Casi la mitad de la población mundial está expuesta a enfermar de malaria. Se calcula que 241 millones de personas de 85 países contrajeron el paludismo en 2020. Ese mismo año, la enfermedad se cobró aproximadamente 627 mil vidas.
Aunque los resultados sobre el periodo de protección ofrecido por una nueva vacuna experimental contra la malaria o paludismo no son concluyentes, lo que pone en duda la necesidad potencial de aplicar un refuerzo, sus porcentajes de efectividad la colocan como un medicamento altamente prometedor en la lucha contra esta enfermedad.
Los resultados provisionales de un amplio ensayo que involucró a 4 mil 800 niños en cinco sitios en Burkina Faso, Malí, Kenia y Tanzania con diferentes patrones de exposición a la malaria, demostraron ser consistentes con los obtenidos en un estudio menor realizado el año anterior.
La vacuna R21/Matrix-M, desarrollada por un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford, liderado por Adrian Hill, un experto en vacunas del Instituto Jenner de Oxford, alcanzó hasta un 70% de efectividad para inhibir la infección en las regiones en las que la malaria es una amenaza constante a lo largo del año, y del 75% en zonas en las que la enfermedad se presenta de manera estacional, protección que supera ampliamente el 35% de efectividad ofrecido por la vacuna RTS,S o Mosquirix después de 4 años, único medicamento vacunal contra la malaria autorizado hasta el momento por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y que solamente ofrece una protección parcial en áreas donde la malaria es una amenaza permanente.
Entre las razones por las que ha sido sumamente difícil desarrollar una vacuna eficaz contra la malaria, es que los parásitos Plasmodium (responsables de ocasionar la malaria) tienen un ciclo de vida sumamente complejo con diferentes etapas que cambian de forma en el hígado, en la sangre y en los mosquitos que la transmiten, a diferencia de las enfermedades causadas por bacterias o virus.
Les comentamos que ambas vacunas: Mosquirix y R21/Matrix-M contienen en su formulación una proteína de la superficie del estadio sanguíneo de Plasmodium, junto con una proteína del virus de la hepatitis B, pero a diferencia de la primera, la R21 incluye, además, un agente inmunoestimulador diferente, conocido como adyuvante, de Mosquirix.
Adrian Hill declaró que siguen recopilando datos más amplios y sólidos para publicarlos antes del fin de año, confiando en que la vacuna se aprobará para su uso masivo en el primer semestre de 2023.
Con respecto a su producción, el Serum Institute of India, el fabricante de vacunas más grande del mundo, se comprometió inicialmente a producir más de 180 millones de dosis al año una vez que esté aprobada, estimando un precio de entre $3 y $4 USD por dosis.
¿Qué es el paludismo?
El paludismo es una enfermedad prevenible y curable, presente mayormente en los países tropicales. Si no se le diagnostica rápidamente, y se le trata eficazmente, un caso inicial de paludismo no complicado puede evolucionar a una forma grave de la enfermedad, la que a menudo es mortal.
El paludismo no es contagioso y no puede transmitirse de persona a persona, ya que la enfermedad se transmite por la picadura de mosquitos Anopheles hembra. Cinco especies de parásitos pueden provocar paludismo en el ser humano, de las que dos de ellas: Plasmodium falciparum y Plasmodium vivax, son la mayor amenaza, aunque es debido aclarar que hay más de 400 especies diferentes de mosquitos Anopheles y alrededor de 40 de ellas, denominadas especies vectoras, capaces de transmitir la enfermedad.
El riesgo de infección es mayor en algunas zonas que en otras, en función de múltiples factores, entre ellos el tipo de mosquitos locales. También puede variar según la estación, siendo el riesgo más elevado durante la temporada de lluvias en los países tropicales.