Mientras cientos de equipos de investigadores se afanan por encontrar la vacuna que evite que en un futuro (idealmente próximo) seamos contagiados por el SARS-CoV-2, utilizando para su diseño la información de su código genético, un equipo de investigadores que mantiene un constante rastreo y análisis de las cepas en circulación del coronavirus, encontraron una mutación (denominada G614), que si no lo hace completamente diferente, si le confiere otras características y aptitudes.

Es importante anotar que el código genético del SARS-CoV-2 tiene 29 903 letras colocadas en una posición determinada, combinación que le aporta, entre otras, su capacidad para acoplar su espícula con el receptor ACE-2 (enzima convertidora de angiotensina 2) de las células, introducirse en ellas y replicarse de manera exponencial, hasta invadir nuestro organismo con la COVID-19.

Las 4 letras con las que está escrito el código genético del coronavirus son las iniciales de un compuesto químico específico con diferentes cantidades de carbono, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno: A (adenina), U (uracilo), G (guanina) y C (citosina).

No deja de ser sorprendente que un virus, cuya información genética está escrita con menos de 30 000 letras, sea capaz de invadir, enfermar y llegar a matar a un organismo tan complejo como el nuestro, cuyo genoma está escrito con más de 3 mil millones de letras. Es por ello que los biólogos Jean y Peter Medawar sentenciaron, en 1977, que un virus es “simplemente una mala noticia envuelta en proteínas”.

El artículo del que surgen estas conclusiones, y en el que se concluye que la mutación G614 está reemplazando rápidamente a la forma original del coronavirus, denominada D614, confiriéndole una mayor capacidad de infección, se publicó el pasado 2 de julio en la revista Cell, con el título: “Tracking changes in SARS-CoV-2 Spike: evidence that D614G increases infectivity of the COVID-19 virus”.

Los investigadores aseguran que la consistencia en el patrón de reemplazo de la cepa GL14 sobre la D614, aún en epidemias locales, donde la forma original estaba bien establecida, los lleva a concluir que la variante G614 podría tener una ventaja competitiva que facilita su dispersión y acrecenta su peligrosidad.

“El virión de SARS-CoV-2, su forma infectiva, consiste en una membrana con glicoproteínas dentro de la que se empaqueta el material hereditario compactado con proteínas. En la superficie destaca la presencia de la proteína S, denominada así por formar la espícula, estructura en forma de aguja que tiene un papel relevante en la infección”.

Además de que al parecer el cambio de la letra A (adenina), por una G (guanina) en la posición 23 403 del genoma del SARS-CoV-2 (porción del genoma con las instrucciones necesarias para fabricar las proteínas de la espícula) hace al virus más apto para replicarse en las células humanas, el cambio podría conducir a que las vacunas que se están desarrollando actualmente, particularmente las que se concentran en la información genética de la espícula, se vuelvan potencialmente inoperantes.

Mecanismo de infección del coronavirus SARS-CoV-2. Imagen: Cascella M, et al. Features, Evaluation and Treatment Coronavirus (COVID-19). StatPearls. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK554776/ con modificaciones.

Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.

Fuentes:

Cell. (8 de julio de 2020).
Tracking changes in SARS-CoV-2 Spike: evidence that D614G increases infectivity of the COVID-19 virus.

Science. (8 de julio de 2020).
Structural basis for the recognition of SARS-CoV-2 by full-length human ACE2.

Science. (8 de julio de 2020).
Cryo-EM structure of the 2019-nCoV spike in the prefusion conformation.

Genotipia. (8 de julio de 2020).
Coronavirus SARS-CoV-2: estructura, mecanismo de infección y células afectadas.