“Recordemos la ciencia del pasado, fascinémonos con la ciencia del futuro pero, sobre todo, hagamos ver la presencia de la ciencia detrás de las pequeñas cosas”.
José Manuel López Nicolás, investigador y catedrático de bioquímica, biología molecular y vicerrector de transferencia y divulgación científica de la Universidad de Murcia, España.
Cuando se habla de investigación y desarrollo (I+D), generalmente nos referimos al lanzamiento o implementación de un desarrollo comercial, nuevas técnicas o procedimientos de producción, algún artilugio tecnológico o un nuevo fármaco, por mencionar solamente algunos ámbitos del quehacer intelectual humano.
“La ciencia es la obra de arte colectiva más importante de la humanidad”. José Manuel López Nicolás.
Sin embargo, difícilmente nos ponemos a pensar que detrás de esa invención, y la tecnología que la hace posible, hubo múltiples científicos que descubrieron o inventaron los elementos que, por separado o en conjunto, posibilitarían el desarrollo del producto final, concepto al que se le denomina como ciencia básica, investigación básica o investigación fundamental.
La ciencia básica, investigación básica o investigación fundamental, es la ciencia o investigación que se lleva a cabo sin fines prácticos inmediatos, sino con el fin de incrementar el conocimiento de los principios fundamentales de la naturaleza o de la realidad por sí misma, transitando entre lo conocido y lo inesperado, para llegar al descubrimiento científico.
Por otra parte, existen las que se conocen como ciencias aplicadas, mismas que utilizan y capitalizan los conocimientos científicos generados por la investigación básica, de una o diversas ramas de la ciencia, buscando resolver problemas prácticos, y necesidades específicas.
Las ciencias aplicadas son un cuerpo de conocimientos en el que la investigación y el descubrimiento tienen una orientación directa a la práctica, instrumental o metodológica; proporcionando el desarrollo de nuevas tecnologías, utilizando los conocimientos generados por las ciencias fundamentales; y que satisfacen necesidades sociales. Como ejemplos de ciencias aplicadas tenemos, ingeniería, administración, agricultura, contabilidad, metalurgia, tecnología, transporte y fotografía, entre otros.
En el ámbito de la salud, los descubrimientos realizados a través de la investigación básica, sin ninguna aplicación práctica específica inmediata, proporcionan a los científicos abocados a las ciencias aplicadas, los elementos más amplios sobre las características y el comportamiento de las enfermedades (físicas o psicológicas) y los patógenos, entre otros conocimientos, los que eventualmente servirán para desarrollar nuevos fármacos o tratamientos, como ocurrió con el desarrollo de las vacunas contra el SARS-CoV-2.
Si lo recuerdan, el primer logro de la ciencia básica en la lucha contra el SARS-CoV-2 fue la obtención del genoma del coronavirus surgido en Wuhan, China, información que sirvió de plataforma para que los científicos iniciaran la estrategia de diseño para las candidatas a vacunas, además de servir hoy día, para realizar el seguimiento puntual de sus mutaciones, y en qué parte de su estructura genómica ocurren.
Por otra parte, y actuando como enlace virtuoso entre la ciencia básica y la ciencia aplicada, está la denominada Transferencia del Conocimiento, gracias a la que los investigadores abocados a las ciencias aplicadas, tienen acceso a los hallazgos realizados por su contraparte en esta cadena investigativa.
La Transferencia del Conocimiento es el conjunto de actividades dirigidas a la difusión de conocimientos, experiencia y habilidades con el fin de facilitar el uso, la aplicación y la explotación del conocimiento y las capacidades en I+D, ya sea por otras instituciones de I+D, el sector productivo o la sociedad en general.
Sin embargo, es necesario aclarar que hay un concepto diametralmente opuesto a la Transferencia de Conocimiento, denominado Transmisión de conocimiento, ya que mientras el primero busca incorporar el conocimiento a una cadena de valor para generar un retorno económico, el segundo solamente persigue la publicación, la divulgación, o la docencia.
Como cierre, les compartimos una magnífica reflexión de Santiago Ramón y Cajal, médico español, especialista en histología y anatomía patológica, a la par de ser considerado como padre de la neurociencia: “Cultivemos la ciencia por sí misma, sin pensar de momento en las aplicaciones. Estas llegan siempre, a veces tardan años, a veces tardan siglos”.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF.
Fuentes:
Wikipedia. (s.f.).
Ciencia básica.
Wikipedia. (s.f.).
Ciencias aplicadas.
Universidad Autónoma de Barcelona. (s.f.).
Transferencia del conocimiento.
Definiciona. (s.f.).
Ciencias aplicadas.
Apilados. (s.f.).
Citas científicas.
Instituto Cervantes. (s.f.).
Santiago Ramón y Cajal. Biografía.
YouTube. Ministerio de Ciencia e Innovación de España. (17 de mayo del 2021).
Premios Nacionales de Investigación 2020.