COVID-19 in the Netherlands: an observational cohort study.

La investigación concluyó que la condición post-COVID-19 podría ocurrir en aproximadamente una de cada ocho personas con COVID-19 en la población general de esa región, aunque insistimos que para definirlo con precisión, cada nación debería hacer un estudio similar, atendiendo a sus características poblacionales específicas.

Los síntomas principales de la condición post-COVID-19 incluyen: dolor en el pecho, dificultad para respirar, niebla mental, nudo en la garganta, dolor al respirar, dolor muscular, brazos o piernas pesados, ageusia (ausencia o pérdida casi completa del sentido del gusto) o anosmia (pérdida total del olfato), sensación de calor y frío alternativamente, hormigueo en las extremidades y cansancio general.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.

Fuentes:

The Lancet. (6 de agosto del 2022).
Persistence of somatic symptoms after COVID-19 in the Netherlands: an observational cohort study.

códigoF. (30 de diciembre del 2021).
Definiendo con precisión el significado de COVID persistente.