Hoy se cumplen 40 años del terremoto que diezmó la Ciudad de México, un brutal meteoro natural que no solamente cambió la faz física de esa ciudad y de otras localidades de la República Mexicana, sino que con sus 8.1 grados de movimiento trepidatorio –que se cobró la vida de 3 mil 692 personas según datos oficiales, y de más de 26 mil de acuerdo con las estimaciones de organizaciones civiles– nos dejó una huella emocional imposible de borrar, que en muchos de quienes lo vivimos se manifiesta como trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Esta afección de salud mental que, cuatro decenios después, y agravada por los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017, con magnitudes de 8.2 y 7.1, respectivamente, y de otras catástrofes no naturales como la explosión de la pipa de gas ocurrida el pasado 10 de septiembre en Iztapalapa, hace que desde hace varias semanas sintamos un profundo temor, y una aguda ansiedad, reviviendo aquellos sucesos totalmente impredecibles, pero que los especialistas aseguran que se repetirán, sin saber cómo, cuándo, ni de qué magnitud.
El TEPT afecta profundamente a quienes han vivido, de primera mano o por referencia, algún evento traumático, un hecho aterrador, impactante o peligroso, como terremotos, huracanes, incendios, asaltos, “levantones”, actos terroristas, guerras y combates, accidentes graves, amenazas de muerte, lesiones físicas o emocionales, violencia de pareja, acoso e intimidación, racismo, y que puede ser transmitido generacionalmente, denominado trauma histórico, o del inconsciente colectivo.
“Además de los cambios en los pensamientos, sentimientos y comportamientos, las personas con TEPT también pueden experimentar problemas físicos. Estos pueden ser agudos o crónicos. Los síntomas físicos agudos suelen durar poco tiempo como reacción a recordatorios del trauma. Estos pueden incluir aumento de la frecuencia cardíaca, sudoración, temblores, tensión muscular, náuseas, dolor (p. ej., de espalda, articulaciones, dolores de cabeza), dificultad para respirar o mareos. El TEPT también se ha relacionado con problemas físicos crónicos como presión arterial alta, colesterol alto, obesidad, enfermedades cardíacas, dolor crónico, fatiga y disminución de la esperanza de vida. La persona puede no darse cuenta de la conexión entre sus síntomas físicos y un evento traumático. Para las personas con dolor crónico, el dolor puede servir como recordatorio del trauma, lo que a su vez puede causar o empeorar otros síntomas de TEPT, depresión o abuso de alcohol y medicamentos recetados”. American Psychiatric Association
Vale la pena precisar que, si bien es cierto que el TEPT puede afectar a cualquier persona, de cualquier edad, etnia, sexo, y condición social, las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de padecerlo, manifestándose con pensamientos y sentimientos intensos y perturbadores relacionados con la vivencia que lo desencadenó, incluso muchos años después de la ocurrencia del evento traumático, llegando a volverse en algunos casos una afección mental crónica, que necesita atención especializada.
Los síntomas del TEPT varían en severidad, y se clasifican de la siguiente manera:
- Pensamientos intrusivos, recuerdos repetidos e involuntarios, y sueños angustiantes muy vívidos.
- Evitación. Las personas pueden tratar de no recordar o pensar en el evento traumático y resistirse a hablar sobre lo sucedido, o cómo se sienten al respecto, llegando a evitar personas, lugares, actividades, objetos y situaciones que les desencadenan esas vivencias.
- Alteraciones en la cognición y el estado de ánimo, en las que se incluyen la incapacidad para recordar aspectos importantes del evento traumático, pensamientos y sentimientos negativos que conducen a creencias continuas y distorsionadas sobre uno mismo o sobre los demás, pensamientos distorsionados sobre la causa o las consecuencias del evento que conducen a culparse a sí mismo o a los demás, miedo continuo, horror, ira, culpa o vergüenza, pérdida del interés por actividades que antes se disfrutaban, sentirse aislado o ajeno a los demás, o ser incapaz de experimentar emociones positivas.
- Alteraciones en la agitación y la reactividad, incluyendo irritabilidad, accesos de ira, comportamientos imprudentes o autodestructivos, sospechar de otras personas de manera obsesiva, asustarse fácilmente, o tener dificultades para concentrarse o dormir.
¿Cómo se trata el Trastorno por Estrés Post Traumático?
En primer lugar es importante puntualizar que el TEPT puede y debe ser tratado una vez confirmado el diagnóstico por un especialista en salud mental, a través de sesiones psicoterapéuticas (terapia conversacional) individuales, grupales, o mixtas, y/o atención psiquiátrica, incluyendo la prescripción de medicamentos.
Por: Manuel Garrod, miembro del Comité Editorial de códigoF
Fuentes:
American Psychiatric Association. (s.f.).
Posttraumatic Stress Disorder (PTSD).
Centro Nacional de Prevención de desastres. (19 de septiembre de 2022).
Los sismos históricos de septiembre.
Diario El País. (19 de septiembre de 2025).
Ciudad de México conmemora el 19S con homenajes, charlas y exposiciones al cumplirse 40 años del gran sismo de 1985.
Wikipedia. (s.f.).
Terremoto de México de 1985.
Gaceta UNAM. (18 de septiembre de 2025).
Septiembre de 1985, cuando los universitarios dejaron sus recintos y acudieron a donde la gente los necesitaba…
Organización Mundial de la Salud. (27 de mayo de 2024).
Trastorno de estrés postraumático.