“Para proteger la salud de todas las personas, hay que proteger los derechos de cada una”
El pasado viernes 1 de marzo celebramos, como desde hace un decenio, el Día de la Cero Discriminación.
Considerando que todos tenemos derecho a tener una vida plena y productiva, y a disfrutarla con dignidad y sin miedo, nos daremos cuenta del impacto negativo que tiene para la salud psíquica y somática de las personas que son privadas de disfrutar plenamente de ella cuando son estigmatizados y discriminados por su edad, sexo, género, preferencia sexual, capacidades diferentes, raza, etnia, idioma, estado de salud, localización geográfica, estatus económico o migratorio, o por cualquier otra característica que la sociedad, o más bien determinados grupos sociales, considera inferior, lo que les da (desde su perspectiva) el derecho a denigrarlos, restarles oportunidades para su desarrollo, ofenderlos, e incluso matarlos.
Como ejemplo de la importancia que tiene para la salud de las personas alcanzar una equidad sin cortapisas, ONUSIDA emitió el comunicado que a continuación les compartimos: “Es urgente eliminar las leyes que perjudican los derechos de las personas e introducir leyes que defiendan los derechos de todos los seres humanos. El camino que acaba con el sida es el camino de los derechos. La reciente ofensiva mundial, bien coordinada y financiada, contra los derechos de las mujeres, contra los derechos humanos de las personas LGBTQ, contra la salud y los derechos sexuales y reproductivos, contra la democracia y contra el espacio cívico no sólo es una amenaza para la libertad de todos, sino también para la salud de todos”.
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida, mejor conocido como ONUSIDA, nos recuerda que defender los derechos de toda persona es responsabilidad de cada individuo y de la sociedad en su conjunto, ayudando a terminar con la discriminación, lo que ilustra maravillosamente el lema de este año: “para proteger la salud de todas las personas, hay que proteger los derechos de cada una”, y que, de no conseguirse, hará inviable alcanzar esta noble meta.